lunes, 22 de abril de 2024

Se avecina una nueva guerra de los Treinta Años.

Ya lo saben, por encima de Donal Trump y el partido republicano, está el complejo militar industrial, hoy por hoy la principal industria de  los Estados Unidos. El complejo militar industrial  sirve  además de fomentar guerras y guerras en su propio interés, para que  el país al que pertenece y acoge  desestabilice  el planeta impidiendo así  consolidar la aparición de nuevas potencias. Resulta en definitiva, la mejor forma de consolidar la hegemonía mundial de los Estados Unidos y sus aliados anglosajones ( Australia, Inglaterra, Canadá y Nueva Zelanda).

Ayer mismo hemos sabido que a pesar de la oposición de Donal Trump y muchos de sus seguidores en el partido republicano, la Cámara de Representantes ha liberado nuevos fondos para la Ucrania de Zelensky, por importe de 61.000 millones de dólares en forma de préstamo, a los que habrá que sumar los 50.000 millones de euros ya concedidos por los lacayos europeos.

Y es que los fuertes intereses que anidan en los Estados Unidos han podido con la resistencia del partido republicano a la guerra de Ucrania y podrán, pienso que  también, tarde o temprano, con la oposición directa de Donal Trump, caso de ser elegido en noviembre de este año. Métodos y maneras para presionar existen  de todo tipo y no cabe desdeñar la puesta en marcha, si fuere preciso del último recurso. Han sido varios los presidentes de los Estados Unidos que, con su audacia,  han pagado con su vida. Nada más y nada menos que cuatro en poco más de 250 años de historia han sido asesinados.

Porque, señoras y señores, qué se puede esperar de una nación fundada por puritanos fanáticos calvinistas,  cuyas élites se creen designada por Dios para cumplir con el Destino Manifiesto  de gobernar la tierra  e implantar en la misma el modelo de libertad de los padres fundadores de los Estados Unidos. Y añado : qué se puede esperar de una nación, donde hoy por hoy el loby judío ( de amplio alcance financiero) se jacta de que todos sus candidatos apoyados, obtienen siempre  resultados favorables en las urnas, y donde por otra parte, y además, las sectas evangelistas tan presentes en los EEUU,  con una interpretación literal de la Biblia sostienen que los sionistas son el pueblo elegido por Dios e Israel les pertenece como la tierra prometida que les concediera Yavé. 

Súmenle a  a todo ellos, los intereses directos de los  canallas y psicópatas que desde la banca y Wal Street gobiernan las industrias del complejo militar industrial, y concluirán que todo este engranaje de intereses  luchará hasta el final para no perder su hegemonía. Como han podido ver, con ellos no solo está Dios, sino también el negocio, la especulación y el dinero. ¿ Hay quién de más?

Perdiendo como está Ucrania la guerra, a mi no me ha extrañado la prórroga de la misma a través del nuevo crédito y hasta la muerte, como así será, desgraciadamente, del último ucraniano.

El imperio por ahora juega a las guerras denominadas "proxys" contra Rusia y en cuanto pueda hará lo propio contra China. Las guerras proxys son un esquema muy sencillo:  se trata de enfrentar a las nuevas  potencias que discuten y ponen en peligro la hegemonía de los Estados Unidos, con todas las naciones lacayas del imperio principal, para desgastar al adversario. Hasta ahora así lo ha hecho EEUU e Inglaterra con Georgia y Chechenia. En la primera provocó una invasión de la región autónoma y filorusa de Osetia, lo que obligó a Rusia a reaccionar y en la segunda fomentó a todas sus sucursales de Alqaeda y el Estado Islámico ( la CIA con chilaba las denomina Juan Manuel de Prada), para segregar a Chechenia de Rusia.  

Ni en un caso,  ni  en el  otro lo consiguieron, y la tercera embestida, redoblando la apuesta, ha sido Ucrania. Cuando esta guerra acabe sin el triunfo apetecido, aún quedarán en el cajón nuevos actores a los que sacrificar:  los países bálticos, Polonia y si fuere preciso gran parte de Europa.

