Recibí con tristeza la muerte de David Lafoz, un agricultor de Bechite en la provincia de Zaragoza. Era muy joven todavía para quitarse la vida y tengo para mi que no era un hombre con tendencias estructurales a la depresión, el aislamiento, la enfermedad o la soledad. Un hombre con esta personalidad, no participa activamente en las protestas agrarias, como él hizo, ni sale al auxilio de los demás en la DANA de Valencia, como siguió haciendo, poniendo todo lo poco que tenía al servicio de los que sufren.
Un hombre así, es un ser humano lleno de ilusiones, con ganas de hacer cosas, de trabajar y de superarse, sobre todo subiendo peldaños en esa escalera que lleva a ciertas personas a la búsqueda espiritual de la perfección, el Bien y la filantropía.
David, tenia muy poca tierra, un tractor (probablemente de segunda mano), más de un crédito y muchas ganas de trabajar en un entorno donde cada día hay menos jóvenes y pequeñas propiedades agrícolas. Gracias a él, todavía nuestros pequeños pueblos no han sido abandonados del todo y a España ( todas sus regiones y nacionalidades) se la pueda seguir llamando así por su nombre, en lugar de un desierto vacío y triste.
Entonces ¿ qué llevó a David a quitarse la vida a sus 27 años ? No lo sabremos nunca con certeza, pero lo que sí sabemos es que un sistema plagado de miserables, una democracia que no es tal y una burocracia de hombrecillos egoístas y asquerosos le hizo la vida imposible, mas todavía cuando destacó en las reivindicaciones agrícolas a las puerta de las Cortes Aragonesas en la Aljafería, obstruyendo la entrada con su tractor.
Si ya el plan de gran capital multinacional es despoblar los pueblos rurales de España y acabar con la pequeña y mediana agricultura, David era por supuesto parte también de esos objetivos de los poderosos, pero a mayor abundamiento, fue objeto de una sistemática persecución por parte algunos de nuestros funcionarios regionales, siempre al servicio de los políticos para medrar.
David vino sufriendo, en interminables jornadas de trabajo, los injustos precios de los productos que él generaba con su esfuerzo, las pocas o nulas ventajas bancarias para financiar su maquinaria, los recortes constantes de la PAC, el constante aumento del precio de los fertilizantes y fitosanitarios, el pago de impuestos de todo tipo ( incluida la seguridad social) y revisiones y controles de las herramientas agrícolas ; y de colofón el gran número de prohibiciones absurdas al desempeño de las tareas agrícolas, que sólo hacen que encarecer ejercicio de la actividad, además de convertir al agricultor en todo un tramitador constante de papeleo.
Todo esto, y mucho más que me dejo, lo vino sufriendo David, pero al igual que todos los seres humanos tenemos un límite, incluidos los más capaces, alguien se encargó de acabar con la resistencia de David. No se podía tolerar a un líder agrícola, joven y valiente, un hombre que navegaba a contracorriente y no quería ser parte de esa mayoría de la juventud consumidora de ansiolíticos, conformista y sumisa. Era el modelo que iba a impedir a los grandes monopolios y oligarcas agrícolas despoblar el campo de quienes lo sostienen: los pequeños y mediados agricultores.
David, había llegado a ser el farolillo rojo, el joven combatiente contra el sistema, el posible ejemplo a seguir por muchos jóvenes, todavía no alienados del todo. Y claro, más de un politicucho decidió romperle el espinazo y hacer de él un escarmiento para posibles seguidores. El politicucho pudo ser cualesquiera, pues de estos deplorables especímenes es lo que nos sobra en Aragón, tierra de caciques como ya denunciara en su día el también aragonés Joaquín Costa en su su famosa obra Oligarquía y Caciquismo.
Para el escarmiento- es lo mas probable-los politiuchos siempre al servicio de la oligarquía regional, aliada siempre a los intereses globalistas y de los fondos de inversión, utilizaron para su venganza a sus herramientas favoritas, a los burócratas que habitualmente les sirven en las instituciones, siempre bien alimentados en el reparto de los bonus (perdón, le llaman productividad), ascensos y cargos temporales de confianza, consolidando salarios. Y así fue como a todas sus dificultades puestas en su camino para salir adelante, le llovieron todo tipo de inspecciones, controles y probablemente sanciones a cargo de estas garrapatas.
David, no pudo más y se quitó la vida. Hoy en día, David representaba el ejemplo a no seguir, es decir representaba los intereses contarios a las multinacionales y la agenda 2030. Él era un pequeño propietario, un hombre que no quería una España rural despoblada, un amante de las tradiciones, un hombre que estaba impidiendo que los grandes intereses se quedaran con toda la tierra, y que los cultivos de basura primaran sobre los de cercanía y calidad.
David ha muerto y sólo queda desearle que descanse en paz, en esta tierra aragonesa que él quiso tanto. Pero su ejemplo, estoy seguro continuará y quizá un día podremos comprobar, todos incluidos, él desde el Cielo, como una realidad el ejemplo de Joaquín Costa.
Opino que la semilla ya ha empezado a germinar. Y por ello, les dejo en el video para cerrar este artículo, que contiene la valiente intervención, convocando a un homenaje a favor de David, de este agricultor levantino.
No se anda por las ramas y habla claro. Ya era hora.
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