domingo, 18 de marzo de 2018

Degradación moral y acelerada decadencia




No lo verán en TV5, La cuatro, TV3, la Sexta, o 13 TV y por eso les dejo el video. Ayer mismo y en TV3 Catalunya, entrevistaron a Jesús Ruiz, un chaval que en la cárcel entabló una muy buena amistad con Jordi Cuixart. Espontaneo, sincero, sencillo y muy humano, Jesús relató las condiciones en que se desenvuelve la estancia en prisión de Jordi, y el acoso y vigilancia al que se le somete. Despertares, con el himno nacional en su celda y preguntas al propio Jesús, por parte de los funcionarios  sobre si al regalarle Jordi dos tarjetas telefónicas, había " intentado comprar su voto en las recientes elecciones catalanas". Con este motivo, hasta hubieron de instruir unas diligencias de investigación, recibiendo declaración escrita al propio Jesús.

Ya me dirán ustedes en qué articulo del reglamento penitenciario se apoyan estos príncipes de la legalidad y el Estado de Derecho, para tales prácticas.

LLevo un tiempo en que sólo veo intransigencia, fanatismo y hasta deseos de venganza en una gran parte de la sociedad española, y eso me entristece. No somos un país Europeo todavía, y apenas hemos pasado del ¡ Vivan las caenas ¡  que gritara el pueblo al recibir al felón Fernando VII en el siglo XIX. 

Otra guinda del pastel. Acabo de leer, los múltiples comentarios surgidos en la redes, al saberse que el padre del  asesinado niño Gabriel era simpatizante de Podemos : injurias, insinuaciones de complicidad en el crimen, y comentarios groseros e hirientes, que me niego a reproducir.

Un estado y una sociedad- al menos una parte importante de la misma- que mira con indiferencia los dos comportamientos expuestos, si no  es que los apoya, o los celebra con risas, tiene sus días contados como comunidad nacional. Son signos evidentes de degradación moral y acelerada decadencia.

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