Siempre he sido más amigo del
ensayo que de la novela. Pero ello no quiere decir que de vez en
tanto no incursione en ese género, bien a través de lo clásicos y
hasta en las de actualidad. En este capítulo, puesto a aconsejar una
novela para este verano, me he decantado por lo que se denomina el
thriller o novela negra. Ya sé que en este rubro, sobre todo en el
policíaco, han venido destacando los autores escandinavos, aunque a
mi con su pesadez no me van. He preferido a este respecto la figura
de un mediterráneo. Me estoy refiriendo a Petros Markaris.
Comencé
hace tiempo a leer a este griego insigne, gracias a la recomendación
de otro griego buen amigo que vive en mi pueblo, donde reside hace
más de 25 años. La traducción de sus novelas es perfecta, algo de
lo que me dado cuenta y ha ratificado mi amigo el heleno.
Tiene
títulos memorables, tales como Noticias de la noche u otra
de sus novelas titulada Pan, educación y libertad. Publica
en Tusquet editores y si lo leen les aseguro que no les defraudará.
Será un lectura de calidad y a la vez entretenida para este estío.
Con un estilo, suelto,
dinámico y entretenido, las novelas de Petros Markaris, se enmarcan
en la desoladora crisis que ha sufrido Grecia todos estos años, a
raíz del estallido de las burbujas, con su secuela de pobreza y
miseria. Y todo este escenario se narra siempre a través del mismo
personaje que aparece en todas novelas : el comisario Kostas Jaritos,
un hombre honrado, profesional ante todo, pero al que los dramas que
contempla no le son ajenos, aunque por encima de todo ello deba
cumplir con su deber.
Muchas veces los delitos en
que interviene Kostas Jaritos, beben en la dramática historia
reciente del pueblo griego: la resistencia contra el invasor alemán
durante la segunda guerra mundial, la guerra civil que siguió, la
dictadura de los coroneles y la democracia reinstaurada, que si bien
entró en la UE, pronto degeneró en corrupción y nepotismo, hasta
nuestros días.
Resulta
entrañable en casi todas sus novelas, la amistad del comisario con
un viejo y coherente
luchador comunista, un tal Zisis, cuya amistad se fraguó entre
ambos al tener que detenerlo en la fase de la dictadura de los
coroneles. Enemigos entonces, los dos alcanzaron a conocer y admirar
la talla moral y sólidos principios de su adversario. Con la
amnístia y la libertad de Zisis gracias a la llegada de la
democracia, aquella admiración se tornó en entrañable amistad.
No es la primera vez en la que Kostas Jaritos, para encontrar las claves de oscuros crímenes contra
funcionarios corruptos, políticos venales y oscuros oligarcas, se
vale en sus pesquisas de las opiniones de su amigo Zisis.
La
última novela, que he devorado estos días, se titula La
hora de los Hipócritas, en la
cual una parte de las clases medias arrastradas a la miseria comienza
a tomarse la justicia por su mano. No les cuento más, sólo que este
es un escenario en el que si la desigualdad y la pobreza siguen
avanzando, podría escribirse como posible en cualquier país.
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