domingo, 27 de mayo de 2018

Vienen días divertidos, pero todo seguirá igual


El olor era tan fétido que el PSOE, con Pedrito al frente, ha decidido que al sistema le hacía falta un " lifting". Quizá lo hayan decido otros por él. La herramienta del IBEX,  en versión nacional-católica, la verdad, estaba ya muy gastada y se imponía un recambio para que todo siga igual. O quizá todo haya sido producto del oportunismo de Pedrito, que no de su conciencia, porque en este sindicato de intereses que preside, y que un día ya muy lejano, fue socialista y obrero, ya "era hora de tocar de nuevo poder"- se venía diciendo más de uno- y la ocasión, vía Gurtel, la  " pintan calva".

Vienen pues  días de animados y  hueros debates. Que si tú eres más corrupto que yo, que si la reforma fiscal para aquí o para allá, que si ahora cabe ( con moderación, claro) subir los salarios y un poquito de keynes, que cuál va ser la mejor combinación para reemplazar a la herramienta gastada, si a la vera de Ciudadanos, o contar en la moción de censura con los nacionalistas. En definitiva, un nuevo circo para salir del paso, y terrorismo, mucho terrorismo, que la vetusta herramienta pepera repetirá una y otra vez contra sus enemigos, a medida que agonice.

El PSOE se presenta inicialmente, en su moción de censura, como un gobierno de transición, hasta las próximas elecciones. Un gobierno a lo Robespierre, y su comité de salud pública, dispuesto a limpiar todo el albañal. Dudo que lo haga, o se lo permitan. Si acaso puede que levante una alfombra más, y debajo de ella aparezca otra inmundicia que no será la última, la cual sólo servirá para rebajar aún más la prevista cuota electoral del moribundo PP.

Al final todo acabará en unas elecciones, y su resultado será más o menos parejo al existente, sólo que en esta ocasión el PP perderá una importante cuota de su electorado, y quedará en minoría para gobernar. Será el momento del triunvirato PSOE- PODEMOS-CIUDADANOS, y todo dependerá de quien salga más beneficiado y si la herramienta gastada y agónica, vuelva a ser una pieza imprescindible en la próxima combinación para ocupar la Moncloa.  Lo que es seguro en estos momentos,  es que la túnica de Cristo ( con perdón de quien nada tiene que ver con la suciedad), ya se  la están repartiendo entre los centuriones. Entiéndase por túnica la sin cuantificar próxima pérdida electoral del PP. 

Pero una cosa es segura. Cuando la fiesta acabe y se hayan repartido el poder entre unos y otros, fuera cual fuera la combinación gobernante, nadie se atreverá a tocar el régimen del 78. Ni el IBEX dejará de pastorear la finca en forma de monopolios y favores del BOE, ni nadie hará nada por industrializar el país y de esta forma devolverle su soberanía, ni los altos cuerpos de la administración dejaran de utilizar al estado como  fundo de sus privilegios, ni el abultado endeudamiento disminuirá. Y hasta puede que aumente un poco más. Y por supuesto continuará el disparatado gasto de las comunidades autónomas y diputaciones provinciales ( de suprimir estas últimas ya se han olvidado todos), reforzando aun más sus estructuras inservibles en forma de funcionarios, parlamentos, defensores del pueblo y empresas públicas de colocación clientelares. 

Tampoco nadie arreglará el problema catalán, y a medida que el Titanic se hunda, se dará una competición  por ver quién de los tres, más el moribundo o lo que quede de él,  es más español, y más intrasigente con lo que ellos entienden por unidad nacional. Y todo ello jaleado por unos medios, como ocurriera en Cuba,  en el 1898, anunciado victorias contra nuestros enemigos.

Nadie sabe cuál será el momento en que estalle la galerna.  Lo más probable será cuando nos veamos envueltos en una nueva crisis económica, de la que se ya se  anuncian negros nubarrones en el horizonte.  Pero esta vez no nos salvará ni el dinero alemán. Entonces, el que gobierne, pasará a la historia como el sobrenombre de el  liquidador, y a lo mejor será Pedrito el  tal liquidador.

Por eso, los que lo ven venir, como catalanes y vascos,  ya están tomando sus medidas para abandonar el barco.  Les seguirán otros, con posibilidades de sobrevivir : navarros, valencianos, baleares, y quizá hasta gallegos. Nosotros, los aragoneses, lo tendremos fácil :  por historia y cercanía, nos acoplaremos en dirección a las tierras del Este, las de la antiguo reino. También cabe la posibilidad de no hacerlo, y  suicidarse.

Los enfermos tienen oportunidades para curarse. Pero las oportunidades no son infinitas. Despreciamos varias en el siglo XIX. Y en el XX,  con la República. Faltando poco para el óbito, sigo sin ver a ningún cirujano, ni en el enfermo ganas de seguir el adecuado tratamiento.




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