domingo, 22 de abril de 2018

Un viaje a Corea del Norte : introducción

No basta un sólo artículo para retratar a Corea del Norte, ni muchísimo menos ese corto espacio para analizar el experimento socialista que viene desarrollando ese pueblo. Sirva pues este suelto como la introducción a otros artículos que seguirán.

Mis experiencias en la observación de sociedades donde llegó a implantarse el comunismo, o socialismo científico, que he recordado estos días, datan únicamente de mi viaje allá en el año 1979 a la Rumanía de Ceauscescu, y a Cuba en el año 2003. También he visitado Venezuela, pero a pesar de que la caverna patria lo destaca como una economía socialista, sólo la más amplia de las ignorancias, puede llegar a similares  conclusiones. Comparando la Cuba actual, o la Rumanía que fue socialista,  a mi juicio, junto a logros similares, existen en el caso coreano, diferencias más que sustanciales.

Sobre Corea del Norte, me faltan muchos datos y observaciones. Y evidentemente,  casi 10 días recorriendo  parte del país, conocido como "la tierra de las mañanas serenas", no son suficientes para analizar una realidad compleja. Pero lo primero que debe entender el viajero, que no el turista- pues este sujeto casi nunca se entera de nada-  para comenzar a entender su realidad, es que ha traspasado la frontera del mundo occidental hacia el mundo oriental. 

Nuestra cultura ha bebido durante siglos de los filósofos griegos, del racionalismo, de la ilustración y de las religiones monoteístas entre otras muchas fuentes.  Y al contrario, el hombre oriental, ha partido de Confucio, Tao y el Budismo, como conceptos filosóficos más que religiosos, pues incluso este último credo espiritual es ajeno a la existencia de un Dios, omnipotente y omnisciente.

El hombre oriental, ha formado su universo, desarrollando una espiritualidad distinta al individualismo occidental, con un sentido colectivo de su existencia, como ser social. Como consecuencia, su libertad y creatividad, y hasta su propia consciencia, no la entiende sino es dentro de un orden social, que se fundamenta en códigos morales,  amor a sus tradiciones, dignidad nacional y sobre todo en el cultivo de la armonía y la belleza, que lo enriquece y perfecciona como ser humano.

Lo original del experimento socialista coreano, que no puede entenderse sin remontarnos a su historia ( de ello hablaremos con más detenimiento en otros artículos) y al mundo oriental al que pertenece, ha sido el  saber ensamblar el marxismo- leninismo, como herramienta de trabajo y análisis histórico, con un humanismo que pone su acento en el hombre mismo, como sujeto y dueño soberano de su porvenir, plenamente capaz de diseñar y transformar  su existencia misma y el mundo material que le rodea, en busca de objetivos mucho más generosos y amplios, como son la felicidad, la justicia y su perfección misma como ser humano.  Y ello, incluso, frente a los procesos materialistas, deterministas en muchos casos. Por lo tanto,  el materialismo histórico de Marx, o el desarrollo leninista de este ( Marx lo dejó meramente apuntado en sus obras) del concepto de Dictadura del proletariado, serían meros instrumentos de análisis y aplicación social, con los que, el hombre, desprendido de la esclavitud de la materia que le rodea, centraría como ser social sus objetivos últimos, en conseguir sus más generosos y altruistas fines.

Esta especificidad, que no niega el marxismo, pero lo supera en el alcance de sus objetivos, constituye la doctrina política y filosófica de Corea del Norte, denominada JUCHE.

Teóricamente, podríamos estar hablando, de un importante aporte de socialismo utópico a la doctrina  Juche, tal como lo esbozaran Saint Simón o Fourier. Pues al fin y al cabo, fueron los propios marxistas, los que, bebiendo de esas fuentes, junto a la filosofía clásica alemana y la economía clásica inglesa, diseñaron y apuntaron una sociedad semejante al final del proceso de emancipación total de las clases sociales oprimidas,  una vez superado el periodo histórico de lucha de clases, mediante la puesta en marcha de la dictadura del proletariado.

Parece como si la doctrina JUCHE, adelantando los tiempos históricos apuntados por Marx, hubiera comenzado a construir simultáneamente a la total eliminación de las clases sociales-  a través de la herramienta de la dictadura del proletariado-  el diseño de un hombre nuevo, tal  como  lo destacara e insistiera en sus tesis marxistas el Che Guevara.

También podrían buscarse, similares inspiraciones y aspiraciones- con todas las diferencias que se quiera- en el modelo de sociedad que se pretende construir en la revolución de los ayatolas en Irán, cuando la definiera Almanineyab, como sus premisas esenciales, en los conceptos de Justicia y Espiritualidad, valores nada antagónicos y que se complementan a la perfección en el caso de Irán a través del Chiismo y sus guías espirituales.

Sirva pues, este texto como portada de otros que seguirán para analizar  la originalidad del proceso socialista en el "país de las mañanas serenas", donde por cierto, la música clásica y tradicional popular y patriótica, suena en todas las calles de Pyongyang desde la salida del sol hasta el anochecer, de forma queda y nada estridente.                                                                                                                                                                                                                                    












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