A toda esta banda de
politicastros que nos gobiernan se les llena la boca con la palabra “autónomos”
y “emprendedores”. Pero les puedo asegurar que la persecución a estos
colectivos aumenta por momentos. Estamos llegando a una situación en que la burocracia, el control kafkiano sobre nuestras vidas y la
inmensa legislación que cada día sólo hace que aumentar, va a conseguir que
todos estos colectivos cierren la persiana o se tiren al monte en forma de
economía informal o sumergida.
Las normas se vienen diseñando sin tener en
cuenta la singularidad de la actividad económica de estos profesionales. El Estado por sistema
nunca distingue entre un gran
matadero y una carnicería, o entre un pequeño taller o una fábrica de automóviles, por ejemplo. Todo son normas generalistas. Ya no se sabe
si esta estrategia legislativa es producto de puros inútiles, o por el contrario
de sesudos planes a largo plazo, para que todos estos pequeños sectores acaben
siendo una franquicia, bien explotada y maltratada, de las grandes firmas
industriales en forma de oligopolios, una vez las victimas hayan debido cerrar sus establecimientos.
Veamos el ejemplo, por citar a
alguien, de un pobre pintor sin empleados, o con uno o dos operarios a su
cargo.
De comienzo su vida se desenvuelve en un
infierno fiscal : declaraciones trimestrales,
anuales, y otras especiales como el 347. Pasa ya casi tanto tiempo
nuestro pobre pintor, en el gestor, como en la compañía de algunos de sus
parientes. Y la última gracia. Si en sus facturas practica retenciones y el “
retenido” no ingresa los fondos a tiempo en la Hacienda Pública, cual es su
obligación, al sufrido retenedor se le congelarán todo tipo de devoluciones
hasta que el aquel obligado tributario lo haga.
Hubo un tiempo en que el
inspector de trabajo visitaba regularmente
la empresa de nuestro amigo el pintor, ayudaba y hasta asesoraba, y
lógicamente sancionaba si se desobedecían
sus órdenes. Al mismo tiempo existían una ordenanza de seguridad e higiene en el trabajo de muy
pocos artículos, clara, sensata y entendible por todos. Todo ello, para
desgracia del propio pintor, ha sido sustituido por leyes de lo más complejo , de interminable artículos, y un
plan de prevención de riesgos laborales, que no es más que un marmometro de
papeles, actualizado periódicamente,
redactado por un asesor externo a la empresa como responsable de
riesgos. Una actividad, que el sufrido
pintor se ha visto obligado a externalizar, pagando claro, sin que el
responsable de riesgos se digne, en
muchas ocasiones, visitar o conocer su empresa. Visitas del inspector de
trabajo, para ayudar y asesorar, ninguna.
Y para que les voy a contar de la famosa ley
de protección de datos. Ésta sólo ha servido para el pintor y demás
victimas, deban llevar unos archivos y
tratamientos de los datos de lo más complejo ( otra externalización más,
pagando claro), y no poder por ejemplo, examinar ni el catastro ( es un solo un ejemplo), salvo
su propia finca. Todo está protegido en un alarde de muy poca transparencia,
sobre todo muchas remuneraciones públicas que él contribuye a pagar, pero
increíblemente al mediodía todo son llamadas en su casa para venderle cualquier
cosa, porque las grandes compañías han comerciado con sus datos. Claro que,
como no te has dirigido a ellos por carta para ordenarles que no sean “
tratados”, ancha es Castilla. Por lo visto a alguien se le “olvido” regular en
la norma, que salvo que la victima autorizara tales tratamientos expresamente,
los datos no podrían ser cedidos. El mundo al revés, perdón, siempre a favor de
los mismos.
Acabo. Declaraciones estadísticas
que se le solicitan siempre amenazando, bajo pena de sanción, multas de tráfico
por la menor nimiedad ( he sabido de una sanción por dejar un pequeño remolque en la calle,
aparcado y sin estorbar a nadie), trámites interminables para la reforma y
adaptación de su pequeño negocio, siempre con exigencias de proyectos de
arquitectos e ingenieros, visados por supuesto, y así suma y sigue.
La última, va a ser el control,
en complejos archivos, para que fichen sus empleados, si los tiene, y detalle
todo tipo de estadillos con sus horarios. Más externalización. Únase a todo esto, la documentación a presentar ante la Seguridad
social, derivada de él mismo o de sus
empleados todos los meses, los procedimientos de homologación de cualquiera de
sus herramientas profesionales y el acribillamiento que su propio banco
practicara con él en cuanto se descuide, a base de comisiones de todo tipo, eso
sí autorizadas por el Banco de España, siempre al servicio de los poderosos.
Ya no les cuento, la tomadura de
pelo que muchas veces debe soportar en los contenidos de sus facturas
eléctricas o de teléfono, o las visitas al notario o el registro mercantil para
cualquier chorrada, o los plazos que se ven obligado a soportar cuando trabaja
para grandes compañías, si es que acaba cobrando y no le practican una rebaja o descuento con
cualquier excusa.
Lo que no comprendo, es como todavía no han dicho basta, y aún
siguen jugando al circo electoral, confiando en que los unos o los otros, van a
defender sus intereses, que les aseguro, no lo van a hacer.
PD.- Que no mire el valor de sus
propiedades, si es que las tiene, pues la DGA ha valorado por cuadriculas todo el
territorio, con unos valores en muchos casos por encima de los de mercado.
Cuando él pague el porcentaje de IBI, se enterará. Que siga la juerga.
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