sábado, 23 de diciembre de 2023

Javier Milei, el " motosierra" : el futuro que le espera a la Argentina

Es llamativo el cuadro de Ceferino Carnacini, representando lo sucedido en la ciudad de Buenos Aires el 25 de mayo de 1810. En él se contempla al pueblo ávido de noticias concentrado frente al Cabildo, casa de gobierno del virrey de la corona española. Dicho Virrey acababa de ser depuesto por una junta de ciudadanos de la ciudad, la cual con el tiempo y diversos acontecimientos, acabaría siendo la primera piedra de una nación independiente, llamada Argentina.

Lo llamativo, como decía, es el título del cuadro, que dice así : " El pueblo quiere saber de qué se trata. Es decir, la independencia no la promovió ni la proclamó el pueblo, ni los indígenas, ni los mestizos. La independencia fue obra, de la mano de Inglaterra, de una parte de la oligarquía bonaerense, la que hasta entonces a través del puerto y violando el monopolio del comercio con España, esto es con el contrabando, se había venido enriqueciendo y más que pensaba enriquecerse a partir de entonces. El pueblo, como dice el cuadro, se concentró en la plaza del Cabildo " para ver de que se trataba" ajeno por completo el golpe de estado. Y no digo que  también a aquella oligarquía en la decisión tomada no les hubiera influido la desastrosa situación de España en aquellos años, donde un rey felón y su no menos felón hijo habían cedido el trono a Napoleón y España se consumía en una guerra contra el invasor francés. 

Pero ahí tenemos en gran parte a las dos argentinas. La de la capital, especulativa, actualmente mucho más europea debido a las inmigraciones de finales del XIX, abierta al libre comercio y cuyos siervos mas representativos llevan a París y Londres en el corazón, aunque hablen castellano. El hecho es que esta gente, que vive en los mejores barrios de Buenos Aires, no se siente latinoamericana, al igual que su dinero, que guarda y esconde siempre en paraísos fiscales, sin apenas invertir  un chavo en su propio país. La otra argentina, la del interior, es distinta, más mestiza en algunas provincias y mucho más dispuesta a sostener una economía interior en conexión incluso con los países andinos. Es la argentina latinoamericana.

Desde la independencia la primera de la argentinas llevó la batuta en beneficio de los capitales ingleses, exterminó a parte de su población indígena y se hizo con los recursos mas importantes de un país que los tiene en abundancia. Si examinamos la tabla de los elementos a Argentina no le falta de nada.

La verdad sea dicha, hay una cosa que siempre le ha faltado a Argentina, y es una burguesía patriota y nacional. Con la excepción de gobiernos como el de Perón, pronto derrocados, y los periodos de la I y II guerras mundiales, los capitales argentinos han sido extractivitas y saqueadores de los recursos nacionales. Y digo saqueadores porque los beneficios obtenidos no los suelen invertir en su país, en el que también procuran pagar nulos impuestos. Así ha sucedido en ciertos periodos de democracia formal y durante las numerosas dictaduras padecidas.

No es extraño pues, que  de forma recurrente se hagan presente la inflación desbocada y el endeudamiento. Lo que el estado no recauda se suple como forma de cubrir el déficit con la impresión de billetes y de forma también habitual, se suele recurrir al crédito exterior del FMI que solo consigue empobrecer aún más a Argentina, endeudándola.

La oligarquía del país sólo sabe saquear para intereses extranjeros, de las que  es su capataz. y en cuanto hace un dinero lo coloca en cuentas del exterior. Pagar impuestos y reinvertir en su país, es conducta que tiene prohibida por su " código del honor".

Los recientes gobiernos peronistas no se han atrevido a sacar la tijeras y aplicar unas políticas nacionales que erradiquen las pobreza y sustituyan, si fuere preciso, a esta oligarquía de vende patrias por unos empresarios nacionales, incluso con la participación del estado en la economía. Menos todavía a plantar cara al FMI y dilatar el pago de la deuda en condiciones favorables.

Fruto de todo ello, con un pueblo desesperado al que ningún partido autotitulado de izquierda ha acudido en su ayuda, y con el concurso de la basura de los medios de comunicación, acaba  de elegir Argentina a un loco.

La receta de este degenerado es bien simple : que todo siga igual, y como el déficit se hará presente de nuevo, para no imprimir billetes y parar a la inflación, se van a eliminar los pocos derechos derechos sociales que aún les quedaban a los argentinos. El estado se reducirá al mínimo y los impuestos devendrán simbólicos, si es que se paga alguno. También quiere dolarizar la economía al servicio de sus amos (  Inglaterra y los Estados Unidos), pero esto último se lo está pensando.

Todo esto lo ha hecho invocando a la libertad, y ya ha insinuado que si se producen protestas sociales habrá palo y palo, e incluso se privará de los pocos sociales que aún le queden a  todo aquél que participe en las protestas.  ¡ Olé por el demócrata  que  ya ha nombrado a su hermana jefa de su gabinete ¡ 

Mi diagnostico es que cuando pase la motosierra con los débiles  y trabajadores ( a los altos funcionarios del estado y clase funcionariales de élite, no les tocará ni un céntimo), endeude nuevamente al país, todavía mucho más, las protestas y la inestabilidad se harán presentes, y la burguesía de rapiña que representa Milei no invertirá ni un solo céntimo en el país y se llevará como ha hecho siempre los capitales fuera, por muchas facilidades que en impuestos se le den.

Podrá Milei tirar todavía unos años de forma pasajera, vendiendo activos nacionales para normalizar la economía, saqueando a la patria en beneficio de intereses extranjeros, pero el problema estructural lo dejará como está y aún peor. Este tipo con su demagógico discurso  acabará vendiendo a la Argentina a pedazos, si mis hermanos argentinos no lo impiden antes y luego tengan la audacia de escoger a un partido de gente decidida y patriota. El viejo peronismo ya no sirve.






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