lunes, 27 de noviembre de 2017

Legalidad y Derecho

LLevo tiempo leyendo en las redes ,televisiones y prensa frases como " lo que no es legal no es democrático". ¿ Pero de de dónde habrán sacado este modo de razonar en Derecho ?  El derecho tiene como base los principios éticos, sociales y morales tendentes  a la dignidad de la persona humana y  al bien bien común, que los inspiran. Su definición, evidentemente,  es democrática.  Y a partir de ahí, y con respeto a los mismos, se construye el armazón jurídico que regula al detalle la aplicación de aquellos principios, es decir, la legalidad : en el vértice supremo las leyes, debajo de ellas, y en su desarrollo, los reglamentos.

A partir del ese momento en que la legalidad, que no es más que una herramienta de la legitimidad o que es lo mismo, de los principios morales, éticos y sociales de base democrática, se aparta de la voluntad del pueblo o de tales principios admitidos con todo consenso por los juristas de las nacionales civilizadas, pasa de ser una herramienta eficaz destinada a ponerlos en práctica a constituirse en algo ineficaz, cuando no un engendro tiránico y opresor.

La legalidad por sí sola, no es nada si carece de legitimidad. La venta de esclavos en los estados sureños de los Estados Unidos antes de su Guerra de Secesión, eran legales ; igual sucedía con el Aparheit en África del Sur ; también los impuestos del té que dieron lugar a la revolución e independencia de los Estados Unidos, y si me apuran todas las leyes y normas de la Alemania nazi también eran legales. A propósito, técnicamente muy bien construidas. Tan bien construidas estaban  que habiendo llegado el criminal al poder,  poco después decretó el estado de excepción ( previsto en la ley, eso sí), anuló las libertades, juzgo sumarísimamente  a sus enemigos  y mantuvo esta situación hasta que los rusos tomaron Berlín. En términos técnico-jurídicos de legalidad, como dirían ahora, fue  todo un Crac.

Otro comentarios también me han llamado la atención. Cuando varios policías municipales en  su  grupo de Wasap, del que participan casi 200 funcionarios, hacen apología de Hitler, del racismo y amenazan de muerte a su alcaldesa, u otros  policías nacionales se retratan armados hasta los dientes en un mensaje dirigido a los representantes independentistas de la Generalitat con el mensaje de " hablamos"- tomado del dialogante "parlem", medio con el que estos últimos invitaban al gobierno central a negociar- nos salen algunos críticos de estos comportamientos policiales, señalando que lo importante e ilícito es que han incumplido no sé que articulo de no sé que ley de nuestro ordenamiento jurídico sobre la función pública. Muy bien por esta apostilla, pero sin el ordenamiento jurídico no lo tuviera previsto, igualmente serían reprobables con legalidad o sin ella y dignos de censura social. Y recalco reprobables, y no dignos de condena penal, porque es principio de seguridad jurídica elemental, que nadie puede ser condenado si antes no  existe regulado el delito que defina tales conductas. Porque la seguridad jurídica si que es uno de esos principios inspiradores.

De seguir predominando estas opiniones y sistema  de ver las cosas, el paso siguiente será eliminar de la carrera de Derecho, las asignaturas de Derecho Natural, Historia del Derecho, Filosofía del Derecho, Derecho Político ( esta asignatura por el mal camino ya ha sido cambiada por la de Derecho Constitucional, mucho menos genérica y amplia que la anterior) y hasta el Derecho Internacional.  Después  vendrá  el implantar un  buen ordenador que filtre en cada momento la disposición vigente y su fecha. Con eso bastará. Y  finalmente,  los jueces ya no harán doctrina ni Justicia, se limitarán a revisar la disposición legal concreta, su vigencia, lo que esta quiso decir, y ejecutarla.  Entonces, el Gran Hermano habrá llegado.

Con estos conceptos tan  estrechos, equivocados  y omnipresentes de la legalidad, no es extraño lo que  sucede con nuestra muerta constitución. Manifiesta esta poner a  la propiedad al servicio de la función social y garantizar, por ejemplo, el acceso a la vivienda a todos los españoles. Pues señores,  la legalidad, amparando la especulación, ley tras ley, reglamento tras reglamento, convenio urbanístico tras convenio, ha hecho todo lo contrario: burbujas inmobiliarias, hipotecas a precios  sobrevalorados y finalmente desahucios. Todo muy legal. Y ahora no se rían por favor. También dice la constitución que en su organización interna, los partidos políticos serán democráticos. Comparen su quehacer legal y diario, con la palabra democráticos. Otra más y la última:  la separación de poderes (otro principio inspirador del Derecho) enunciada en la constitución. No hay tal, como ya expliqué en mi anterior artículo ( ver este mismo Blog) titulado " ¿ Puede Puigdemont tener un juicio justo en España? Las mayorías legislativas y el gobierno los nombran.

Suelen los leguleyos, ante estos argumentos, citar que ciertos principios constitucionales no son de aplicación directa y por lo tanto solo inspiran al ordenamiento jurídico. Y tienen razón técnicamente. Y más aún, que la constitución fue votada por la mayoría del pueblo español. Pues bien,  a ellos les respondo que la tomadura de pelo, el engaño y la deshonestidad fue de  aurora boreal. La Constitución española, tiene nada mas y nada menos que 169 artículos, 3 Disposiciones Adicionales y 9 Transitorias, más una Disposición Final. Y junto con el paquete iba escondida la monarquía y sus reglas sucesorias. Ya me dirán ustedes quién sabe lo que votó en el año 1978,  sin perjuicio de  amenazas y soplo de sables en aquellos días  ( tan cercanos a la dictadura) en la nuca, lleno como está el texto constitucional de recobecos y tecnicismos jurídicos. Una trampa muy bien diseñada que enuncia unos nobles principios y a continuación autoriza su destrucción. Todo muy legal. Las constituciones serias tienen muchos  menos artículos, más claros y sin trampas. La Francesa, 89 artículos; la de los Estados Unidos, 7 artículos y posteriormente 17 enmiendas ( la última de 1992).

Por   si fuera poco, según se repite por estos pagos, día sí  y el otro también, el texto es prácticamente cerrado, ya que unos la quieren dilatar en el tiempo haciéndola inmortal como las tablas de la Ley de Moises, y otros, más " progresitas" le quieren dar un pequeño maquillaje para que nada cambie.

En definitiva, que después de 39 años, seguimos aferrados a la legalidad y alejados de sus principios inspiradores, todo para que el cortijo de corruptos y gentuza que nos ha gobernado alternativamente, en forma de partitocracia, hagan lo que les de la gana en forma de legalidad.

Cuando la casa se hunde y nadie quiere hacer reformas, lo que suele ocurrir es que se hunde del todo. Y es lo que muy probablemente nos sucederá. La partitocracia nos hundirá, pero se nos llevará por delante a todos. Tampoco en la reforma, si el mal es enorme y estructural, vale poner cuatro parches.  En este caso, se hundirá igualmente.

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