lunes, 27 de mayo de 2019

Análisis electoral : Debacle en la izquierda


El Marcelinismo ha muerto; su transunto, el baturro Lamban, también. Ya saben, esa doctrina que decía que había que ganar los gobiernos como fuera para que “ no gobernara la derecha”. Y el caso es que tamaña simpleza desde hace bastante tiempo ( demasiado) funcionó con el PAR. Cuando decimos funcionó, se entiende para toda una legión de oportunistas que sólo buscaban cargo y sueldo, no para el pueblo que les votó, y menos para la ideología que decían representar, pues las políticas aplicadas siempre fueron de derechas. Cuando por fin llegó Unidos Podemos, y todos nominalmente ya éramos de izquierdas,la verdad es que el giro se notó mas bien poco.

¡ Que pronto hubieron de adaptarse los recién llegados chicos de Podemos a la doctrina imperante para que todo siguiera igual ¡ Cierto es que se conformaron con poco. Los del PAR salían más caros.

La derrota ha sido en toda la línea. Probablemente, se perderá la comunidad autónoma ( su capital también), aunque el baturro Lamban es capaz- en su anticatalanismo patológico- de seguir provocándole dolores de cabeza a Pedro Sánchez, y volver a contarnos ( como hacía Marcelino con el PAR) que se hace precisa una alianza con Ciudadanos, más que nada porque uno y otro “ son partidos de centro” y “hay que frenar a la derecha”, cuando todos sabemos que ambos son el exponente de lo más reaccionario. Todo es posible.

Huesca ciudad se puede perder y la derecha, sino se pelean entre ellos, sumará para gobernar. También en Monzón y Barbastro, es probable que suceda lo mismo. El resultado del PSOE y sus aliados ( Cambiar y Podemos) en la capital no ha cogido de sorpresa a casi nadie. Se habían limitado los ediles del PSOE ( y sus aliados) estos últimos cuatro años a cultivar el puesto y poco más. Igual ha sucedido en Monzón, donde la derecha puede sumar. El PSOE se ha quedado igual que estaba en concejales ; Cambiar-IU ha perdido un concejal y Podemos se ha quedado en nada, lo mismo que la CHA. La verdad es que la llegada en su día de la izquierda al poder municipal en estos últimos cuatro años apenas nadie la notó. Sorpresa por tanto, poca. Y llegamos a Barbastro, buque insignia de la doctrina Marcelinista. Más de 20 años llevaba Antonio Cosculluela y sus aliados de IU, argumentando que “ viene el lobo”, hasta que en una ciudad con síntomas de esclerosis profunda, producto de no hacer nada y vegetar, bastantes vecinos se dijeron como en el poema de Kavafis ( “esperado a los bárbaros”) que daba igual y a lo mejor éstos eran la solución.

Cuando estas líneas se escriben, no sabemos qué pasará con la Diputación Provincial. Es probable que los restos del Marcelinismo- que allí nació- se conviertan si ganan el ente provincial en el refugio de los restos del ejército derrotado. Allí darán sus últimos estertores, apoyados en el mundo rural, pues las principales ciudades las han perdido. Genio y figura hasta la sepultura. Eso sí, uno de sus generales, viendo venir la que se avecinaba, se escapó un tiempo antes al Senado.

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