miércoles, 24 de julio de 2019

Perdonen que insista

Perdonen que insista en asuntos como vivienda y sanidad. De este último rubro, ya les indiqué en uno de mis recientes artículos el grave problema que aflige al Hospital de Barbastro. Pienso seguir en la brecha. Pero a lo que me quiero referir en este suelto, es a lo que publicaba hace apenas unos días el Heraldo de Aragón.

Decía el rotativo aragonés, que de cada 5 jóvenes de entre 16 y 29 años, 4 de ellos se encuentran imposibilitados de independizarse y siguen viviendo con sus padres. Y el que lo que lo puede hacer, se ve obligado a pagar rentas de alquiler, que le detraen el 60% de sus ingresos.

Si esto les parece normal y no supone una catástrofe que pone en peligro la existencia misma de nuestra región, que baje Dios y lo vea. Si nuestra natalidad ya es escasa y seguimos perdiendo población, con estas políticas- mejor dicho falta de políticas en materia de vivienda- estamos condenado a toda nuestra juventud a la emigración. Cierto que nuestro sistema irresponsablemente ha condenado a la juventud con bajos salarios y trabajo precario, pero si a ello unimos la falta de intervención en el mercado del alquiler, y la total carencia en construcción de viviendas sociales, ya me dirán ustedes el futuro que nos espera.

Somos una región que sigue perdiendo población y más que perderá. No es extraño por tanto, que cuando los jóvenes no han emigrado, a lo único que aspiren es a un puesto o trabajo público. Al paso que vamos, los que quedemos, todos seremos jubilados o funcionarios. Y los pueblos desiertos, y un campo sin medianos o pequeños propietarios, serán pasto de cultivos intensivos y mecanizados de multinacionales, y alguna que otra casa de turismo rural. A todo esto, le seguiremos llamando Aragón, pero Aragón en realidad ya habrá muerto.

Mientras tanto, diputados provinciales y autonómicos, presidentes de comarcas, alcaldes y diputados nacionales y senadores, que dicen nos representan, siguen callados y ni toman, ni piensan tomar decisión alguna para corregir esta tragedia. Les da igual, mientras cobren sus genrosos salarios. Eso sí, dinero para fiestas, jolgorios, y charangas no falta. Es la mejor forma de tenernos distraídos.




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