lunes, 16 de marzo de 2020

Lecciones sobre la catástrofe en la que nos encontramos




No sé si se acuerdan ustedes que a primeros de marzo nuestras autoridades todavía hablaban de calma, control y serenidad. Y sobre todo de que no había que crear alarma. Todo marchaba por su orden, respetando los derechos individuales, no como los comunistas chinos que habían inmovilizado ciudades como Wuhan y se disponían en una semana ( alguno hasta se reía) a levantar dos o más macro hospitales para atender a los infectados por la pandemia. Esos “ totalitarios” chinos, por otra parte, habían comenzado a practicar test analíticos para detectar el virus a muestras mas que significativas de su población. Hay que ver qué cosas pasaban en China se decían todos nuestros políticos y la banda de periodistas mercenarios ( todólogos) que aplaudían todas sus gracias.

Así pues en la incompetencia y para no alarmar a la población ( no sea que se acostumbren a conocer de la verdad) llegamos en Madrid- ciudad capital que un día explicaremos como por muchos motivos es la causa de la mayor parte de los problemas de este bendito país- al fatídico día 8 de marzo. Ese día, sin ninguna planificación, medida ni pensamiento, se autorizaron en la capital importantes y multitudinarios eventos deportivos, Vox organizó uno de sus macro mítines y las feministas desfilaron a lo grande. Unos y otros/as se dispensaron besos y abrazos por doquier, entre los de Madrid, y con los convocados a la capital del resto de España. Es decir, ya no pudieron hacerlo mejor para extender la pandemia, que ya entonces daba cifras preocupantes en esa ciudad. Gracias a todo ello, Madrid, hoy, es el foco más importante de la epidemia en España y lleva camino de ser el principal foco de Europa. El idiota de Ortega Smitt contagió a cientos de personas ( no paraba de besar y abrazar, viniendo como venía de Italia, el principal foco en Europa) entre ellos a su propio secretario general, el sr. Abascal, y entre otros a uno de los concejales de la formación en Huesca, nuestro primer caso en la provincia. Pero no se quedaron cortas las feministas : Irene Montero, tampoco paró de abrazar y besar en la manifestación a todo el que se le puso a tiro, y acabó llevándose el virus hasta el consejo de ministros, contagiando probablemente a la ministra de planificación territorial y la esposa de nuestro presidente de gobierno. El idiota, o sea el sr. Ortega Smitt, para acabarla de arreglar anda en estos días en los que China, que no no la UE, se dispone a ayudar a España con todo tipo de material sanitario, lanzando un video a las redes en el que manifiesta “ luchar con sus anticuerpos españoles, contra los malvados virus chinos”. Y no me olvido tampoco, que mientras se mascaba la tragedia, la preocupación de la manifestación feminista era el discutible grito de “ sola y borracha te quiero en casa” ( un día hablaremos de ello).

En suma, unos políticos irresponsables y que miraban de perfil ante el problema que se les venía encima a pesar de lo que los epidemiólogos ya les estaban advirtiendo Y la irresponsabilidad era total, y no solo circunscrita al gobierno y a las autoridades de Madrid, no, de la juerga participaban  también casi todos los politicastros de España. El Alcalde de Sevilla en esas fechas, se pronunciaba por no suspender ni la Semana Santa, ni la Feria de abril ; y la autoridades valencianas por su parte, luchaban por defender Las Fallas. Juerga y mas juerga hasta el final y que no falte.

En estas estaban nuestros políticos, como siempre pensando primero en su puesto ( nunca primero en los demás) cuando la tragedia exponencial de contagios les saltó a la cara y ya no se pudo evitar el contarle a la gente la verdad. Ahora sí que había que alarmarla ( una semana antes ni hablar) y se dispusieron a tomar medidas, pero claro, cada uno es de su condición y lo han hecho, o estando haciendo mal e insuficiente. Si hemos quedado que estos caballeros son jetas políticos, además hay que añadirle que son cobardes e incompetentes.

En primer lugar, el decreto de situación de alarma, que requiere inmediatez absoluta, lo hicieron en diferido. Es decir, lo anunciaron, lo debatieron con toda parsimonia y no antes de tres días estuvo en el BOE. La inquietud y alarma, no obstante, ya estaba en la calle, y siendo Madrid el principal foco, vimos todos los españoles ( esta vez sí con alarma) como los madrileños se desparramaban por todo el país expandiendo el contagio : por el Pirineo aragonés, por la región de Murcia como denunció su presidente y por Andalucia, llegando los vecinos de Tarifa a cortar con neumáticos incendiados algunas carreteras para evitar la llegada de madrileños. Uno de los desparramados, viajando a Marbella, fue el “patriota” señor Aznar y esposa. Menudo ejemplo el de este sujeto.

Madrid, en este momento sigue sin cerrarse, como la Generalitat hizo con Igualada ( 70.000 habitantes) en cuanto se la detectó como foco. Faltan mascarillas y respiradores ; no veo que se hayan tomado medidas de precaución sanitaria con la pobres cajeras de nuestros supermercados o en empresas con muchos operarios,, ni tampoco se han intervenido industrias para fabricar todo lo necesario, y siguen sin cerrarse puertos y aeropuertos. Leo, hoy mismo, una tímida intervención de los recursos de la sanidad privada.

El Decreto declarando la situación de alarma es insuficiente. Tiene en la inmovilización más agujeros y excepciones que un queso de gruyere. Por otro lado los transportes resultan insuficientes y los pasajeros no pueden guardar las debidas distancias entre ellos ; y finalmente, Madrid sigue abierto y el País Vasco ( otro foco) también.

Pero ante esta catástrofe, donde veo también veo la inacción de nuestras autoridades, es en  las medidas paliativas para muchos grupos de nuestra población. Nada dice el decreto de la  posibilidad de aplazar alquiles o amortizaciones hipotecarias, ni siquiera la cuota de autónomos.

Es imprescindible en estos momentos, como los chinos y coreanos hicieron, practicar la mayor parte de test posibles a la población y aislar en cuarentena a todos los infectados ; cerrar puertos y aeropuertos, y sobre todo Madrid ; y dotar a nuestra sanidad de todo tipo de medios para luchar contra la pandemia. Los datos no engañan : los chinos han conseguido detener y reducir la pandemia, que  por aquí anda disparada y creciendo.


Mientras tanto, un abrazo muy fuerte a todos nuestros sanitarios, trabajadores de empresas que no cuentan todavía, desgraciadamente con medidas preventivas, cuerpos de seguridad y a la Unidad Militar de Emergencia. Nuestras primeras líneas en la batalla que nos espera.








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