sábado, 26 de noviembre de 2022

Joaquín Sabina nunca fue de izquierdas

Algunos han quedado asombrados de las declaraciones, en una entrevista,  del cantante Joaquín Sabina.  En cambio, por lo que a mí se refiere no me ha tomado  en absoluto de sorpresa.

Les recuerdo lo que este sujeto ha dicho, más o menos : "que ya no se siente de izquierdas, que el comunismo ha sido un fracaso y la revolución cubana también ; que las únicas revoluciones que han avanzado han sido las feministas y LGTBI, y que el siglo XXI no está teniendo nada de bueno,  pues surgen hombres con Putin y Trump, no así como excepción hombres como Zelensky,  al que admira " .

Este señor siempre fue un farsante y un oportunista, nunca un hombre de izquierdas. Y además, como expondré mas adelante, un muy mal ejemplo para varias generaciones.  Hijo de un policía en la época franquista ( está por comprobarse si fue o no de la brutal Brigada Político social), nadie niega su altura artística, pero la historia está llena de literatos, artistas, filósofos e incluso juristas  de prestigio, que  en lo personal nunca fueron ejemplos morales para nadie. Cito a algunos : Vargas Llosa, Plácido Domingo, Jean Jacques Rousseau o Carl Schmitt.

Ya corrían los tiempos del Eurocomunismo- es decir, de la degeneración y traición a la doctrina de Marx y Lenin- cuando  el caballero empezó a coquetear con el Partido comunista.  Nunca encajó  en sus filas, porque todavía existía una cierta disciplina en la organización, y él, narcisista e individualista, amén de amante del dinero, estaba por supuesto mucho más por el Yo que por el Nosotros. 

A partir de ese momento y con la llegada de la democracia y la Movida madrileña, se fue haciendo famoso, adoptando una estética trasgresora. Y a la par que vestía de forma cochambrosa, consumía todo tipo de drogas e insultaba todo lo que podía a la moral tradicional, cultivaba, no obstante con esmero, su cuenta personal; pues la verdad sea dicha, al Dios dinero nunca le hizo asco, más bien lo adoró con solemnidad y  poco amigo de repartir, hasta llegó a tener problemas con Hacienda.

Con su hedonismo, su consumo de las drogas y narcisismo fue y ha sido en muy mal ejemplo para varias generaciones. Nunca supo qué era eso de los valores colectivos, ni le interesaron lo mas mínimo. Lo triste fue que una izquierda en liquidación, carente de principios socialistas y trufada de individualismo e identidades, lo adoptó- a él y otros sujetos parecidos, a cada cual peor- como referencia artística y social.

 Pero como la cabra siempre tira al monte, nuestro hedonista y amigo del dinero, ya empezó estos últimos años a encontrarse un tanto incómodo entre su esencia real  e intima y su estética externa aparente.  Poco a poco, se dijo,  ya podía permitirse el lujo de dejar de engañar a la gente y mostrar su propia alma.

Un día leí, tan trasgresor él, como obsequió a su hija con una primera comunión y años después, se declaró amante fanático de la tauromaquia ;  llegó a bailar hasta con Esperanza Aguirre y la emprendió con toda su artillería contra los catalanes y el derecho de autodeterminación.

Lo de ahora sólo ha sido el colofón final de un tipo hedonista, narcisista, egoísta e individualista hasta las cachas. Un tipo de derechas de toda la vida, pero de la peor de las derechas, de la capitalista posmoderna.


PD.- Ya no consume drogas ( de las que debe ser partidario de su legalización).  Se las han prohibido los médicos ;  pero haciendo apología  de las mismas,  reconoce que aún las echa de menos y siente nostalgia.



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