lunes, 21 de abril de 2025

Ha muerto el Papa : ¿ Qué rumbo tomará la Iglesia ?

 

Ha muerto, repentinamente, el Papa Francisco. Y deja un legado problemático, que no es otro más que el del occidente mismo.

La iglesia nació judía, después se helenizó e hizo universal, sobre todo con San Pablo. Tuvo su sede en Roma, pero también durante muchos años con el patriarcado en Constantinopla, y hasta casi se llegó a calificar en un cierto momento a la Rus de Kiev ( la Rusia actual) como la tercera Roma, con la conversión de los eslavos a la fe cristiana.

Me temo que la elección del nuevo Papa va a ser difícil y problemática. La iglesia de Roma, que sigue siendo en gran parte europea y occidental, se encuentra hoy mismo dividida en tres tendencias.

La primera es la de la comodidad y la inercia de muchos de sus fieles, sin ninguna inquietud religiosa, de avanzada edad la mayoría y que viven una fe casi sin contenido, en una iglesia que cada vez más se sitúa al lado del poder y las subvenciones que la sostienen. Es la iglesia sin compromisos de ningún tipo, de la cada vez más los templos vacíos y las vocaciones sacerdotales desaparecidas. La segunda, es una parte sustancial de esa misma iglesia y su jerarquia, que precisamente por la cercanía al poder en occidente y sus ventajas, se viene adaptando a las nuevas doctrinas de lo que se ha conocido como el mundo woke ( feminismo, mundos trans, doctrinas LGTBI, aborto, destrucción de la familia, etc) renunciado a sus más elementales principios y dogmas teológicos. Y la tercera, residual, pero no menos capaz de provocar un cisma, con planteamientos ultramontanos, inquisitoriales, alejada de la realidad y que, viendo comunistas por todas partes, sería capaz de canonizar a Francisco Franco si fuera preciso.

Estas son las corrientes eclesiásticas en occidente, donde su hegemonía se agota por momentos en el mundo multipolar que ya está aquí, su economía se resquebraja y acompasado a todo ello se vive, fruto de su decadencia, toda una catástrofe espiritual.

Hoy occidente ya no es ejemplo de nada en el mundo y el futuro del cristianismo ya no va a depender de que el nuevo Papa tome el rumbo de cualquiera de las tendencias apuntadas en estas líneas. La de la inercia, ya está muerta y no tiene recorrido ; la de la adaptación al mundo woke, además de destruir la más elementales bases cristianas, supone la adopción del más puro individualismo, acercando la doctrina de la iglesia a las doctrinas protestantes, favoreciendo un orden neoliberal y socialmente injusto. La tercera posición enumerada es minoritaria, defensora de un occidente que un día ostentó el cetro del mundo, y que cuatro nostálgicos se niegan a enterrar, pues hasta llegan condenar a la libertad religiosa.

La Iglesia nació en Judea, y después se hizo universal. Hoy la iglesia católica es sobre todo Hispanoamérica y una parte de Asia y África. Y hacia el Este tiene a sus hermanos en Rusia, Grecia, parte de los Balcanes y hasta en el mundo árabe. Las diferencias entre la Iglesia ortodoxa y la católica romana es prácticamente muy poco, y más de carácter litúrgico que otra cosa.

Fuera de Europa y Los Estados Unidos, el mundo no es woke y abomina de estas modas. Eso supone casi 6.000 o 7.000 millones de potenciales fieles. Y está esperando una iglesia que predique la Justicia y un nuevo mensaje espiritual, que llene de verdad al hombre. Un mensaje que nada tiene que ver con modas, hedonismos, neliberalismos y decadencias degeneradas. Ya no basta con hacer atractivas las iglesias, como ya sucede en Europa, adornándolas con cantos a lo protestante o haciendo marketing.

O la Iglesia va con esta elección de nuevo Papa en busca de Hispanoámerica, Asia y África, o  si sigue con occidente, que ya se está hundiendo, la iglesia después de 2000 años se hundirá también y desaparecerá.