Ya
conocemos el resultado electoral. El PSOE ha ganado con suficiencia,
Unidas Podemos a base de " jaimitadas" identitarias y
renuncias ideológicas ( si es que alguna vez tuvieron ideología) se
ha deteriorado mas que notablemente y la derecha CS, PP y Vox, se ha
quedado con un palmo de narices. Cataluña, que sigue siendo España,
ha salido en tromba a votar y el resto de España también. Y esto ha
resultado determinante en el resultado. Los catalanes porque se veían
venir un genocidio cultural y lo timoratos sectores centristas de la
sociedad española, porque estas huestes de bárbaros en forma de PP
y Vox les han dado miedo. Sólo se ha salvado Cs ( no tanto en
Cataluña, donde ya los conocen mejor) porque han interpretado estos
sectores moderados, equivocadamente, que era el menos radical de
todos ellos. Por otro lado, llama la atención el papelón de Pablo
Casado, el más mediocre de todos los líderes sociales que
concurrían a las elecciones. Ha dejado al PP tieso y a punto de
desaparecer cual sucedió a la extinta UCD. Es el típico perfil del
hombre de partido, que nunca ha trabajado fuera de la política ( al
igual que el líder de Vox, Santiago Abascal), que ha adquirido
dudosamente todos sus títulos universitarios y que en su día, llegó
a amenazar a Puigdemont con un final similar al de Luis Companys,
torturado por la policía política franquista y fusilado después de
la guerra civil. Casi nada.
Finalmente
Vox, no ha cumplido sus expectativas. Toda su parafernalía
franquista, oligárquica y retrógrada ha contribuido a dar más
miedo todavía.
En
resumen. Todos estos caballeros se lo han puesto al PSOE estupendo, y
el régimen del 78 por el momento ha salido reforzado, a pesar de
todas sus corruptelas e indignidades.
Pero
también, fuera de las elecciones, no nos olvidemos, nos llegan
estos días informaciones de negros nubarrones en el horizonte, en
forma de subida del precio del petróleo e incipiente- todavía-
desaceleración económica o nuevo rebrote de la crisis, que nunca se
fue del todo. Cuando comience a llover- y no falta mucho- sorprenderá
a un país endeudado hasta las cejas, con un modelo productivo
inadecuado y sin soberanía militar y política. De hecho somos una
sucursal de Alemania en lo económico, y en el resto, una colonia de
los Estados Unidos.
Nuestra
deuda- calculando adecuadamente nuestro tramposo PIB-asciende al 140%
de esta magnitud, y hemos llegado a un punto donde incapaces de
equilibrar las cuentas públicas, eliminando el crónico déficit, se
están pagado las pensiones con créditos. Al igual que los intereses
de nuestra deuda, que vienen siendo abonados con bonos que nos compra
el BCE. Amortizar el capital, ni se intenta. Se sabe que es
imposible.
Estamos
por tanto muy cerca de tocar fondo en nuestra prologanda decadencia
que comenzó con Carlos IV y Fernando VII. Desde esas fechas se nos
han venido imponiendo soluciones siempre desde el exterior : los
cien mil hijos de San Luis consolidando al borbón en el siglo XIX,
Estados Unidos depredando nuestras últimas colonias a finales del
mismo siglo, la Alemania nazi y la Italia fascista promoviendo un
golpe contra la II república y desencadenando una guerra civil, y
finalmente de nuevo los Estados Unidos consolidando la dictadura
franquista en 1953, sin perjuicio de promover la misma potencia junto
a Marruecos la pérdida del Sahara, que no lo olvidemos fue una
provincia española más. En la actualidad, y hasta ahora, no somos
más que una colonia de EEUU, con dos bases en nuestro Territorio (
Rota y Morón) y nuestra política exterior pasa por las órdenes que
se nos vienen dado, que frecuentemente no coinciden con nuestros
intereses.
El
Régimen del 78 toca a su fin, incapaz de reformarse como sucedió
con la Restauración. Y esta España sin pulso, dominada todavía por
una oligarquía rentista y oligopolística, al servicio de sus
privilegios y el capital extranjero, sólo ha votado el 28 de abril
movida por el miedo, confiando su destino a un partido que, a la hora
de la verdad, no es más que un lacayo más de esos mismos
intereses, en su forma menos agresiva. Así fue diseñado en la
Transición, otra vez más por las potencias extranjeras.
Este
PSOE ha dado pruebas sobradas de ello, haciendo pagar al pueblo las
recetas que en los momentos difíciles de crisis se nos fueron
imponiendo. Primero fue la Reconversión industrial ( hubimos de
pasar con Felipe Gonzalez de casi un 30% de tejido industrial a
apenas en la actualidad un 15%, como mucho) ; después la austeridad
con Zapatero agotada la juerga de la burbuja inmobiliaria que el
capital financiero alemán y francés hubieron de promover.
Cuando
llegue la nueva fase de la crisis, que ya se adivina, sucederá lo
mismo. La receta del ajuste recaerá como siempre en las capas más
modestas de nuestro pueblo.
Hemos
salido del apuro, de la amenaza de la derecha más cerril y
oligárquica, por el momento. En un futuro cercano, cuando el
edificio comience a desmoronarse, sólo podrá salvarnos de sus
sacudidas, un movimiento ilustrado, respetuoso con nuestra diversidad
( al fin y al cabo lo que siempre fue España) y que de una vez por
todas persiga erradicar la desigualdad, el privilegio de unos pocos
y promueva la justicia social e independencia nacional.
Se
trata de organizar, desde ahora, un autentico movimiento republicano
en forma de frente popular de amplio espectro, en el que formen
desde la izquierda marxista autentica ( no la pesebrera y
posmoderna) hasta los sectores más ilustrados y decentes de nuestra
burguesía, de nuestra economía productiva, no de la rentista y
explotadora. Un movimiento semejante al que trajo la república en
el 1931, y triunfó en las elecciones de 1936.
Si no
se consigue, nos espera en unos pocos años, la desaparición como
país.