Aterrizó la señora Clinton en Trípoli y una de sus escoltas le mostró en
su teléfono móvil la horrible muerte de Gadafi. Por cierto, que sus
asesinos hablaban español ( ver video al final del comentario),
lengua vernácula de gran parte de los marines de origen
puertoriqueño e hispano. Y fue entonces, cuando con sonrisa de
hiena, la tal señora, emulando a Cesar dijo : veni, vidi,
vici.
Había
muerto el tirano, al igual que sus asesinos calificaron a Julio
Cesar. En la inmortal obra se Schakespeare del mismo título, se
glosan las justificaciones de sus asesinos ante el pueblo de Roma por
parte de Bruto, pero también las de su amigo Marco Antonio ( video
de cabecera). Por eso mismo, siguiendo la dialéctica y oratoria de
Marco Antonio podría decirse, remontándonos a su discurso, lo
siguiente :
Gadafi,
ubicó a Libia en las altas cotas de desarrollo de Africa, pero fue
un tirano y debía morir.
Las
parejas recién casadas, recibían del Estado, la suma de 50.000
dólares, para adquirir su primera vivienda. Un acceso a la propiedad
que garantizó a todos menos a su padre, que murió sin disfrutar de
este beneficio. Pero era un tirano y debía morir.
Los
préstamos a los libios, en manos de la banca pública, no devengaban
interés. Pero una nación no debe soportar a un tirano, y debe
morir.
Todo
ciudadano libio que quisiera dedicar su trabajo a la agricultura,
recibía gratis del Estado tierras, equipos, animales y semillas.
Pero Gafafi fue un tirano, y debía morir.
La
adquisición de un vehículo se subvencionaba por el Estado en un
50%. Pero nadie duda que Gafafi era un tirano y debía morir.
Libia
era un estado laico, y existía libertad religiosa. Pero Gadafi
devino en un tirano, y debía morir.
Antes
de la llegada de Gadafi al poder, sólo un 5% de los libios sabía
leer y escribir. Al final de su tiranía el 83% no era analfabeto.
La educación era gratuita para todos, así como la sanidad. Cada
Libio tenía el derecho a que el Estado le costeara una beca en el
extranjero o un tratamiento médico, si el Estado no podía
proporcionárselo. Pero Gadafi fue un tirano y debía morir.
El
régimen libio, al margen de los partidos políticos, era una
democracia directa y participativa conforme a las tradiciones de su
pueblo. Pero Gadafi era un tirano y debía morir.
Finalmente
Gadafi cometió la osadía de intentar cobrar el petróleo que
vendía en monedas diferentes al dólar. Fue un caso de tiranía y
debió morir.
Hoy
Libia es una estado fallido. El Estado Islámico controla gran parte
del país, el botín del petroleo se ha repartido entre los países
occidentales, las guerras tribales destruyen el país mismo y ya se
adivina su división en varios estados, a la par que los mercados de
esclavos han hecho su aparición. Fue necesario eliminar al tirano.
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