Las hordas fascistas, perdón ahora llamadas constitucionalistas, pasaron por Barcelona. LLegaron de todas partes de España, hasta de Albacete y Asuturias, que ya son ganas. A medida que desembarcaban en la estación de Sans, sorprendieron a Pablo Iglesias: a por él, y escrache al canto. No llegó el asunto a mayores, al desaparecer el personaje a toda prisa, tomando el tren. A una periodista de TV3, la golpearon con el palo de una bandera mientras retransmitía en directo ( el día anterior en Madrid, cuando una reportera de un canal ruso retransmitía, la insultaron llamándole " bolchevique"). Saludos fascistas brazo en alto por todas partes y banderas preconstitucionales. Señoras engalanadas de amarillo yo rojo, como si fueran a una corrida de toros. Los mossos abandonando el escenario para no ser agredidos, aunque sí algunas furgonetas golpeadas. Hasta entre los manifestantes llegaron a pegarse y tuvo que intervenir la policía.
En la crónica de insurgente.org, puede leerse como un periodista infiltrado en la manifestación con la bandera de España, y protegido por su acento oscense, es respondido a sus preguntas con frases como " aún les dimos poco a estos catalufos, y hay que darles más". Videos en los que se ve a policías nacionales, que van a Cataluña, después del 1 de octubre, cantando para enardecerse otra vez el " a por ellos".
El marido de la elegantísima señora Presley, arengando a las masas en la manifestación barcelonesa. Y aún hubo suerte. Peor fue en Zaragoza, donde unos días antes despidió la concentración, con un discurso incendiario, el secretario regional de Falange.
Las televisiones, todas a una, amplificando la concentración de Barcelona. Horas y horas de programación. Se ha despertado el "toro español", dijo el delegado del gobierno en Zaragoza, D. Gustavo Alcalde, buen militante del PP. No me extraña que cornee. Y el PSOE, acompañando a toda esta banda, dándole pátina democrática.
El resto de la llamada izquierda, el día anterior, poniéndose de perfil, con banderas blancas. Las de la rendición, claro.
A esto hemos llegado. No me extraña que muchos catalanes quieran marcharse.
El resto de la llamada izquierda, el día anterior, poniéndose de perfil, con banderas blancas. Las de la rendición, claro.
A esto hemos llegado. No me extraña que muchos catalanes quieran marcharse.
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