sábado, 3 de noviembre de 2018

Tratan de aparentar, pero no pueden

Nuevamente nuestros partidos de derecha ( PP y CS) se han negado en el Congreso de los diputados a condenar a los movimientos de auge neofacista que como setas están surgiendo por toda Europa. Los condenaron en una misma e idéntica moción en el Parlamento europeo. Ya se sabe pues, en que qué consiste está democracia de fachada y opereta en la que vivimos. En el exterior necesitamos aparentar, no sea que desde Europa se acaben los fondos que cubren nuestro abultado déficit y endeudamiento;  pero amigo, a ver quién es el guapo que en casa le lleva la contraria a todo el franquismo que anida en las filas de estos partidos, que es  tanto como decir su clientela.

Lo mismo ocurre con el Estado de derecho ( su estado de derecho), que invoca toda esta derecha franquista a cualquier hora, cuando en realidad no lo hay ni lo ha habido nunca,  entre otras razones porque no existe la separación de poderes en nuestro país. Se cumplen  en el ámbito judicial, eso sí los requisitos formales, pero no los sustanciales. Ellos, o sea el fraquismo,  nos dejó un estado  prorrogado en la constitución de 1978, donde las decisiones judiciales trascendentes- esas que pueden llegar a  amenazar la hegemonía de sus  clases oligarquícas- están tomadas de antemano, muchos antes de los procesos farsa que suelen organizarse para disimular. Veáse sino la que se prepara con el juicio a los presos políticos catalanes,  donde las sentencias ya están prácticamente dictadas, o  bien la recientes medidas tomadas rápidamente  por el Tribunal Supremo para enmendar la decisión de su sección tercera de lo contencioso- administrativo que condenaba  inicialmente a  los bancos a correr de su cuenta con los impuestos derivados de  la concesión de hipotecas.

El mecanismo  de la apariencia es sencillo : el poder político, el de los grandes partidos, nombra a los jueces, y a su vez aquél es sostenido por los poderes económicos y mediáticos,  herederos de la dictadura, a través de la puerta giratoria y otras argucias.

Todo un gran teatro, que cada día queda más al descubierto.

Lo más gracioso, para haberse negado PP y CS a condenar a los neofascismos europeos, son los argumentos que dan a sus clientelas franquistas- bien pensionadas- para consumo de las mismas. Han puesto como excusa lo siguiente : " no podemos condenar al fascismo europeo, por que la moción tampoco condena al "fascismo comunista o rojo" y  por lo tanto no está equilibrada ".

El chiste de estos fariseos tiene su gracia por las siguientes razones:

1.- Fascismo no hay más que uno : el Fascio con Mussolini en Italia que fue su creador y el  nazismo en Alemania que acabó de perfeccionarlo, al que se unieron  sucesivos admiradores  de la idea, como Franco en España y Antonescu en Rumania.

Los dos primeros desencadenaron la II Guerra Mundial y de paso exterminaron a 6.000.000 de judíos y 2.000.000 millones más de gitanos de los que nadie se acuerda nunca.  Y puestos ya en faena se llevaron por delante todos los socialistas y comunistas que pudieron en su propios países y en los invadidos.

2.- Franquito y su clientela destacaron toda una división ( la división azul) para luchar en el frente ruso a favor de sus aliados fascistas, a los que por otra parte, dotaron de todo tipo de suministros. Un favor devuelto por su inestimable  apoyo  en la Guerra Civil española contra la República. Más de 50.000 italianos  ( aportes de armamento aparte) lucharon al lado de General Franco, así como 15.000 alemanes más, encuadrados en un cuerpo de aviación de bombardeo llamado la Legión Condor.

3.- Quien acabo precisamente con el fascismo fue el comunismo ruso, que llevo todo el peso de la guerra, con la ayuda de EEUU e Inglaterra. Desde las puertas de Moscú el mariscal Zukhov  en una enorme galopada entró el Berlín y acabo con la bestia.

Esta es la derecha que tenemos. Franco no ha muerto, es cierto que todo lo dejo " atado y bien atado".



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