El problema lo creo el Papa
polaco, Juan Pablo II. El Problema, me refiero a los límites
diocesanos, no existía. Los territorios obispales y arzobispales no
tienen porque coincidir con la división administrativa de los
estados a los que pertenecen, como sucede en España y en otros
países. Menos todavía en nuestro caso, pues Cataluña y Aragón
compartieron casi 500 años una misma corona. Nunca salvo pequeñas
diferencias hubo conflictos entre Aragón y Cataluña y por lo que
respecta a los límites diocesanos del obispado de LLeida y el de Barbastro, tampoco nadie los puso en cuestión
durante cientos de años.
Las
influencias del Opus Dei y lo más cavernario y troglodita de nuestra
región, llamado el PAR ( Partido aragonés regionalista), hicieron mucho por crear una disputa donde
nunca antes la había habido. Con la división diocesana ( menguando territorio al obispado de LLeida en tierras aragonesas),
inmediatamente se reclamaron al antiguo obispado los bienes
artísticos de la franja aragonesa para el nuevo obispado creado ( el de Barbastro Monzón) y el
Vaticano falló a favor de su traslado.
A
raíz de la disputa comenzó posteriormente el contencioso relativo
a la ejecución del fallo canónico con el fin de retirar la mayor
parte de las obras de arte de las parroquias de la franja aragonesa,
depositadas hasta entonces en el museo diocesano de Lleida, no a sus
lugares de origen sino un museo en Barbastro subvencionado con
fondos públicos a cargo del nuevo Obispado de Barbastro- Monzón,
resultante de la división o escisión del Obispado de Lleida.
El
contencioso que sólo creó la propia Iglesia, y tan amante como se
declara de su extenso derecho canónico, no supo solucionarlo ( o no
quiso) por esos trámites procesales imponiendo sus decisiones a
ambos obispados. Es decir, ejecutando el fallo.
Las
piezas de arte ya están en Aragón, concretamente en Barbastro,
gracias a la sentencia de uno de los juzgados de 1 instancia de esta
ciudad, la cual ha sido ejecutada provisionalmente, a pesar de que
contra la misma se sigue recurso de casación en la actualidad ante
el Tribunal Supremo.
Legal
es la tal ejecución, pero prudente
parece poco prudente pues todavía puede teóricamente ser enmendada
la sentencia al no ser firme.
Ya
ha acabado todo por el momento y presumiblemente la sentencia devenga
firme y resulte confirmada. Sólo una objeción: podrían haberse
arreglado las cosas entre pueblos hermanos de otra forma, con la
equidad y la justicia en la mano, y retomando la voluntad de pacto
que siempre presidió e inspiro el actuar en los territorios de la
Corona de Aragón.
Porque,
vamos a ver. ¿ Si los bienes artísticos durante el siglo XIX y
parte del XX fueron objeto de expolio y abandono ( quien no se
acuerda de Erik El Belga), nadie en Aragón invirtió ni un real en
su protección, y hasta algunos párrocos llegaron a comerciar con
los mismos ( dicen las mala lenguas), qué hubiera sido de dichos
bienes si el Obispado de Lleida no los hubiera protegido en día en
su museo diocesano ?
¿
A algunos de los hooligans anticatalanistas, tan católicos ellos y
sus caciques ancestros, se le ha escuchado una brizna de
agradecimiento al Obispado de LLeida y a Cataluña sobre este
particular ? ¿ Hicieron ellos algo en algún momento para
proteger los mencionados bienes?
Recuerdo
una conferencia de Santiago Marraco ( para mi el mejor presidente de
Aragón con diferencia) donde se quejó al ser acusado el partido
socialista por la derecha reaccionaria y trabucaire de nuestra región
de perseguir poco menos que a la Iglesia, a lo que contestó y
llevaba razón, que, sino hubiera sido por los socialistas, muchos
templos y ermitas de valor artístico estarían en aquel momento en
la ruina más absoluta y expoliadas.
Pero
señoras y señores, vayamos a a la analogía jurídica para analizar la posición de los hasta hace poco depositarios de los
bienes, es decir, el obispado de LLeida. En el Derecho marítimo, el buque y la tripulación que
salva a otro navío y su carga, no sólo se le debe indemnizar de los
gastos y perjuicios que tales tareas le hayan supuesto, sino que
también tiene un derecho a una prima o participación de los bienes
salvados. De Igual forma, quien halla un tesoro en fundo ajeno,
según el Código Civil tiene derecho a una participación en el
valor del mismo.
