sábado, 20 de enero de 2018

Carta de una nación preocupada : los EEUU

Hola muy buenas, yo soy los Estados Unidos de América. Ya me conocen, para mi no hay ley ni derecho, simplemente intereses. Es que me descojono cuando oigo hablar de Derecho Internacional.  ¡ Serán pringaos algunos....., cuando les oigo recitar  doctrina jurídica en sesudos congresos ¡ . No lo digo por todos aquellos que tengo a sueldo para lavar mi imagen en el mundo entero, que buenos dineros me cuestan y son muchos, me refiero  a toda esa lista de idiotas que se creen lo que dicen. Estos memos, lerdos o pendejos, como los quieran llamar, aún no saben  que yo invado países, desencadeno guerras y hago lo que me da la gana para que mi moneda, que no vale nada, sea una de las mas apreciadas. Con ella compro lo que quiero y con los papelitos verdes que imprimo- y no paro de imprimir- todos se matan por tenerlos y venderme cosas. Además, el petróleo se debe comprar con billetes verdes ( que por algo tengo bien untados a toda esta serie serie de productores trogloloditas en Arabia Saudi, Qatar y otros emiratos) y así el valor de mi moneda se mantiene y revalúa constantemente.

Yo la verdad, me limito a controlar los mercados financieros y a tener una buena industria de armamento. En este papel  de matón internacional, también descubrí que  al expandirme mucho, no me quedó más remedio que externalizar algunas de mis actividades. Lo conseguí a buen precio, diría que fue barato contratar a varias marionetas. En cada país de mi imperio, tengo  a ciertos caballeros de estos. ¡ Y como se aplican estos tipos por cuatro chavos ¡ Tal es su entusiasmo que no tengo que pagarles ni horas extras, ni primas. Cumplen en un perfecto inglés, y encima lo poco que les pago  lo hago con todos los papelitos que quiero fabricar.

Qué buenos tiempos he vivido. Si alguien no me obedecía del todo, no había problema. Pronto lo incluía en una listado de "terroristas", que lógicamente fabricaba yo solo, sacando y poniendo al que quería, y después si persistía en su conducta rebelde, yo mismo, junto a mis países palanganeros ( no se pueden ustedes imaginar con cuantos de estas mierdecillas cuento, a los que llamo aliados) le declaraba la guerra humanitaria. Eso  sí, previamente, - como si creyeran que soy tonto- me preocupaba de organizarle al rebelde una campaña de demonización a través de todo tipo de medios, que para algo- directa o indirectamente- los controlo todos. Y de esta forma he pasado siempre como bueno y necesario para los demás al eliminar al infractor.

Como les digo, hasta ahora, mis intervenciones bélicas me han salido casi gratis. Mis "mierdecillas", perdón, mis aliados ponen la pasta y yo como mucho la más avanzada tecnología militar. Y lo curioso es que estos aliados se pegan por ayudarme. A cambio de todo ello, los recibo en la Casa Blanca, se hacen la foto, les doy dos palmaditas en la espalda y se van la mar de contentos.

Pero escribo esta misiva, porque últimamente ando algo preocupado. A Rusia la tenía controlada gracias al borracho de Yelsin, y sin que pudiera imaginármelo, una vez fallecido, lo han sustituido por un tal Putin. Con todo tipo de maniobras y ayudas este tipejo ha frenado mi expansión natural en Ucrania y sobre todo en Siria. Y claro, no es  el caso de destruirlo, como el coreano, ya que ambos disponen todavía de un importante armamento nuclear.

Temo por la reputación que como matón me he ganado durante muchos años.  Ya se sabe que el prestigio tan laboriosamente conseguido, se puede perder en un solo día.  Solo faltaría que visto lo visto, otros muchos siguieran su ejemplo, y el patio se me alborote con rebeldes por todas partes.

Pero lo que más quita el sueño, es China. Este país solo hace que crecer y crecer, y para acabarla de arreglar anda estos días en mucha colaboración con el tal Putin. Entre las dos naciones, están colaborando para utilizar sus propias monedas  ( rublo y yuang) en sus propios intercambios. Estos cabrones quieren prescindir de mi dólar verde. Y como les ha parecido poco, el chino ha creado el petro- yuang, para comprar el petróleo en esa misma moneda, que será convertible en oro automáticamente para todo  el que lo desee en la bolsa de Shanghai. Hasta el Banco Central Europeo, está vendiendo dólares y comprando yuanes.

No veo nada claro estos movimientos, más todavía si en mi propia casa con negros y latinos, se me está levantado el patio. Por todo ello, ando buscando una nueva guerra con la que desordenar todo un poco más y así alejar la más mínima sospecha que pueda hacer pensar a la humanidad que mi prestigio y reputación ha disminuido.  Ya utilice en su momento a todo tipo de fanáticos islamistas  para acabar con Siria, ahora puede que haga un refrito entre  los kurdos y lo que ha quedado de aquellos después de su derrota, para montar otra guerra de liberación en el mismo territorio.

Si no me doy prisa y la armo pronto, puede que los buenos tiempos se me vayan acabando.


No hay comentarios:

Publicar un comentario