martes, 8 de mayo de 2018

Corea del Norte y final.

Acabo con el de hoy  mis artículos sobre Corea del Norte.  Dejé el último en el estallido de la guerra en la península. Los Estados Unidos maniobraron en la ONU, aprovechando la ausencia de la URSS en el Consejo de Seguridad y, formando una coalición de países aliados, Inglaterra, Turquía y otros, y como no hasta Colombia- palanganera y marioneta del imperio en todas sus aventuras en este últimos 50 años-  desembarcaron con muchas más tropas en el sur de la península, rechazando la contraofensiva de Corea del Norte, ante la agresión perpetrada por el sur.

No escatimaron medios. Se dice que los bombardeos, la mayoría con napalm, destrozaron todas y cada una de las ciudades de Corea del Norte. La descarga de bombas llegó a superar todas las empleadas en el escenario europeo durante la II Guerra Mundial. La población coreana, debió habitar en el subsuelo para sobrevivir. La superficie urbana  prácticamente desapareció y el país quedó destrozado por completo.

Cuando las tropas de EEUU, y sus aliados, penetrando en Corea del Norte, se aproximaron  a la frontera china, esta última nación intervino a favor de Corea del Norte en el conflicto. El empuje llevó a  reconquistar el terreno perdido y retomar de nuevo Seul, y estuvo a punto de echar al mar a los invasores. El general Marcarthur, en ese momento,  llegó a barajar el empleo de bombas atómicas para ganar definitivamente el conflicto. Y lo hubiera hecho de no ser destituido por  el presidente Truman.

Siguió la guerra por medios convencionales, y por fin el frente se estabilizó en el actual paralelo 38, mediante una tregua pactada, que hoy hace de frontera entre los dos países. No hubo tratado de paz, ni lo hay hasta la fecha. Corea del sur, a las ordenes de EEUU, que mantiene todavía en la península un importante contingente de tropas, se ha negado hasta ahora a suscribir cualquier tratado de paz. Y los estados unidos, constantemente amenazan con sanciones y maniobras militares la soberanía del norte, a pesar de que este viene intentado por todos los medios, la firma de una paz definitiva que le garantice su soberanía. 

No es extraño pues que la amenaza siga presente, y Corea del Norte, se haya visto obligada en especial estos últimos años- más todavía después de la caída de la Unión Soviética- a garantizarse su soberanía, con una inmensa inversión en armamento, de la que el arma nuclear y sus misiles balísticos, constituyen su mejor arma de disuasión contra sus enemigos. Como también se ha visto obligada a mantener un numeroso ejercito en efectivos- algo que el viajero advierte inmediatamente- que drena sus recursos productivos, lo que no impide a muchos de esos efectivos colaborar en obras de infraestructuras de todo tipo, e incluso en trabajos en el campo, en tareas agrícolas.

LLama la atención, por otra parte, el deseo espiritual que anida en la  población  de Corea del Norte por conseguir la reunificación  y la paz definitiva con sus hermanos del sur. Sentimentalmente, el coreano del norte, siente que le falta algo, como si le hubieran amputado su propio ser. Basta escuchar sus voces, cuando interpretan canciones en busca del deseo de una sola Corea, para darse cuenta de su añoranza. Hasta se les quiebra la voz al entonar estas melodías. Tuvimos ocasión en una fiesta, de escuchar, espontáneamente, una de estas interpretaciones.Algo realmente bello.

Y es que el coreano del norte, y sus líderes, por ese objetivo,- y al contrario de lo que los intoxicadores occidentales nos hacen ver-, por recuperar  a su patria, está dispuesto a todo. Y todo quiere decir, a usar  la  mayor tolerancia posible. Sobre la mesa de negociación, el régimen coreano ha puesto varias veces la propuesta denominada: un país, dos sociedades. La capitalista en el sur y la socialista en el norte. Ello debería ir  acompañado en la propuesta, de una superestructura común a ambas, que compartiría una misma defensa y una sola política exterior, donde las decisiones  de importancia, se tomarían siempre por consenso. Y eso, en esta estructura confederal, solo sería el primer paso hasta obtener, por confianza mutua y a lo largo de los años, una completa reunificación institucional de la nación coreana.

Todos los intentos ( muchos y muy numerosos) en este sentido propuestos por Corea el Norte ha fracasado, debido al bloqueo que los EEUU han impuesto a Corea del Sur, a la que vienen utilizando en al área para mantener su posición hegemónica y de paso, frenar a China. No me cabe duda que este bloqueo entristece igualmente a los coreanos del sur, pues la gran mayoría de ellos, desean fervientemente y anhelan unirse a sus hermanos del norte.

Y una reflexión más- y final- sobre Corea del Norte. Cierto que se advierte un culto y una admiración a sus líderes, en especial a Kim Il Sung en todos los órdenes de la vida.  Pero no vi nada forzado en ello. Existe, es espontaneo,  y pude llegar a entenderlo. Como les expliqué en mi anterior artículo, con ocasión de la invasión japonesa, Corea y su pueblo, fruto de un genocidio planificado, estuvo a punto de desaparecer. El hombre que con tesón y valor, luchó contra el invasor y  les devolvió su dignidad y su cultura como pueblo, hasta  diría su mismo ser, se llamó Kim Il Sung. No es extraño que para todos ellos, Kim- muy admirado también el sur- haya llegado a ser su segundo padre. A él le debieron su propia existencia y supervivencia como pueblo.  

Los lideres existen y los  pueblos los han seguido y admirado a través de la historia : Gengis Kan, Viriato, Mao, Lenin, Fidel Castro, Roosevelt, De Gaulle, Lecrec, Nasser o Sandino. Y otros. Lo que no es normal, es que las sociedades de hoy, carezcan de líderes, sobre todo en el ámbito occidental, gobernados como somos por mediocres y mezquinos : un friqui en la Casa Blanca, hasta hace dos días un golfo como Berlusconi en Italia, un snob idiota en el Palacio del Elíseo en Francia o un oscuro registrador de la propiedad en España, conocido como el " sobresueldos". O peor aún, que nuestros ídolos sean  cuatro futbolistas, o enormes masas lloren y se tiren de los pelos, en un concierto escuchando a cantantes de dudoso gusto.

Que esos sean hoy nuestros líderes políticos o sociales, sólo nos da una idea de nuestra propia decadencia.

PD.- Y un detalle más, que se me pasó en el artículo.  Para que se den una idea del sufrimiento padecido por el pueblo de Corea del Norte, sólo les diré que, asistiendo a un acontecimiento floral en Pyongyan pudimos advertir la visita a la exposición de varios abuelitos, con abundantes medallas en sus chaquetas. Preguntamos quiénes eran y nos contestaron : prisioneros de guerra, que fueron devueltos en el año 2001. Les recuerdo que la Guerra de Corea, acabó en el año 1953. Sin comentarios.

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