sábado, 3 de marzo de 2018

Los pensionistas deben saber a qué se enfrentan : no basta con subir las pensiones, hay que pensar en sus hijos y nietos

Cómo se lo explicaría yo. No obstante, voy a empezar. Se trata de cuadrar las cuentas del Estado, ahora que los pensionistas están en la calle solicitando incrementos, y a la Policía Nacional y Guardia Civil, se le va a elevar el sueldo en 560  euros y 720 al mes, respectivamente.

En España la estructura del ingreso público se compone de los impuestos indirectos que pagamos todos, más los directos que tiene que pagar el sector productivo, compuesto por grandes empresas ( Ibex 35), pequeñas y medianas industrias, y finalmente asalariados.

El sector del gasto ( público), se compone de las pensiones que el Estado, vía Seguridad Social, debe abonar regularmente ;  el gasto político ( que no es baladí),  las amortizaciones e intereses que debemos devolver por toda  nuestra deuda nacional ( autonómica, local, provincial y estatal) contraída;  las remuneraciones de los empleados de todas nuestras administraciones públicas, y el mantenimiento de nuestros servicios, obras a realizar de nueva factura y compras de todo tipo.

Es evidente, desde hace tiempo, que los ingresos no alcanzan a cubrir nuestros gastos. Por ello, el déficit es crónico y ha debido saldarse con numerosos recursos al endeudamiento, hasta alcanzar cifras astronómicas superiores al PIB nacional, es decir a todo lo que producimos en bienes y servicios durante un año. Hasta las mismas pensiones, han comenzado en parte a ser satisfechas con nuevos recursos a la deuda.

El déficit fiscal, y el endeudamiento progresivo hasta extremos temerarios, tienen su causa tanto en la incorrecta  e injusta estructura del ingreso, como  el destino del gasto.

Por la parte del ingreso, los asalariados soportan un presión fiscal muy superior a las rentas del capital. Y de esta presión no se libra nadie. La presión sobre las rentas obtenidas de autónomos y pequeña y mediana industria, son cada vez mayores, y además se ven sometidas en muchas ocasiones a unas inspecciones arbitrarias, que solo buscan, al margen del derecho y las propias leyes fiscales, recaudar más y más.  Por contra, los ingresos fiscales derivados de las grandes empresas y fortunas personales, son en la mayor parte de los casos inexistentes, a base de disposiciones favorables ( créditos fiscales, desgravaciones, Sicavs y otras ). La banca a pesar de sus beneficios no paga nada y nuestros sectores de oligopolio ( con los precios más caros de Europa) en gas, electricidad, constructoras y combustibles  apenas tributan un 5% de sus beneficios en el impuesto de sociedades, cuando las pequeñas y medianas industrias los hace por encima del 30%.

Ya tenemos aquí el problema. El pulmón financiero que aguanta todo el tinglado del gasto, son  exclusivamente los asalariados del sector privado y las pequeñas y medianas industrias. Y a medida que aumenta el déficit y el endeudamiento, se les sangra más y más. Resultado de todo ello, es que los beneficios, cuando los hay, son ya casi simbólicos y no permiten la reinversión y mejora en nuestras industrias con bienes de capital, con lo que pierden cada vez más competitividad en una economía como  la nuestra, abierta al exterior. Respecto a los asalariados, les sucede algo similar : sus sueldos se encuentran congelados en el mejor de los casos, y en muchas ocasiones han sufrido disminuciones más que importantes. El nuevo empleo que se crea, cuando se crea, es precario y de muy baja retribución. Con este panorama, unos y otros, contribuyen con lo que pueden, y ante la próxima vuelta de tuerca, que probablamente llegue,  ni podrán ahorrar, ni gastar.

A  mi juicio, por tanto, el problema está en la falta de ingresos de las grandes compañías y el volumen y distribución del gasto. Este último capítulo,  por las siguientes razones :

1.- El gasto en inversiones, compras y obras públicas, se dilapida y se ha dilapidado en beneficio de los grandes industrias, que son encima las que no contribuyen.  Aeropuertos innecesarios,  Aves carísimos en detrimento del transporte convencional, autopistas que debemos rescatar entre todos, obras faraónicas totalmente prescindibles, y compras de armamento por imposición de EEUU, dependiendo siempre de sus repuestos y tecnología, lo que no redunda en la mejora de nuestra defensa. 

2.- Una burbuja política, que solo hace que aumentar anualmente, con subvenciones a partidos políticos y sueldos de políticos y asesores, siempre por encima del IPC. Estamos hablando de 17 parlamentos, 17 defensores del pueblo y todos los empleados que componen estos servicios,  más casi 50 Diputaciones Provinciales y muchos de  los ayuntamientos de España. Casi nada.

