miércoles, 29 de marzo de 2023

Cercana la payasada electoral, una reflexión sobre nuestra industria política.

 

Todos aquéllos que  no tienen, por diversos intereses,  la más mínima intención de que cambien las cosas,  cuando denuncias una situación injusta o inmoral, siempre te acaban respondiendo algo así como que ·"el mundo fue más o menos siempre igual".

No es verdad cuanto dicen, pues con todas sus imperfecciones y retrocesos, la Historia está llena de periodos, en los que  mejores y los mas justos, han brillado por encima de los mediocres, corruptos y tiranos.  Y aquí mismo, en nuestra región, hubo un tiempo, como en España, en que tuvimos una clase política menos profesional y  mejor preparada que la actual, que cubrió los puestos en las instituciones, en una proporción importante,  motivada por  una verdadera vocación de servicio público. 

 ¿ Verdad que no se lo creen ?. El pensamiento único existente, el de " esto es lo que hay " y las furcias mediáticas, bien pagadas por el sistema,  les  han hecho  creer a ustedes todo lo contrario. Y lo han logrado, pero les mienten.

Primer estatuto autonómico de Aragón. Ley orgánica 8/1982 (pueden consultarla por internet), el articulo 18.7 del mismo, decía algo así : "el puesto de diputado autonómico es gratuito. Únicamente percibirá dietas  por asistencias y kilometrajes". Léanlo bien, hubo otro mundo y en él no había tantos mediocres y parásitos  como en la actualidad.  Durante toda una legislatura, aquellas personas, reunidas únicamente para temas importantes, no pasaron- y no siempre- de cobrar más de 600 euros mensuales de los de ahora al mes, en concepto de dietas. Y seguro que fueron más competentes y preparados que nuestros actuales diputados.

El Estatuto en los años 1994, 1997 y 2007  ya fue reformado y poco a poco, lo diputados vieron aumentar sus emolumentos.

Cobrando a lo grande, como ahora sucede, no sólo ha bajado la calidad intelectual de los que se dicen nuestros representantes, cuando en realidad les importamos un comino, sino que también, y sobre todo su voluntad de servicio a los electores.  Pero allí  están en sus puestos para servirse, que no servir, y a ser posible perpetuarse. Encima, cuando terminan, los que terminan, se aseguran por 8 años de desempeño del puesto, una pensión de lujo.

Pues nada, en estas mismas Cortes de Aragón ( el resto de España debe ser igual o peor)  en la actualidad un diputado autonómico, sin otras responsabilidades, debe estar por los 5.000 al mes y si es portavoz de su grupo parlamentario, 89.000 al año.

Otra tontería que se dice :  si son bien pagados ( los diputados), evitaremos la corrupción. Que se lo cuenten a los mejor pagados, que son los del parlamento europeo, nido de golfos, corruptos y lobys: Qatar y Marruecos, más el señor George Soros, saben muy bien de todo esto. Ni con 15.000 tienen bastante.

Más mentiras : " antes había poca tareas legislativas, el trabajo ha aumentado exponencialmente." Si examinan ustedes las labores legislativas,  lo único que ha sucedido, para justificar  el sueldo y el puesto, es que estas Cortes de opereta se han dedicado a copiar, duplicar y reproducir las leyes nacionales  de las Cortes generales en un 90% o más de sus textos. Ejemplos : leyes Trans, leyes sobre cooperativas, leyes de Régimen local,  Montes públicos, etc. En suma, leyes que no hacían ni hacen falta para nada, las cuales por otra parte acaban elaborando los letrados de  las Cortes autonómicas.

En  casi 40 años, y a medida que la clase política se ha ido profesionalizando y aumentando el número de los que cobran, y los importes de lo que cobran, ha ido formándose  el perfil del diputado, alcalde o político en general, cuyo mayor objetivo es consolidar su puesto por encima de los intereses de sus representados, siempre sin arriesgar.

Hoy en el desempeño de la política ya cobra casi todo el mundo y vamos a más. Hasta el alcalde y los concejales de cualquier pueblo pequeño ( ni te digo los diputados provinciales, asesores de todo pelaje y diputados autonómicos) ya forman parte de una clase que habiendo ocupado el estado como una finca propia la usufructúan en su propio provecho, gestionándola, pero habiendo abandonado cualquier reivindicación o idea transformadora de la sociedad que pueda poner en peligro el estatus del que disfrutan.

Hoy la industria política se ha multiplicado por cinco o por diez ( serían necesario elaborar el oportuno estudio) y hunde sus tentáculos dentro del estado y en otra clase  social fuera de él, que la misma industria  política ha creado, para ayudarse y apoyarse desde la sociedad. A estas industrias colaboradoras, algunos politólogos,  las han denominado el "subvencionariado".  Es decir, la prensa, radio y televisiones que viven en todos los ámbitos ( local, provincial, regional y nacional) de las subvenciones y la  publicidad institucional ; asociaciones, onegs y todo tipo de fundaciones, los mismos partidos políticos, asesores a malsanva, y cómo no,  todo tipo de sindicatos empresariales y de trabajadores.

 Ingentes cantidades de personas viven de estos engendros.

Así se explica, frente a lo que sucede en Francia, por ejemplo, el silencio de los corderos en España. Cada vez mas gente vive de la industria política y ésta frena cualquier idea de justicia y transformación.

Sostengo que-   y más de uno se quedaría asombrado-  que con una rebaja drástica de los salarios de nuestros políticos, sobraría gente competente y de altura moral para ocupar los puestos. Y por otra parte, mucha, la gran mayoría, de nuestra clase política, abandonaría el barco.

Como se acerca la payasada electoral de mayo, que no cambiará nada, pero nada de nada, se ruega una pequeña reflexión.


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