Cuando
todo esto acabe, que acabara, España quedará – todavía mas-
hecha unos zorros. Y entonces llegará la hora de la verdad. Porque
se habrán acabado los tiempos de una ley trans cada año y otra de
libertad sexual. No serán tiempos para nuevas maniobras
diversivas y a lo mejor deberemos ponernos a hablar de como bajamos
el recibo de la luz o evitamos que nuestro banco nos sangre y deje de
tomarnos el pelo. Será tal la escasez y el deterioro ( quizá España
haya perdido su turismo para muchos años) que nos va ir la vida
ello, o al menos el gozar de unas mínimas condiciones de vida medio
dignas.
Como
siempre ocurre, la oligarquía monopolista y rentista que nos
gobierna desde hace 300 años, intentará por todos los medios, como
en la crisis anterior, que la receta salve al entramado institucional
y la paguen los de siempre : capas medias y obreros. Porque la
salida yo la veo así : solo existen tres soluciones. La primera,
patada hacia adelante y más y más endeudamiento del que ya tenemos
( rondamos nada más y nada menos que el 100% del PIB). La segunda,
saquearnos aún más a impuestos, por supuesto a las clases
populares, porque la oligarquía paga poco o nada, y la tercera
reducir determinado gasto público, superfluo e innecesario.
Me
inclino por la tercera, ya que un nuevo endeudamiento, será una soga
al cuello de la economía de los más débiles, y nos llevará a la
segunda, es decir, nos quitarán lo poco que aun nos quede (a muchos
ya no les queda nada) y viviremos, si es que podemos vivir, para
pagar impuestos con el fin de devolver los préstamos.
Por
lo tanto, sólo queda sin queremos ser justos, la tercera. Y es que
estos días, hemos aprendido todos a distinguir donde estaban
nuestros hombres y mujeres necesarios, los pequeños héroes anónimos
sin los cuales la vida, al menos en términos dignos, no sería
posible. Es decir, las hormigas que tan poco valorábamos ( la
enfermera, la cajera del supermercado, el barrendero, el
transportista, el agricultor, la limpiadora etc) frente a la
cigarras que se lo llevaban casi todo.
No
se pueden imaginar la cantidad de vividores que nos rodean y que
viven directa o indirectamente del presupuesto público. Tampoco se
imaginan, la cantidad de instituciones públicas que son inservibles
o al encontrarse trasnochadas, no sirven para nada, salvo para,
algunas de ellas, ser la covacha de un ejército de enchufados.
Y
que nadie me venga con aquello del chocolate del loro. Es dinero y
muchísimo dinero, el suficiente para mantener y mejorar en un futuro
nuestra sanidad, cambiar el modelo productivo ( ya vale de rentismo,
especulación y pelotazos), invertir en I+ D, pero de verdad, y poner
en marcha de una vez por todas una plan para construir vivienda
pública de alquiler. La vivienda es un bien esencial y no el objeto
del negocio de unos pocos.
Sería
interminable la lista de lo innecesario y superfluo : diputaciones
provinciales en pleno, asesores de todo pelaje, número innecesario
de diputados nacionales ( con la mitad o menos bastaría), la
totalidad del Senado, determinadas empresas públicas y
observatorios de todo orden covachas de enchufados, varias de
nuestras autonomías ( Madrid, Murcia, Rioja, Cantabria, Ceuta y
Melilla), todo el pan y circo que se gasta ayuntamientos mediante,
subvenciones a partidos políticos y a la prensa y televisiones
basura ( a estos últimos, hace apenas unos días 15. 000.000 de
euros de regalo), defensores de pueblo, etc.
La
lista ocuparía, no sé, ocho o nueve folios, pues a tal deterioro y
putrefacción institucional se ha llegado. Un pequeño ejemplo.
Nuestras Cortes aragonesas, a fuer de ser sinceros, con cuatro
sesiones al año, pagando la oportuna dieta a sus diputados, habida
cuenta el volumen y contenido de su actividad, no son necesarias para
mucho más.
Llegados
aquí algún ingenuo se preguntará por qué la oligarquía no paga
mucho mas y así salen las cuentas. Pues por una sencilla razón :
porque todo este entramado institucional innecesario de funcionarios,
políticos e instituciones inservibles descrito hasta ahora, son su
pantalla protectora y lo impedirían.
Por
otra parte, existen muchas vacas sagradas, sin las cuales muchos
intereses corporativos nos dirán que no se puede vivir, pero que si
desaparecieran todos ustedes podrían comprobar cómo el sol seguiría
saliendo por el Este y se pondría por el Oeste. Y no pasaría nada.
Me
refiero a todo el entramado que se aloja en Madrid, porque a lo mejor
un día habrá que escribir, que el mayor enemigo de la unidad de
España, es todo ese aparato de lobys, instituciones corruptas e
innecesarias y burocracia corporativa que se aloja en la capital.
Sin
que sea limitativa, simplemente enunciativa, ahí van dos
instituciones- por poner un ejemplo más- en el capítulo de las
vacas sagradas, perfectamente prescindibles.
-
Los registradores de la propiedad. En Francia no existen, por
ejemplo, y el catastro es el encargado de la publicidad de los
asientos.
-
La Audiencia Nacional. El mayor de los engendros judiciales que
tenemos. Covacha de jueces haciendo política, instrumento de todo
tipo de intereses y además, funciona muy mal. Les puedo asegurar
que, de largo, tendrán más agilidad y seguridad jurídica en el
juzgado de su partido judicial que en la Audiencia Nacional. Para
acabarla de arreglar no deja de ser dicha audiencia la heredera del
Tribunal de Orden Público franquista, e incumple de forma genérica
el mandato constitucional de nuestro derecho al juez ordinario
predeterminado por la ley, sobre todo en el orden penal. A nuestra
constitución no le gustan mucho los juzgados especiales.
Igual
que en los tratados de economía del profesor Samuelson, obligando a
escoger entre cañones y mantequilla, no nos va a quedar más remedio
que escoger y pronto entre sanidad, respiradores y vivienda, por
ejemplo, o chupatintas y vividores. No va a haber dinero para las
cigarras.
laquenosvieneencima@blospot.com
Me parece una lúcida descripción de los problemas y alternativas que se nos presentan, aunque veo complicado que se emprenda una auténtica poda y desbroce de gasto inútil; antes intentarán inventarse nuevas tasas e impuestitos, o llevar la deuda pública a un disparate aún mayor. Nunca falarán teóricos estilo Vicenç Navarro o seguidores de la TMM para justificarlo.
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