martes, 24 de octubre de 2017

Dentro de poco sabremos si todo se resolverá adoptando un mal camino u otro todavía peor

Estamos entrando en el terreno peligroso de un fascio que nunca llegó a irse del todo. Se canta en las manifestaciones españolistas el himno de la legión y se dan gritos a favor de Millanastray, un tipo que en su bagaje intelectual tiene en su haber el grito de " muera la libertad, viva la muerte", y si no es por la esposa de Franco, después del graznido, le descerraja dos tiros a D. Miguel de Unanumo en el paraninfo de la Universidad de Salamanca. Las bandas fascistas campan a su anchas amenazando y pegando a quien les viene en gana, enardecidas al parecer por tanta banderita colgada de los balcones. Hasta una señora, ayer mismo en Barcelona, mordió en la pierna a un mosso al grito de  "Viva España". Policías nacionales asisten sin disimulo a todo tipo de estas manifestaciones en Barcelona y los nuevos refuerzos en su camino hacia Cataluña, entonan en sus autobuses el grito de guerra de " a por ellos".  Guardias civiles fuera de servicio en el Ampurdá arrancan carteles independentistas, llegando incluso a escalar balcones de viviendas particulares por la noche. Los "jordis" han dado con sus huesos en la cárcel por delitos de opinión y en ella, otros presos les lanzan gestos obscenos o les cantan el Viva España de Manolo Escobar sin que los funcionarios- se quejan los presos- los protejan debidamente, lo que es motivo  de chanza para medios fascistoides como Mediterráneo Digital o el Periódico Digital ; al tiempo que concentraciones de españoles se lanzaron recientemente a mostrar su solidaridad ante los acuartelamientos de policía, después de haber aporreado a viejas, ancianos y lo que se les pusiera por delante el día 1 de octubre. 

El panorama es desolador y la máquinaria del 155 de la Constitución, ya no solo planea sobre Cataluña, sino también- se insinúa- sobre Castilla la Mancha y hasta el País Vasco. Lo mismo que la ilegalización de ciertos partidos políticos. El delfín Pedro Casado se ha atrevido a sugerir un final a Puigdemón, igualito al de Luis Companys, sin aclarar suficientemente si refería a su encarcelamiento en 1934 o  su final más trágico pasado por las armas después de la guerra civil en el castillo de Montjui,  antes de de haber sido torturado en la siniestra Dirección General de Seguridad en Madrid.

Ninguno sabe a día de hoy  como acabará este batiburrillo catalán, Cuando estas líneas se redactan nadie sabe si el Presidente de la Generalitat va o no al Senado, si renuncia o no a la Declaración de Independencia;  o si a pesar de la posible renuncia, se intervendrá  o no Cataluña, o qué diantres va a suceder entre las negociaciones secretas entre la alta burguesía catalana, y su brazo el PDCAT, con el gobierno de Madrid.

Lo que sí es seguro es que después de la batalla campal, la brecha abierta entre Cataluña y España será muy difícil de cerrar, eso en el mejor de los casos. Y nada hace pensar en la paz, pues los unos, aprovechando la coyuntura, pretenderán acabar de una vez por todas a fuego lento con los "enemigos de España", y los otros, afilarán los cuchillos para la próxima revancha, todo esto en medio de una marcada  tendencia a ver cada vez más recortadas nuestras libertades. Me refiero a las formales, porque las otras, las sociales o reales, ya hace tiempo que van de mal en peor. Unas nuevas elecciones autonómicas, a mi juicio no van a arreglar nada, ya que es muy probable  que se vuelvan a repetir los mismos o similares resultados, lo que será interpretado como un nuevo plebiscito a favor de la independencia por parte de las fuerzas secesionistas.

Por contra, si la declaración de independencia tiene lugar, el Estado ocupará Cataluña e intervendrá plenamente la Generalitat. Y cuando eso suceda, lo que siga necesitará de fuerzas de ocupación desplegadas por  todo el territorio. Una receta muy cara y sin límite temporal conocido, ya que  las fuerzas de desobediencia y resistencia pasiva y pacífica, muy bien organizadas en Cataluña,  les harán frente ( eso si las cosas no se complican). Nuevamente una inestabilidad indefinida y de final incierto, llena de nuevos presos políticos.

Habrán llegado en esta última hipótesis los tiempos de una nueva clandestinidad para cualquier rebelde ( en Cataluña primero y luego en el resto de España) que ponga en entredicho el Régimen de 1978, algo que los jóvenes de ahora mismo ni siquiera alcanzan comprender después de 40 años de hedonismo y consumo, faltos  como están absolutamente de  memoria histórica. Me refiero al resto de España, pues los catalanes mayoritariamente al menos tienen conciencia nacional y un cierto poder popular desde la base ha empezado a formarse.

En este posible escenario deberemos acostumbrarnos a vivir en una  democracia a la turca  con la bendición de la UE, siempre y cuando el Reino  siga pagando su deuda a los bancos alemanes y franceses. Y súmese a  estos créditos a devolver el ingente endeudamiento posterior del que venimos disfrutando para pagar las pensiones, gracias a los  sucesivos manguerazos financieros que nos viene concediendo el BCE.  Si se  llegara  a obturar la manguera o cerrara el grifo financiero ( algo que puede suceder en cualquier momento) ya no sé que es lo que puede pasar. Desde luego nada bueno, las cosas se estropearían todavía más.

En los próximos días o quizá meses, sabremos por donde discurrirá el futuro cercano: si un por mal camino, u otro todavía peor.

 PD.- Con lo fácil que habría sido pactar un referéndum legal y con garantías, como en Escocia o Quebec. El soberanismo habría perdido, con toda seguridad, y todo el mundo en paz. Mejor aún, si previamente y sin necesidad de referéndum, una banda, mezcla de fanáticos e incompetentes, no hubiera llevado al Tribunal Constitucional, que anuló en gran parte, el nuevo estatuto catalán, que refrendaron los parlamentos español y catalán, así como también el pueblo catalán en referéndum.






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