Les relato hoy un segundo ejemplo, muy breve, que acredita la muerte del Estado de Derecho. Ya les puse un primer ejemplo en mi anterior artículo, y después del presente, que a continuación les relato, ya no les pongo más pues de otra forma este blog sólo se dedicaría a este menester.
Vayamos al caso : macrocausa en la Audiencia Nacional ( estamos hablando de casi 80.000 folios de causa, contabilidades y piezas de convicción aparte). Acaba la instrucción de la causa pasan los autos para su calificación al Ministerio Fiscal y Abogado del Estado ( para que me entiendan por calificación debe entenderse un resumen escrito de los hechos enjuiciados, los delitos que se desprenden de todo ello, y las penas que correspondan). Este trámite tiene en la Ley de Enjuiciamiento Criminal un plazo de 10 días, y con ese plazo ordena el juzgado a las acusaciones que presenten sus conclusiones.
Las tales acusaciones, que en el proceso tienen sangre azul, al contrario que el resto de los mortales, que la tenemos roja, se columpia y presente sus conclusiones UN AÑO Y CINCO MESES DESPUÉS.
LLega el plazo de las conclusiones de la defensa, requerida por 10 días para tal tramite, y cuando pide y solicita que se amplíe el plazo al menos al mismo plazo que se han tomado por su cuenta las acusaciones, en virtud del principio de igualdad de armas en el proceso recogido en numerosas sentencias del Tribunal Constitucional y el Tribunal de los Derechos Humanos de Europa, lo deniega el juzgado con la frase tan bonita, barroca y escueta de " estese a lo acordado". Es decir, traducido a román paladino, con un "déjeme en paz" o váyase a la mierda".
Así está el proceso penal en España, y las garantías de defensa. De un lado, unos caballeros con sangre azul, que no son iguales que los mortales, y el resto," la plebe" o el "populacho" al que se le exige el cumplimiento de la ley con todo rigor.
Ya lo dijeron los jurisconsultos romanos. " Summum ius summa injuria.Que podría traducirse por " extrema justicia, extrema injusticia".
Así están las cosas. No se engañen, ni los engañen. Mañana les puede pasar a cualquiera de ustedes.
En el próximo artículo les hablo de los Borbones.
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