Al fin y al cabo, sobre todo a Canadá, Australia, Nueva Zelanda y los Estados Unidos, Europa  les queda lejos y las élites europeas que nos gobiernan, de europeas tiene muy poco, pues culturalmente son anglosajonas.

Si tuviera que buscar un parecido en la Historia con lo que está sucediendo y puede suceder en los próximos años, me decantaría por la Guerra de los Treinta Años en Europa ( 1618 a 1640), que acabó con la Paz de Wesfalia, de la que nació un nuevo orden mundial.

Entonces la hegemonía en Europa la ostentaba España, aliada a la Casa de Hausburgo en Alemania y Austria, ambas monarquías de credo católico, frente al protestantismo abrazado por muchos príncipes alemanes.  Pero detrás del conflicto religioso, una nación, en este caso Francia, pretendía hacerse con la nueva hegemonía en el continente. La Guerra de los Treinta años fue su oportunidad y tuvo 4 fases : en la primera los príncipes alemanes, estimulados por Francia, fueron derrotados por la casa de Austria, con la inestimable ayuda de los Tercios españoles ; en la segunda,  Dinamarca  con su rey al frente entró en el conflicto contra los mismos adversarios, también estimulado por la misma Francia. Dinamarca resultó igualmente derrotada y   fue entonces, cuando entró en liza contra la Casa de Austria y España,  la protestante Suecia, que también resultó derrotada por las tropas española en la batalla de Nördinglen.

Desgastada España y la Casa de Austria de tanta guerra, fue cuando Francia, el autentico contrincante y aspirante a la nueva hegemonía en Europa, dio la cara directamente, intervino en el conflicto, y consiguió derrotar a los hasta entonces invencibles Tercios españoles, en la famosa batalla de Rocroy.

Otra lección se desprende de todo esto, y es aprovechable para todos los adversarios en liza.

No fueron pocas las voces que recomendaron al entonces valido del Rey Felipe IV de España, el Conde Duque de Olivares, el retirarse del conflicto y abandonar el teatro europeo, pero siempre el valido  contestó que una potencia hegemónica " nunca puede perder su reputación" por mucho que una guerra en concreto ningún beneficio le reporte. Si lo hace sus numerosos enemigos la destruirían.

Estados Unidos y la maquiavélica Inglaterra, cuando finalicen  sus guerras proxys contra  Rusia, antes que abandonar  el cetro mundial, entrarán en conflicto directamente contra Rusia y contra China. Contra esta última, crean o no agotado y desgastado a su mejor aliado,  que  en estos momentos es Rusia.

La élites anglosajonas, corruptas, fanáticas, iluminadas y psicópatas,  antes de abandonar su hegemonía, llevarán al mundo al desastre nuclear, cuando todos los proxys haya sido vencidos.

Sólo los pueblos de Europa y los Estados Unidos pueden impedirlo. 

Hoy por hoy, totalmente alienados, a estos pueblos no se les ve conscientes del peligro que corren, al igual que  toda la humanidad.


PD.- Europa y los Estados Unidos frecuentemente lloran por el holocausto judío en la II Guerra Mundial y analizan exhaustivamente el genocidio y lo sucedido en los campos de exterminio. Pero al igual que se olvidan de citar a los más de 2.000.000 de gitanos exterminados por el Nazismo, hoy mismo a cualquier hora ignoran o miran hacia otro lado cuando Netanyahu y sus criminales sionistas exterminan a todo el pueblo Palestina en Gaza y Cisjordania. El genocidio es evidente. Persiguen desplazarlos de su tierra. Su fuego persigue a la población civil destruyendo deliberadamente viviendas, panaderías y hospitales. ¿  En que guerra o exterminio como éste de las más de 30.000 muertes, sean niños casi la mitad ? 

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