lunes, 10 de septiembre de 2018

Fiestas y violaciones : Pamplona, Binaced, Huesca y Barbastro

Comenzó con la " Manada"  y desde entonces parece que se ha abierto la veda. No hay unas fiestas que se precien de concurridas y " populares" que no tengan su violación, como traca final.

En la provincia saltó la alarma del contagio en Binaced y el ayuntamiento, a mi juicio, con total responsabilidad,  decretó la suspensión de los festejos. Pareció como si alguien, o quizá la conciencia colectiva, decidiera que no íbamos desde hace tiempo por el buen camino, y se impusiera por tanto una reflexión. Ya no se trataba de perseguir al violador y condenarlo  en vía penal y social, algo obvio;  se trataba de repensar la situación.

LLegaron las fiestas de Huesca, y allí, siempre tan prudentes, según informa la prensa, se repitió la canallada. Las autoridades, por supuesto las locales entre ellas,  ocultaron la noticia unos días : no era cuestión, se dijeron, de enturbiar la sana alegría del pueblo. Habría tiempo para reparar el ilícito y reprobarlo.

Siguió Barbastro con la "moda"canalla y vista las críticas que despertó el ocultamiento capitalino, se pasó una nota de prensa para salir del paso, pero la juerga y la dirigida sana alegría del pueblo continuó. Nadie suspendió nada de nada.

Aún quedan muchas fiestas por celebrar, y nadie desdeña ya nuevos episodios similares. Esta es la situación a la que hemos llegado.

Hubo campañas del NO es NO, que me parece muy bien, y aún hubiera añadido  yo  una información de todos los años que correspondan en el código penal para el violador,  al que  ahora llaman eufemisticamente agresor sexual. Pero nadie ha analizado- y me temo quiera analizar- la causa sociológica y moral que subyace debajo de todas estas asquerosas setas que  brotan en los prados.

Desprecio por los seres humanos, por su dignidad y libertad ( aún más a  las mujeres),  siempre ha habido en nuestra decadente  y embrutecida sociedad ; y a lo largo de la historia, desgraciadamente numerosos  son los ejemplos. Pero ahora me temo que las estadísticas se están disparando.

Cualquier virus o bacteria dañina, es sabido, crece, se desarrolla y prolifera aún más en un medio putrefacto. Lo que para nosotros es basura y suciedad, para la bacteria es el medio adecuado para reproducirse. Basta ver cuando han parecido todas las plagas. El medio no es ajeno a la infección en la mayoría de los casos.


Desde hace años- demasiados- nuestro modelo de fiesta, ni es  sano,  ni alegre, ni es popular.  Hemos importado con toda la naturalidad la cultura anglosajona del "Salou Fest", como algo moderno y avanzado.

Nuestros poderes públicos, a modo de adormidera social, llevan años cultivando el " pan y circo" de la peor especie para granjearse simpatías entre sus potenciales electores, y toda una industria del ocio ( parte de ella) en la mercantilización de la fiesta, han introducido el embrutecimiento y el mal gusto  como actividad y comportamiento social.

Los primeros hasta vienen subvencionando- cuando estos recursos  son de lo más necesarios para muchas necesidades sociales- actividades de muy dudoso gusto y calidad cultural ; los segundos, de la desmesura han hecho todo un negocio de muy lucrativos resultados.

Lo único que puede esperarse del exceso como norma, del embrutecimiento, del botellón, de la ingesta de alcohol y sustancias estupefacientes sin límites y de la gamberrada presentada como el máximo  exponente de la " libertad", es la aparición de fenómenos cada vez más indeseables. 

Lo extraño es que es que no hubieran aparecido antes.  Nuestras autoridades en parte son responsables de todos estos brotes, y ocultando determinados hechos,  persisten en mirar hacia otro lado, bajezas morales aparte.

Es hora de repensar la fiesta.


Pd,- Me dicen que lo de Barbastro, no fue una violación exactamente, sino un abuso sexual. Aclarado queda.

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