sábado, 28 de abril de 2018

La vida de cada día en Corea del Norte : observaciones de un viajero



Prácticamente casi  todo lo que les contaron sobre Corea del Norte, es una solemne estupidez. Y eso lo advierte el viajero nada más pisar su suelo. He pasado controles mucho peores en aduana y control de pasaportes. Por ejemplo, en Chile, recién estrenada su democracia vigilada, en vida de Pinochet.  Y hasta diría en China mismo, con su abundante burocracia, papeleo y caos administrativo. O, en la Rumanía de Cescescu, allá por el año 1979.

LLegas al hotel - puedes hacerlo en taxi o en autobús-  e inmediatamente miras a la cara de las personas que te reciben, o te das una vuelta por los alrededores del mismo hotel, sin que nadie te lo impida o vigile, y te das cuenta de que el coreano del norte ( a partir de ahora diré solo coreano, porque el sur y el norte, son un solo y mismo pueblo) lleva una vida normal.  El coreano, tiene familia a la que respeta- sobre todo a sus mayores y atiende en casa, salvo casos que son una excepción-, va a trabajar a diario como hacemos todos, y no ves en sus rostros la tristeza, ni están amargados o crispados. Más bien diría que se les ve relajados, charlan entre ellos y hasta mucho sonríen. Hasta diaria, tratándolos, que son inocentes y sencillos, lo que no les impide tener un alto concepto de su dignidad nacional.

El coreano es un pueblo, sobre todo educado y sensible, ceremonioso, digno, orgulloso de sus país, amante de sus tradiciones, laborioso y muy cívico. Creía, habiendo visitado Zurich, que había visto el lugar más más limpio del mundo. Pero me equivoqué: Pyongang,  es todavía más pulcro.  Cuando fumas en la calle ( porque el coreano es un pueblo en el que muchos fuman cigarrillos de elaboración nacional), te da reparo echar la ceniza al suelo. La colilla ni se les ocurre, ni se te  ocurre.

En la moderna Pyongang, de amplias avenidas y edificios monumentales, con poca circulación, te puedes desplazar de un lugar a otro. Cierto que existe poco tráfico, debido a que las autoridades desincentivan el trasporte en vehículo privado, pero los autobuses, trolebuses y un excelente metro- bellísimo- cumplen plenamente, junto al taxi, y numerosas bicicletas, muchas de ellas eléctricas, esa función. Del metro- construido a una profundidad de casi 100 metros- llaman la atención, sus amplios andenes, columnas de mármol y espectaculares y bellas lámparas de colores. 

¡ Cuantas tonterías, se cuentan en occidente sobre Corea del Norte ¡  

El comercio- y hay mucho- se abastece de productos nacionales y no falta de nada. No existe tan amplia variedad como en occidente, pero el coreano puede elegir, por ejemplo, entre varios artículos de un mismo producto de consumo y existe cierto diseño y gusto. La amabilidad y  la educación es la regla de la persona encargada de atenderte. Yo diría que resulta más extenso el comercio minorista, que el de las grandes tiendas o superficies, éstas últimas en cualquier caso de mucho menor tamaño de las occidentales. Este comercio, donde  mayoría de los casos no existe el incentivo del escaparate, según me pude informar, corresponde en su su gran mayoría a empresas públicas, titularidad del estado, o bien a cooperativas de trabajadores, que las administran y explotan, formando varias de ellas, normalmente, una cadena, bien de alimentación, vestido, utensilios del hogar o restaurantes, por ejemplo.

La vida no es cara para el coreano, teniendo en cuenta sus salarios- del que una parte corresponde la productividad, que  él mimo regula y gestiona,  sobre todo el régimen cooperativo, junto a sus compañeros de trabajo-,  y los precios de los artículos de consumo más habitual. Y ello, teniendo en cuenta la gratuidad total de la sanidad y una excelente educación pública,  también gratuita Nos llamó la atención, visitando una facultad de pedagogía, o escuela normal para profesores, lo avanzado de los métodos empleados en la formación de profesores, en especial los que se utilizaban con muy avanzadas técnicas informáticas de programación con los alumnos virtuales de escuelas infantiles, que permitían interactuar con ellos mismos. Y unido todo ello, a una enseñanza que desarrolla el amor por la naturaleza y la música. Desconozco si en España, existen métodos tan modernos y avanzados, pero tuve la sensación de que, en este aspecto, nos llevan años de ventaja. 