Miren
ustedes, no es que me oponga a la sentencia dictada ni a que los
bienes hayan vuelto a Aragón, lo que me molesta profundamente son
varias cosas:
La
primera, que los medios de la caverna zaragozana, como el Heraldo de
Aragón, vayan catalogando al actual obispo de Barbastro como el
“Obispo valiente” por haber llevado a su homologo catalán a los
tribunales. Me parece que el redactor de la noticia llegó a emplear
en su enfervorizado reportaje la frase de “ haberlo llevado al
banquillo”, cuando el litigio fue civil y no penal, y sólo los
acusados por un delito se sientan en estos últimos procedimientos en
tan incómodos asientos. Ganas, por lo visto, no le faltaban al
redactor de la noticia.
Ya
hemos dejado caer que existían otros vías para el acuerdo y más en
el seno de la Iglesia, pues ella misma y sólo ella había creado el
problema.
No
soy cristiano, pero defiendo la libertad religiosa como uno de los
principios elementales de cualquier sociedad que no sea calificada de
bárbara, y, desde luego si fuera cristiano la imagen de un obispo
llevando a otro a los tribunales fuera de los procedimientos del
derecho canónico, no me resultaría nada agradable ni ejemplar,
salvo que, por supuesto, fuese en lugar de un cristiano un nacional
católico y un cruzado anticatalán.
El
segundo aspecto que me molesta de este contencioso, aún no acabado,
es que la pandilla de hooligans que hoy animan al obispo, no tienen
bastante con su victoria jurídica. Siguen perseverando en erradicar
de nuestras tierras ( zona oriental de la provincia) su diversidad
lingüistica, llevarnos hacia la meseta, separarnos de nuestra
orientación mediterránea que siempre tuvo la Corona de Aragón y
enemistarnos en todo lo posible con Cataluña.
No
pierden ocasión estos sujetos- siempre alentados por su aliado el
señor Lamban- para en lugar de apagar las brasas, avivar de nuevo
las llamas con todo tipo de excusas y memeces. Ahora han vuelto,
contra todo criterio filológico de todas las universidades, no de
España, sino del planeta, a que lo que se habla en muchos pueblos
de la Franja de Aragón no es el catalán, con todos los modismos o
particularismos que se quiera ( en Tortosa o en el Ampurdán también
los tienen). Cierto que en algunos de esos pueblos, los filólogos
califican a las lenguas habladas locales como lenguas de transición
al haberse mezclado el catalán con la fabla y hasta con el
castellano, pero son casos puntuales dentro del análisis
territorial. En el resto, la gran mayoría lo que se habla es el catalán, con todos los modismos que se quiera.
Aquí,
por lo visto, los hooligans siguen la doctrina del ignorante de Pablo
Casado ( al que le regalaron la carrera de Derecho y varios masters)
que hace pocos días creó la lengua ibicenca, la mallorquina, la de
formentera y la menorquina. Y eso lo dijo un señor de Palencia, todo
un experto en la materia que apenas ha escuchado dos frases en
catalán en toda su vida. Alguno de Altorricón , Alcampell, Valencia o Tarragona por ejemplo
debió pensar “ pues que bien, ahora en lugar de hablar el
castellano y mi lengua propia, hablo además cuatro más”. Hasta a
mi se me ocurrió, hablando castellano, que por fin ya había
conseguido hablar 22 lenguas más. Ya saben, el "peruano", el "nicaragüense", el "chileno", el" colombiano" y etc, etc.
Finalizo.
La caverna no podrá evitar que desde Lérida, hasta si me apuran
Barbastro, sea un importante corredor económico y comercial, como
siempre lo ha sido, y que el destino del pueblo catalán y el
aragonés vayan, desde la diferencia de cada uno de lo ellos, en la
misma dirección por intereses mutuos como ya sucedió en la
historia.
PD.-
Las lenguas no tienen fronteras. Como anécdota diré que un día un
buen amigo de Azanuy ( pueblo de la franja aragonesa) me informó con sorpresa que hablando con un
valenciano, “ cada uno en su lengua” se entendían a la
perfección. Pensé para mi a qué grado de manipulación los
políticos y los medios de comunicación pueden llevar a las personas, ocultándoles la realidad.
Sólo se me ocurrió contestarle lo siguiente : ¿ cómo no os ibais
a entender, si, con modismos diferentes aparte, hablabais la misma
lengua? Quedó pensativo y no supo qué contestarme.