lunes, 1 de abril de 2019

La España que se despuebla y el fraude democrático

La España interior se vacía a marchas forzadas. Dentro de muy poco ya no quedará casi nadie. La juventud sobre todo fluye cada vez más a las grandes ciudades. Y allí, la esperan los trabajos de muy baja remuneración y una burbuja del alquiler, que se le llevará la mayor parte de su sueldo. En el medio urbano, nadie ha controlado a los especuladores, y llevamos varias décadas sin construir vivienda pública social en régimen de propiedad o alquiler. Y en el medio rural, nadie ha planificado inversiones, ni ha regulado de forma distinta la PAC para favorecer a los pequeños y medianos productores y asentar de esta forma a las personas en los pueblos. Tampoco se han favorecido los mercados de proximidad y calidad alimentaria.

De pronto, todo el mundo descubre esta tragedia hace tanto tiempo anunciada. Es el plan del capital. Grandes urbes, con ejércitos de asalariados a bajos precios por la presión de la oferta, y el resto del territorio, tarde o temprano, comprado a bajo precio por un nuevo latifundio en forma de multinacional, con explotaciones intensivas agrícolas y ganaderas.. Economías de escala para productos agrarios cada vez más competitivos ; que sean sanos y de calidad ya es otra cosa. Las multinacionales de los productos fitosanitarios harán su agosto. Si ahora ya no sabemos lo que comemos, prepárense para entonces.

La paradoja es que nuestro sistema electoral favorece a los territorios frente al criterio proporcional de población. Es decir, un diputado por Huesca o Avila, se obtiene con muchos menos votos que uno por Madrid, Barcelona o Sevilla, por ejemplo. De resultas de todo ello, el congreso, y no digamos el senado, están llenos de diputados y senadores rurales, y son la mayoría frente a los urbanos. Y ahora viene la pregunta : ¿ como han permitido estos señores, que teóricamente son nuestros representantes, y son mayoría frente a los diputados y senadores urbanos, que llegáramos hasta aquí ?.

Pues muy sencillo : retomando la tesis defendida en mi anterior artículo “ las elecciones locales y el político profesional”, esto sucede por la sencilla razón de que NO NOS REPRESENTAN, NI QUIEREN REPRESENTARNOS. Ellos sólo se deben a las cúpulas de los partidos que los seleccionan en listas y a su propio interés profesional en continuar en el desempeño del puesto público.

Esta democracia, llamada representativa, es un fraude.




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