lunes, 17 de junio de 2019

No todo está perdido. Aun quedan hombres valientes y con talla moral.




Les dejo dos alegatos en el trámite de " la última palabra" en el juicio del "proces" a los presos políticos catalanes ante el Tribunal Supremo  Corresponde el primero a Jordi Cuixart y el segundo a Josep Rull.

Las televisiones, salvo TVE 3 Catalunya, apenas han retransmitido el juicio , y  la mayoría de los españoles  no  lo ha seguido, ni han creído que el asunto les incumbiera. 

El tiempo les demostrará que estaban en un error. Del encaje de Cataluña en España depende España misma, y  de la sentencia que se dicte, quizá quepa una salida política al conflicto, o por el contrario un agravamiento de éste.

No soy muy optimista al respecto, habida cuenta el Poder judicial que tenemos y la mentalidad rancia, imperial e intransigente que anida en muchas de las instituciones, con sede en la capital de España.

Visionando las intervenciones de Jordi y Josep, podrán darse cuenta  de la talla moral de estos hombres. Verdaderos líderes sociales, que llevando casi dos años  encarcelados, se han reafirmado en sus ideas y han manifestado que hasta el último minuto y aliento de sus vidas lucharán por ellas, sean cualquiera la suerte que la sentencia les dispense.  Comparen su altura moral, valentía y carisma, con los de los politicastros  que estos días se reparten cargos y sueldos con pactos muchas veces de lo más esperpéntico.  Por otra parte, y como verán en los videos, son  de destacar  sus manifestaciones,  cuando han dejado dicho que, aún cuando sean condenados ( y son muchos años de cárcel los que se juegan), " otros les seguirán" pues  a una gran parte del pueblo, han añadido, no se le " puede encarcelar".

En un momento histórico lleno de políticos mediocres, egoístas y cortoplacistas, personajes las más de  las veces incultos y siempre aferrados al cargo, reconforta encontrar hombres de esta altura moral.

Me han venido a la memoria los procesos a Ghandi por parte del imperio británico, o al que fue sometido Fidel Castro por los tribunales del dictador Batista. En en este último proceso, Fidel, como abogado que era, se defendió a sí mismo y acabo su alegato final con la famosa frase : " condenadme, la Historia me absolverá".



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