martes, 25 de julio de 2023

El resultado electoral : Carles Puigdemont tiene la llave

España es un país sin izquierda y sin soberanía. Pero peor aún,  es un país  que mantiene en su seno una derecha  salvaje, sectaria e irracional. 

Salió el señor Alberto Nuñez  Feijoo al balcón a saludar  en la noche electoral del 23 de julio y gran parte de los militantes  de pancarta y bandera allí concentrados comenzaron a gritar "Ayuso"," Ayuso",  es decir el apellido de la señora presidenta de la Comunidad de Madrid. Y es que toda esta tropa sin civilizar aparte de reprocharle a Feijoo el no haber ganado con mayoría absoluta las elecciones, tienen al líder popular por moderado y además en cierta forma sospechoso, pues habla gallego.

El conglomerado que gritaba frente a la sede del Partido Popular, es representativo  de la España menos civilizada, intransigente e hija de sus privilegios ancestrales, la cual anida en Madrid ciudad, el cáncer de la nación. Y piensa que desde allí con sus pancarteros y medios de comunicación corruptos y manipuladores hasta las cachas, que  son casi todos,  está llamada a través de su lideresa, la señora Ayuso, a imponer su doctrina al resto del territorio nacional. "Madrid es España y España es Madrid", aseguro hace poco la inculta y a menudo grosera y peleona señora Ayuso.

Por lo visto a la señora y sus seguidores aún le parece poco  que la aspiradora Madrileña vacíe España con todo tipo de privilegios, ahora quieren que Madrid sea toda  España.

 Pues lo siento por esta gente, que vive en su burbuja. Si en Madrid ciudad la señora es poco menos que la Virgen María y Juana de Arco a la vez, fuera de allí, más allá de Segovia, no le auguro ningún porvenir. Hasta a los castellanos les debe producir miedo.

Para disgusto de esta tropa de salvajes, España  es plurinacional, como  siempre ha sido, les guste o no. Ocurre  lo mismo que con la existencia del sexo biológico o la fuerza de la gravedad, que existen. gusten o no gusten.

Lejos de Madrid  esta tropa de energúmenos, no son nada. Y  a nivel internacional, menos que nada, tan patriotas como dicen ser ser.  En realidad  son, y como mucho, una colonia de tercera  del mundo anglosajón. Como muestra, la señora Ayuso con ocasión del reciente  fallecimiento de la reina de Gran Bretaña (la mayor enemiga histórica de España), decretó tres días de luto. Igual sucedió con  su compañera de partido, la aristócrata y madrileña de pro, la señora  Esperanza Aguirre : preguntada porque no aceptaba el bilingüismo en varias de las comunidades de España, contestó que ya en Madrid, eso se venía haciendo con el inglés. 

Por otra parte,  para presentarse como lacayos de la OTAN y el mundo anglosajón, a los pancarteros madrileños, les ha salido una fuerte competencia en la figura del trilero Sánchez. En este papel el sujeto es inigualable. 

En resumen, a esta banda sin civilizar les auguro mal porvenir, tumben al Feijoo, como ya el tal Desocupa, protagonista de la redes reclama,  o no lo hagan.

Por último, y como si fuera un mal Karma, ellos que provocaron  la declaración de independencia de Cataluña, con sus malas artes en el Tribunal Constitucional, echando a la basura el estatuto que había aprobado el pueblo catalán y el parlamento español,  con este resultado se van a encontrar que Juns y Carles Puigdemont van a ser árbitros y la llave para un nuevo gobierno de Sánchez.

Lo he dicho muchas veces : Puigdemont, ya nada que ver con la antigua CIU, es hombre coherente y de principios, digan lo que digan los jueces reaccionarios, los pancarteros madrileños y los corruptos periodistas del sistema. No  sé francamente lo que va a hacer, pero este hombre no se venderá por un plato de lentejas, ni por  dinero y comodidades. Es más, ya sabe que dentro del sistema español poco cabe hacer, y quizá de Europa piense lo mismo.

 En resumen : La pelota está en el aire. 

A un referéndum pactado el "trilero" Sánchez  no se atreverá, aunque fuera meramente consultivo. A un indulto total, quizá sí. Juns por su parte no pasará por menos y no le importará provocar nuevas elecciones, llegado el caso.



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