3,- Consecuencia de todo lo anterior, son las dotaciones en funcionarios y políticos para cubrir estos servicios. Varios de ellos, prescindibles, como  la mayoría de estos parlamentos y sus respectivos gobiernos, defensorías del pueblo, y todas las diputaciones provinciales. También los municipios, mediante agrupaciones, podrían rebajarse a la mitad.

3.-  Y llegamos a la pensiones : da la casualidad, que una gran parte de los nuevos pensionistas, los de mejores prestaciones a percibir, provienen de las prejubilaciones que las grandes empresas- las que no pagan impuestos- lanzan a la Seguridad Social para descargar sus plantillas de buenas nóminas, a la par que su directivos, se suben cada vez más sus sueldos y retribuciones de forma escandalosa. Ni que decir tiene, que los prejubilados, que son reemplazados por otros trabajadores  con sueldos irrisorios, llegan a la Seguridad Social, no sólo con muy buenos fondos de pensiones, sino también con las mejores y mas alta retribuciones en pensiones contributivas.


Este sistema diabólico, injusto y desigual en la distribución del gasto, tiene como corolario final las  siguientes consecuencias :

PRIMERA.- Una industria cada vez más menguada y poco competitiva, donde es casi imposible invertir en bienes de capital e I+ D. Es decir, una industria que no produce bienes con un valor añadido, lo que le impide mejorar sus ingresos, salarios y beneficios.

SEGUNDA.- Unos bajos salarios en condiciones precarias, incapaces de cubrir con sus cotizaciones el déficit de la Seguridad Social. Y añádase  a ello, el enorme desempleo, con casi un 40% en la esfera juvenil, que obviamente no cotiza. 

TERCERA.-  Un déficit fiscal crónico en nuestras cuentas públicas y la imposibilidad de reducir nuestro endeudamiento, del que cada día que pasa, no sólo no podemos devolver nada de lo prestado, sino que los intereses sólo hacen que aumentar.

Vamos a la ruina, y los pensionistas como otros sectores antes, van a empezar a sufrir las consecuencias. Por eso, es muy importante, que sepan diagnosticar el problema.


Los responsables de todo el desaguisado son los baluartes del Régimen del 1978, PP y PSOE, a los que increíblemente los ancianos, según encuestas, siguen dado sus votos para que sigan gobernando, y de paso robando con sus frecuentes corruptelas, para empeorar aún más las cosas.

En circunstancias normales esta situación nos llevaría a la quiebra y a un duro, durísimo, rescate ; pero aún cabe la posibilidad de que estos chupópteros e inútiles, para la ganar las próximas elecciones, recurran a varias medidas para salir del apuro, subiendo la apuesta.  Una, ya la han hecho. Nada nada más y nada menos  que han subido a lo grande los sueldos de guardia civiles y policía nacional. Ante la que puede caer, se  han dicho que lo mejor es blindarse y protegerse. Dos, pueden recurrir nuevamente-patada hacia adelante- a incrementar nuestro endeudamiento. Pan para hoy y más hambre para mañana. Tres, es probable, que viendo la tormenta que se les cierne, sin distinguir entre pensiones bajas o medianas, y  las altas y generosas, a todas por igual les incrementen en tarifa plana el IPC y de paso, un par de regalos más en forma de INSERSO vacacional. Y cuarto, lo que destrozaría todo el tinglado definitivamente ( el limón ya está muy exprimido) aumentar la presión fiscal sobre los últimos y únicos reductos del sector productivo, de  donde todo sale, es decir de los asalariados y pequeñas y medianas industrias, para pagar los incrementos en pensiones y sueldos de policías y guardia civiles.

Son capaces de todo, con tal de no disminuir la burbuja política y hacer pagar a las grandes industrias. No en vano, nuestros jerifaltes encuentran acomodo con mucha frecuencia en sus consejos de administración. Por eso los pensionistas en la calle, deben conocer a qué y a quién se enfrentan. Con una solución demagógica por parte del poder, no pueden irse a casa tan contentos, pensando que han ganado en el momento en que les suban la pensión de nuevo. Su problema no es solo su insuficiente pensión ( la de las retribuciones bajas y medias) sino es  el sistema que nos gobierna. Están obligados a pensar también en sus hijos y  nietos. 

Si sólo se quedan en la reivindicación de la pensión, pronto les tomarán el pelo, y  el año que viene estarán en las mismas o peor, ahora que el BCE ha adoptado la decisión de comprarnos la mitad de la deuda, que en forma de bonos, nos venía adquiriendo.







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