Hemos visitado también, un hospital oftalmológico, con los mayores adelantos. Y no se crean que vacío de pacientes, porque por nuestra tierra cualquier manipulador " junta- letras", como por ejemplo  programas totalmente intoxicadores y manipulados como " en Tierra hostil", te puede contar cualquier tontería. Durante la visita, tuvimos ocasión en esta unidad sanitaria, en pleno proceso de trabajo,  de observar la  atención a los  numerosos enfermos que recibían consulta o tratamiento. 

Fácil es ver placas solares  que se utilizan en los hogares, no como aquí, que casi están prohibidas. Corea del norte, está sujeta a un cúmulo de sanciones y amenazas impuesta por EEUU y sus marionetas de  Europa. Es una economía que se ha pretendido bloquear, y eso se nota en el intecambio de su moneda. Pagando en euros- que se admiten en ocasiones- te pueden devolver el cambio en dólares, yuanes chinos y moneda local. Pero el pueblo coreano ha sabido responder con su propia autarquía y soberanía económica  estas dificultades. Dispone el país de una buena industria de productos cosméticos, tractores, camiones, piscifactorías, calzado y textil, entre otras. Y en cuanto al ocio, hemos podido visitar en la capital,  un parque de atracciones,  otro acuático de gran nivel y hasta un delfinario, que hace las delicias de los niños.

Sus museos de zoología y naturaleza, así mismo, son de gran nivel. Sus exposiciones botánicas y florales, de altísima calidad, llaman la atención, en especial, por ser visitadas por un número más que importante de coreanos, lo que nos da una idea de la sensibilidad  y educación de este pueblo. Igual ocurre, al contemplar la televisión, con programas musicales excelentes. Recuerden como ya les dije, en mi anterior artículo, que lo primero que llama la atención en Pyongang, es la música que suena por todas sus calles del amanecer hasta al anochecer, de forma queda y nada estridente, compuesta de música clásica, canciones populares y patrióticas. En su ocio, el coreano, por otra parte es muy amigo del Karaoque, con piezas musicales de diversos países.

Ninguna economía es plenamente capaz de autoabastecerse por sí misma, y por  ese motivo  Corea del Norte se encuentra necesitada del comercio internacional. Los esfuerzos del pueblo coreano, en este sentido, se consiguen, a veces de forma restrictiva, a través de Rusia y China. Las explotaciones de carbón,  existentes en el país, cumplen una muy importante función que cubre sus necesidades energéticas, pero en relación al petróleo  que importa, se ve obligada Corea a pagar en ocasiones  altos precios por este combustible. 

Hemos viajado al norte desde Pyongang.  Corea, con excepciones, no dispone de sus suelos especialmente fértiles, y estos son además escasos, ubicados entre valles en un paisaje muy montañoso. Todo él se encuentra aprovechado y trabajado, y aunque la mecanización del campo existe, aún falta un cierto desarrollo en este rubro, que se está corrigiendo con un esfuerzo enorme. En el mismo norte, llegamos a visitar  unas pistas de esquí, excelentes y  con amplio dominio esquiable, dotadas de albergues de montaña de la mejor calidad. 

A mi, particularmente, lo que más me ha llamado la atención, ha sido el cuidado y esfuerzo inversor que se viene haciendo en la infancia. Una colonia de verano para pioneros, situada en las montañas, da fe de ello, de sus actividades y más que excelentes instalaciones, muy superiores a las que ofrecen complejos similares en los Pirineos españoles.

No quiero ni pensar cómo sería el país de las mañanas serenas, sino sufriera un bloqueo internacional, y viera amenazada constantemente su soberanía por la presión militar del imperialismo de los EEUU. Esta situación, le ha llevado a destinar gran parte de sus recursos a la defensa, y a la alta tecnología militar y  nuclear. Pero el ejército de Corea el Norte, contribuye como el primero en  la construcción  de infraestructuras y carretas, que aún deben mejorarse. Tampoco resulta extraño, ver a soldados colaborando  y ayudando en labores agrícolas. 

A este  cerco internacional, tan injusto como el cubano, a su soberanía, historia más reciente y horizontes que, a mi juicio, se abren a este digno pueblo, pretendo dedicar mi próximo y último artículo sobre Corea del Norte.



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