Supongo que nadie me tendrá después de todo lo que llevo escrito por un admirador de IU- PODEMOS. Ahora bien, en esta ocasión voy a romper una lanza por estos señores, y lo hago exclusivamente por su condición de ciudadanos antes que políticos.
Hay una cosa que me molesta profundamente, y es que los prejuicios irracionales y el retorcimiento de la ley y el derecho se dirija contra un color político u otro, o contra cualquiera, como arma a utilizar contra un enemigo.
Leo en este extraño agosto muy poco la prensa pero poco basta en este empeño para darse cuenta de la persecución que se está llevando a cabo contra Podemos y sus líderes. Colabora por el momento y veremos en qué queda todo, un juez, la artillería de la prensa conservadora y paradójicamente el ex abogado de la formación política. Resulta que éste por despecho o venganza al ser privado de su empleo, anda todo el día acusando a Podemos hasta de la muerte del presidente Lincoln. Y en encima lo hace de forma vaga e imprecisa. Ya se sabe, el conocido cuento de que “ si un día, alguien me dijo, que otro le había dicho, y así todo. Delitos, todos los que se puedan imaginar y alguno más.
Lo que me extraña es como ya no está en la cárcel el propio abogado, obligado como está a guardar secreto profesional, mientras siga vigente el delito de revelación de secretos. Y si además el contenido de lo que con tanta mala fe denuncia resultará no ser cierto, estaríamos además en presencia del delito de denuncia falsa.
Como mínimo con estos datos que desde fuera dan toda la apariencia de ser un montaje más en los que habitualmente se utiliza a la Justicia para una “vendetta” política, lo que me extraña es como a estas horas el juez que instruye la causa, no haya archivado las diligencias, pues como mínimo en este caso existiría una nulidad de actuaciones de libro.
Otra cosa que me molesta aún más y que conste que soy partidario de la derogación del delito de odio, es que unos energúmenos ( en todo caso más de 50 personas) lleven, turnándose, más de 200 o 300 días en las cercanías del chalé de Pablo Iglesias e Irene Montero, insultándoles y molestándoles con todo tipo de groserías. Porque una cosa es el “escrache” de un día y otra el odio patológico que rezuman de forma continua y perseverante.
Son habituales los gritos en este tipo de gente tachando a Pablo Iglesias y esposa de “ bolivarianos y comunistas”.
Al margen que cada cual puede ser lo que le venga en gana mientras cumpla la ley, estos señores profesionales del odio y los prejuicios, si pensaran un poco podrían darse cuenta de que, hoy por hoy, los habitantes de Galapagar, de comunistas no tienen nada y de bolivarianos tampoco. Y si un día pudieron llegar a tener alguna ideología semejante, el sueldo y la posición social les curó de sobras su pensamiento.
Al momento presente Pablo Iglesias, su esposa y otros dirigentes de Podemos, no pasan de ser unos reformistas posmodernos con mucha cara, y lo digo por la rápida renuncia a lo que decían tan solo hace dos años años. Pero resulta, que los pelagatos y hasta los oportunistas, tienen derechos y no se merecen el trato judicial que reciben, ni el de la prensa, ni muchísimo menos el de los hooligans ultraderechistas que los acosan a diario.
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