domingo, 7 de octubre de 2018

¿ Qué pasa Cataluña ? ¿ Por dónde derivará el proceso ?




Todos ustedes se preguntarán en qué consiste este lío referido a las votaciones en relación a  si el Parlament suspende o no los diputados procesados por el Tribunal Supremo ( bien en la cárcel preventivamente o en el exilio) tal como este ordena, y si estos pueden o no delegar su voto.

En resumidas cuentas :  si obedecer o no las caprichosas decisiones judiciales del Tribunal Supremo. Por eso, andan los parlamentarios jugando al gato y el ratón, para  no suspender a los diputados  y que los suspendidos  puedan delegar su voto, salvaguardando de esta forma las mayorías parlamentarias que permiten al independentismo gobernar en clave autonómica y de paso salvar la cara,  permitiendo a los diputados suspensos ejercer su soberanía de forma delegada. Cesarlos y que corriera la lista- como sugiere el Tribunal Supremo- permitiría mantener las mayorías parlamentarias, pero ello  supondría un acatamiento a las decisiones de este Tribunal, lo  que sería tanto como acatar el ordenamiento jurídico del Estado,  y renunciar al principio soberano de que el máximo órgano de Cataluña  es el propio Parlament, que en última instancia da posesión o no  a los parlamentarios electos. En otras palabras, acatar el orden constitucional y renunciar a la soberanía e independencia declarada en forma de república  que se derivó del referéndum del uno de octubre de 2017.

Todo un encaje de bolillos, para que el  SI sea el NO,  y viceversa. Toda una contradicción en si misma, pues no se puede ser una cosa y la contraria. En términos jurídicos, los parlamentarios suspendidos por el Tribunal Supremo, precisamente por estarlo, no pueden delegar el voto.  

Es la misma  contradicción que ha sucedido recientemente : Torra apoyando a los CDRs para que con su fuerza en la calle apoyen la república, y los mossos de escuadra, reprimiendo sus manifestaciones.

Y es que la cuestión es simple. Los movimientos sociales en Cataluña quiere caminar dando pasos para hacer efectiva la república y la independencia;  y por contra,  el gobierno autonómico, la mesa del Palarment y muchos de los diputados, no quieren arriesgarse a desobedecer al Tribunal Supremo, y verse procesados y en la cárcel ; y lo más importante, perder sus estupendos sueldos.  


Hemos llegado por fin a la madre de todas las batallas. La calle exige desobediencia, pacífica, pero desobediencia, y para ello ha pagado y está pagando un gran precio : alcaldes imputados, ciudadanos apaleados y políticos presos y en el exilio. Por el contrario, los políticos que dicen encabezar el proceso, no quieren pagar su cuota parte del sacrificio.

No se conoce en la historia un proceso de independencia sin riesgos y sacrificios. La cuadratura del círculo es imposible.

Es muy probable que se esté negociando en las alturas- en secreto- y al margen de los movimientos sociales en Cataluña y la opinión pública de catalanes y españoles. Se trataría  de una solución negociada que blinde los derechos lingüisticos y culturales de Cataluña, así como el reconocimiento de un concierto como el que ya disfruta Navarra y el País Vasco. De esta forma, quedaría Cataluña como un estado libre asociado, similar a como Puerto Rico lo es respecto de los Estados Unidos. 

Pero en los momentos actuales, ni el PSOE puede, ni muchos de sus presidentes autonómicos lo tolerarían. Ya no les digo las fuerzas de la caverna nacional, PP y Ciudadanos. Si al meollo de la negociación le añadimos que la mayoría de los catalanes quieren una república, ya me dirás ustedes qué posibilidades tiene la negociación de salir adelante.

Mucho me temo que la independencia de Cataluña llegará a través de un largo conflicto, que comenzará con la resistencia pasiva y la desobediencia generalizada. El punto del estallido, serán sin duda, el juicio  a los presos políticos y las sentencias, que ya están redactadas.

Sólo cabe un hilo de esperanza, para desactivar la espoleta. Que Europa desmantele la cúpula judicial española, que no es más que una caverna de trogloditas. Quien paga manda y  lo que nos sobran son créditos que no podemos devolver. Al fin y al cabo- recuérdenlo- cuando les convino  nos obligaron a reformar la constitución en 48 horas.

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