sábado, 9 de diciembre de 2017

¿ Y si se estuviera preparando el pucherazo ?

De la Ley a la Ley fue la película proyectada hace uno días en Televisión española. Las torticeras maniobras de Torcuato Fernández Miranda, preceptor del rey en la denominada Transición, afloraron en la pequeña pantalla contadas en sus más pequeños detalles. Se trataba de narrar la procelosa aventura del " atado y bien atado" que anunciara Francisco Franco, sobre la continuación de su régimen una vez muerto y el paso de aquella estructura a un nuevo régimen monárquico, encarnado en  la designación de su sucesor, Juan Carlos I. Y lo cierto es que D. Torcuato, maquiavélico de primera, hubo de conseguirlo. La Ley de entonces, muy legal pero ilegítima, fruto de un golpe de estado y una guerra civil, fue transformada en la  nueva legalidad vigente de  la Constitución española de los  nuevos tiempos, sólo que dejando inalteradas las estructuras de la dictadura. Es decir,  sus poderes económicos oligopólicos, los privilegios de la Iglesia consagrados en el mismo periodo, las élites funcionariales administradoras de aquel régimen y la estructura represiva de las fuerzas y cuerpos de seguridad  del Estado, en especial de la siniestra bigrada político social, a la que amnistiaron.

La amplia  victoria electoral del PSOE en el año 1982, pudo haber trastocado todo el apaño. Pero no fue así. Poco a poco el socialismo patrio,  a base de renuncias  y traiciones se hizo un hueco en la estructura heredada, y más comensales ( entre los que incluyeron a los nacionalistas catalanes de CIU y vascos del PNV) pasaron a repartirse  en la mesa las mismas  prebendas y privilegios. Estos últimos, las a menudo muy suculentas migajas del festín. Los manjares de primera se los comería el bipartidismo PP-PSOE. Había nacido el Régimen de 1.978. 

La estructura después del maquillage, duró unos años más. Pero pronto el barco hizo aguas a la más mínima tempestad - es lo que sucede con un barco viejo y ajado, capitaneado por un cortijo de antipatriotas que nunca quiso reformas de verdad y cuyo andamiaje databa de más de 200 años-, e hizo aguas, después del burbujazo inmobiliario, la ruina económica  que le siguió y sus consecuencias traducidas en más desigualdad,  más paro y corrupción, lo que motivó que las calles  se llenaran de mareas y protestas, y pareció renacer de nuevo  la esperanza en forma de 15-M y luego de Podemos. 

Pero  nada. Todo fue flor de un día, como ocurriera  anteriormente con el PSOE. Primero vino una campaña de toda la prensa, radio y televisión que criminalizó  intensamente a los reformadores ( ¡ bueno es el régimen del atado y bien atado¡), cuya resistencia, la verdad, fue muy corta y mínima y, con bastante celeridad, dicho sea de paso, y casi sin disimular,  la nueva formación política llamó a las puerta del viejo barco  por si aún cabían puestos en el banquete de los  elegidos. Hubo orden de dejarlos pasar y se conformaron con poco- justo es decirlo- ya que poco quedaba por repartir, si acaso el puesto institucional más o menos bien pagado y los halagos de poder para ser recibidos por el Rey y estar presentes en casi todas las tertulias televisivas. A cambio, la renuncia fue casi total : de República, nada de nada, de nacionalización de la banca o sectores estratégicos, menos ; de la OTAN, ni hablar, y del derecho a la autodeterminación de las nacionalidades un vago mensaje para la clientela que contentara a todos. Hubo más, mucho más, pero no es cuestión de enumerar todas las renuncias, entre las que se cuenta la desaparición de todo tipo de protestas y movimientos en las calles. Valga como colofón de estos comportamientos la frase del madrileño Monedero, culpando a los catalanes de despertar al Fascismo. Lo que equivale por comparación a condenar a Salvador Allende de la aparición en escena de Pinochet o la II República de la llegada de Francisco Franco. 

Cuando el barco,  ya mucho más que viejo, casi hundido por su peso y lleno de parches y reparaciones se  prometía, después de esta nueva absorción de pasajeros, una nueva singladura, como suele ocurrir con todo lo decrépito y pronto a fallecer, hizo aguas de nuevo ;  y en esas estamos, avaluando si esta vez se va a o no al fondo de mar definitivamente. Me refiero a Cataluña.

Con un país endeudado hasta las cejas, déficits crónicos en la Seguridad Social y en peligro sus pensiones, la nueva vía de agua ya no podía taponarse con nuevos parches y reparto de prebendas. Ya no quedaba ninguna. De marcharse Cataluña, se hundiría para siempre. Nada más, ni nada menos, que casi el 20% de la renta disponible vía PIB, desaparecería. La mayoría de los catalanes habían llegado al convencimiento- vistas las experiencias anteriores y muerto políticamente el sr. Pujol, todo un cómplice en su propio beneficio del régimen de 1978- de que el buque, ya estaba para el desguace y era imposible que tarde o temprano no se fuera a pique, más que nada por su nula voluntad de hacer un casco nuevo. Es decir, España era irreformable. Y no se equivocaron, si bien antes intentaron el pacto, muy probablemente sabiendo de antemano que era imposible.

Por eso el régimen, ahora en forma de constitución- aunque siempre fue  el mismo- ha sacado su verdadera cara. Ha amenazado, ha apaleado a sus súbditos- como antaño hiciera-, ha enviado al exilio a ciertos políticos vía artículo 155 de la constitución, y ha sacado a pasear, con toda complicidad, a bandas de ultraderechistas que brazo en alto, insultan, pegan y amenazan por toda Cataluña. TV 3 Catalunya, no puede dar más que un minuto cada media hora de la manifestación de casi 60.000 catalanes en Bruselas- otra vez la censura- mientras el resto de las televisiones insultan, manipulan y cargan  contra todo lo que huela a independentista. Para ellos no hay restricciones. Y a la vez han convocado unas elecciones autonómicas para lavarse la cara ante Europa, y al mismo tiempo, llevando su ofensiva al exterior contra los exiliados, han reclamando su extradición. Pero pronto han debido recular. Sus tribunales teledirigidos, no son  evidentemente los europeos y se ha visto obligado a retirar sus ordenes de detención contra los "delincuentes". Los previsibles pronunciamientos de la Justicia belga, habrían supuesto un irreparable desprestigio a  la simulación democrática en la que vivimos. Pero aún así, después de este revés, creyéndose que en Europa se hace la ley a carta, como se hace en España, el régimen ha promovido el cambio en las instituciones europeas de las órdenes de detención y de los procesos de extradición. De nada les ha servido.  La Comisión europea ha rechazado esta pretensión,  y le ha recordado, que al contrario que ellos, las instituciones europeas no son un cortijo de arbitrariedades, como lo es el actual régimen español.

Vivimos con la respiración asistida, gracias a la deuda que nos compra el BCE y sin ella ya habríamos quebrado hace ya bastante tiempo. El barco se habría hundido del todo. Por consiguiente, el régimen no puede perder las elecciones. Les va la vida en ello y quizá sea su último cartucho.

En este escenario, no sería de extrañar que entre sus muchas marrullerías, intentaran dar el pucherazo. Son capaces de eso y aún más. Qué se puede esperar de un partido de gobierno que rompe a martillazos sus ordenadores, para no ser delatados en su constante corrupción. El cortijo antes de morir lo intentará todo.

  














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