sábado, 11 de noviembre de 2017

España y parte de su periferia

Es un hecho que ciertas regiones de España no entienden a una parte de su periferia , ni tampoco la conocen. Las  mayoría  de  las élites madrileñas, castellanas y andaluzas ( Andalucía a la hora de la verdad es una prolongación de Castilla, tierra conquistada en su día a los árabes) podrán dominar todo lo bien que quieran el inglés y hasta presumir de haber viajado por medio mundo y estudiado, sobre todo en los Estados Unidos, pero  de lo que se dice conocer la periferia de España, salvo algún que otro viaje turístico, saben muy poco.

La existencia de España como una unidad política uniforme, creen que data desde hace más de 500 años, según recientemente se esfuerzan en repetir. Les da igual, ni conocen la estructura política del  gobierno  que fue de los Austrias o los Borbones, en su muy distinta y diferenciada forma de entender España durante siglos, confederal los unos, uniforme los otros. Que se hablen otros idiomas en Galicia, País Vasco y Navarra o en Cataluña ( Valencia y Baleares hablan la misma lengua con sus modismos) es algo más bien folklórico que toleran, pero no entienden, menos que el carácter de estos pueblos  y su  psicología social pueda ser distinta por muy diversas raíces históricas.

En cuanto a las relaciones económicas y diferencias en sus formas de desarrollo, entre las castillas y la periferia, justifican que en gran parte el norte industrializado se debe a políticas de privilegio dirigidas por los diversos gobiernos centralistas habidos en España, o al proteccionismo económico concedido a las industrias de las nacionalidades de la periferia durante los últimos 200 años o más. Por contra, interpretan que el PIB de Madrid ( uno de los mayores de España) es consecuencia de la mentalidad abierta y cosmopolita de sus habitantes. Les da igual y les parece lo más natural que todos los servicios centrales de nuestra administración radiquen en Madrid (  Consejo General de Poder Judicial, Tribunal de Cuentas, Consejo de Estado, Senado, Audiencia Nacional, Congreso de los Diputados, Defensor del Pueblo, Ministerios, CNMV, BOE, Casa de la Moneda,  Banco de España, Tribunal Supremo Tribunal de la Competencia, etc) o que las principales compañías nacionales ( públicas o privadas) o multinacionales, tengan su sede y servicios administrativos en la capital, desde la que hacen loby para ganar los favores del poder central y el BOE en adjudicaciones y regulaciones de sus sectores, o que casi todos los trenes y carreteras más importantes en una España radial deban pasar por Madrid hacia otros destinos ; e igual suceda en gran medida con su aeropuerto para vuelos nacionales e internacionales.

Es lo que debe de ser, se dicen  ellos mismos, y ninguno, jamás, se ha preguntado si la periferia, con su propia idiosincrasia, historia, cultura propia, derecho foral distinto y sentido del comercio ha tenido algo que  ver en la estructura económica, tan diferente  que hoy existe entre  la castellana, extremeña o andaluza de un lado, y la periférica del otro ( Valencia, Cataluña, Navarra, País Vasco, Baleares, Galicia y hasta ciertas  partes de Aragón y la Rioja).

Recientemente, me comentaba un catalán, no independentista pero catalán de toda la vida (  él y su familia desde inmemoriales generaciones ), perteneciente, previa oposición, a uno de los cuerpos del alto funcionariado de la Administración Central-  y que llegó a  trabajar en varios destinos por toda España- que sus compañeros de cuerpo, cuando ya le tomaron confianza, en privado y con toda prudencia, le llegaron en varias ocasiones a preguntar,  compañeros andaluces, madrileños o castellanos,  que cuál era el idioma que utilizaban en su familia en la intimidad. Cuando éste con toda naturalidad les dijo que era el catalán, sus compañeros  le comentaron, que si bien comprendían que lo hiciera en ese idioma, les llamaba la atención- cuando nos les asombraba- que nunca utilizara ni él su familia  junto al catalán el castellano en ocasiones.

Me digo, que si el consultado hubiera tenido una madre inglesa o francesa, los que hicieron la pregunta, habrían entendido a la perfección que madre e hijo en privado, siempre utilizaran exclusivamente el inglés o el francés. Algo que verían como lo más natural.

Si a Juan Carlos Monedero, persona culta y abierta, pero madrileño de pro, ha debido reconocer recientemente que le costó bastante entender el hecho diferencial catalán, imagínese ustedes a cualquier bachiller capitalino, que con toda tranquilidad te puede decir que el idioma catalán es un dialecto del francés o del castellano.

Siendo el catalán un  idioma  que nace del latín vulgar, como el castellano, francés, portugués o gallego, o el italiano mismo, es decir del mismo tronco lingüístico, me  sigue asombrando que más allá de la provincia de Huesca, la mayoría  de las palabras del catalán más similares al castellano necesiten de traducción, ya no digo los giros más simples.















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