He expuesto siempre a quien me quiera oír que si Aragón no limitara al Oeste con Navarra y el País Vasco, al Este con Cataluña y al Norte con Francia, esta tierra, paraíso de funcionarios, opositores y caciques de lo más cutre, sería un cortijo señoritil y atrasado peor aún que el Susanato andaluz. Por muy mal que se administre en la región y se cierre ésta a la modernidad en todos los sentidos, la vecindad del corredor donde se encuentra la provee de las migajas que se reparten de tan privilegiada situación.
El algodón no engaña. Y los avales del PSOE en sus primarias tampoco. Hemos batido el listón de apoyos a Doña Susana en toda España, después de Andalucía. Ya somos uno de lo más firmes baluartes de esta señora, candidata preferida del PP, amen de rociera, cofrade e inculta. Sólo la carrera de Derecho, les costó sacarla más de 10 años.
El milagro de los avales en Aragón se ha obrado gracias al nepotismo y caciquismo del aparato que rige el partido, enquistado y parapetado en las Diputaciones Provinciales de Huesca y Zaragoza, centros estos desde donde se reparten todo tipo de sinecuras, chollos y pesebres en forma de subvenciones a pueblos y asociaciones de todo pelaje, de muy dudoso objeto social y más que escasa utilidad..
No es de extrañar. En este tierra la militancia del PSOE ya sólo la componen cargos públicos, asesores, familiares de éstos y entidades subvencionadas. Cabe hacer otra distinción todavía : de un lado, los que ya disfrutan de estos beneficios, y de otra, los que aspiran a obtenerlos.
El terror ante las órdenes emanadas de las diputaciones se ha cumplido a rajatabla y los militantes, que conocen la calaña de los que administran y reparten, quitan y ponen, por la cuenta que les trae han obedecido.
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