domingo, 14 de mayo de 2017

Carolina Herrera y Venezuela





Aquí tienen a Carolina Herrera, la diseñadora venezolana con glamour. Moda, perfumes y pasarelas la han hecho famosa en el mundo entero. Como no podía ser menos, viene de declarar a los medios de desinformación que apoya las protestas ( más bien kale borroca con francotiradores incluidos) en Venezuela, ya que, según su criterio, se hace preciso acabar con " la dictadura comunista que gobierna su país".

Lo primero que llama la atención de esta señora es que no vive en su país, sino en Nueva York, habla un inglés más que perfecto, dispone de la nacionalidad estadounidense junto a la venezolana y su look nada tiene que ver con el de las mayoría de las mujeres latinoamericanas. Cualquiera que la viera diría, sino es una doble de Nacy Reagan.

Y ese es el asunto.Esta señora, como la mayoría de las de su clase, tienen un problema: si bien por sus rasgos son criollas, su apariencia y aspecto se asemeja más a la  típica barby anglosajona, versión yanqui, que a otras razas y culturas. He recorrido bastante Latinoamérica por labores profesionales, y me he sentado en estas tareas a la mesa -digámoslo así- de personajes de clase alta y medio alta. Y hasta he sido agasajado en sus hogares, todos sitos en urbanizaciones en la periferia de las ciudades, o barrios de lujo, que no son más que verdaderas islas amuralladas desconectadas del entramado urbano, con servicio de seguridad privado. La conclusión que muy pronto se saca de todo esto es que, casi todas estas señoras, y sus maridos, no miran hacia el sur, sino al norte. Podría decirse, que de director financiero de una sucursal para arriba, están todos cortados por el mismo cliché. Ellos y ellas, utilizan el inglés con regusto como signo de distinción, viajan a menudo a Miami, donde compran y compran, y se mueven en su país  exclusivamente en el coto cerrado de los de su clase y los políticos que los representan.

Para ellos, su país no pasa de ser la finca o lugar de trabajo del capataz o colaborador de la multinacional de turno. Su universo cultural y social está en otro sitio, y ya se pueden figurar cual es. 

Se dicen patriotas y sobre todo anticomunistas, y podría decirse, que no conocen  ni su propio país. Menos todavía a la gran mayoría de sus habitantes y sus escandalosas carencias, en especial las del negro y el indígena a los que que toleran porque no les queda más remedio, si bien tienen a gala, sobre todo las señoras, de ejercer la caridad en asociaciones filantrópicas regadas de abundantes fiestas donde lucen sus mejores galas. 

Encerrada esta clase social en privilegios de todo tipo, y miedosa con su entorno de miseria, ve comunistas por todas partes. Cuando pronuncian la palabra comunismo o comunistas, lo hacen con un tono, violencia y agresividad que da pavor. Y el caso es que, para ellos, cualquier medida social que mínimamente pueda poner en peligro su estatatus, es comunista. Un empresario medio español o francés, pasaría a la vista de estas mentes enfermas por un marxista- leninista convencido.

No es de extrañar  por tanto que esta señora califique a Venezuela de una dictadura comunista. 

Cualquiera que recorra las calles de Caracas, por ejemplo, se verá flanqueado de comercios y empresas privadas por todas partes, hoteles de lujo,  suntuarios barrios ( el Cuntry llaman a su barrio todos estos personajes) y televisiones, radios y prensa que su deporte favorito es cargar a diario contra el gobierno bolivariano, cuando no apoyar, como hicieron en más de una ocasión, golpes de estado. Lean por ejemplo, por internet  "El universal" o "El nacional", y no digamos ya el panfleto "Tal cual".

Para ser  Venezuela una " dictadura comunista", también extraña que numerosos alcaldes de numerosas ciudades estén en manos de la oposición, la misma asamblea nacional donde  ésta es mayoritaria, y varios gobiernos de estados regionales.

Otro día, comentaremos las causas de que Latinoamerica, en una gran parte, se vea gobernada por estas troglodíticas clases sociales, después de haber obtenido la independencia hace 200 años de España, independencia ésta que no fue mas que una broma. Otros colonos, bastante peores, ocuparon su lugar y sus capataces trabajan con látigo de siete colas.

Mientras tanto, dejen de escuchar chorradas del sr. Inda, y demás prensa lacaya. Lo que ven estos días en televisión, no es más que la rebelión de los ricos contra los pobres.








No hay comentarios:

Publicar un comentario