jueves, 24 de agosto de 2017

El sueño de la extrema derecha y los fabricantes de armas : el choque de civilizaciones

Simplificando como siempre, el fascismo peninsular ha determinado que el origen del mal, del terrorismo, se fundamenta en la misma religión islámica. Como todas las invenciones, su razonamiento ( suponiendo que  el fascismo razone algo) se basa en interpretaciones histéricas y nada científicas de la Historia. Algo muy parecido al bodrio del librito Mein Kamf que escribiera Adolf Hitler, con el bagaje intelectual de su autor, todo un cabo chusquero del ejército alemán en la Primera Guerra Mundial.

El Islam forma parte de las tres grandes religiones monoteístas que existen en el planeta. Las otras dos son el Judaísmo y el Cristianismo. Todas ellas beben de las mismas fuentes y reconocen su origen en la Biblia, como texto sagrado y la existencia de  un único Dios verdadero, todo lo contrario que el Politeísmo de la antigüedad. Por su orden el judaísmo fue la primera de ellas, le siguió el Cristianismo incorporando el Nuevo Testamento o los Evangelios  y finalmente el Islam con el Corán, libro revelado por Dios al profeta Mahoma, compendio de las anteriores religiones, que reforzó la idea misma del monoteísmo. Lo cierto es que los musulmanes no reniegan del  texto sagrado primitivo, la Biblia, e interpretan que los posteriores profetas hasta Mahoma, Abraham, Moisés y  Jesús, predicaron la palabra de Dios.

Nace el islam en los desiertos de la actual Arabia Saudí, lugares ásperos, difíciles,  nada fértiles, de gentes poco cultas, donde sobrevivir es complicado y sus habitantes, los beduinos, tienden a la guerra y la conquista de otros pueblos. Igual sucedió con los normandos o vikingos, gentes venidas del frío extremo ( Dinamarca, Suecia y Noruega)  y de climas nada templados, que asolaron Europa en los siglos VIII a X. 

El Islam que nace en el siglo VI y  pronto se convierte en la doctrina religiosa de los pueblos árabes, entendiendo por éstos, no solamente a los hombres de los desiertos ( Yemen,  península arábiga y parte de Jordania ) sino a los de las antiguas y ricas civilizaciones de los países fértiles del Eúfrates, la Mesopotamia y regiones mediterráneas ( Siria, Iraq, Líbano y Palestina en gran parte latinizadas por los romanos). En estos países, la llegada de la doctrina de Mahoma tomó contacto y  se adaptó a la cultura de estos pueblos, respetando sus anteriores religiones, cristianas y precristianas y hasta recibió influencias de éstas. Así mismo, pronto el islam se divide en varias corrientes religiosas, chiitas, sunnitas, sufíes e ismaelistas,  entre otras, adoptando esta última aspectos del cristianismo. Dice el genial Kapucinski en su obra "Cristo con Un Fusil al Hombro", después de haber convivido con los palestinos durante la década de los sesenta del siglo pasado, que a un palestino  medio como buen musulmán ( los que lo son, pues casi el 20% son cristianos) no le importa que nos creas en Alá ; lo que le gusta, como buen monoteista que es,  es que creas en alguien, es decir en Dios, sea cual sea la doctrina por la que llegues a él.

Los árabes no se detienen en el Oriente Medio y ya en el siglo VII conquistan el Norte de Africa , recibiendo  más influencias de los pueblos bereberes, que se islamizan a su manera, y  en el siglo VIII  conquistan España, denominada por ellos Al Andalús. Ya entonces los calificas del imperio ( Omeyas y luego Abassies) administran el imperio desde Damasco y luego Badgad, prueba del alejamiento del islam nacido de los desiertos. Se extiende así mismo el Islam a Irán,  que adopta el chiismo, zonas de Siberia  y parte de la India e Indonesia.

Se ha discutido mucho sobre la invasión de España por los árabes, pero ya se sabe con toda certeza que los pueblos germánicos, que por entonces la gobernaban ( los visigodos), por sus continuas luchas por el poder, anarquía y desgobierno no eran precisamente queridos por los hispano-romanos y menos por los judíos que habitaban la península. Se dice que estos últimos fueron sus aliados en la invasión y lo cierto es que, después de la derrota de Guadalete, las poblaciones hispano romanas, de credo cristiano, les fueron abriendo sus puertas una tras otra con más alegría que dolor. En apenas 7  años habían llegado a los Pirineos.

Fruto de esta "conquista" y su religión ya modulada en sus diferentes corrientes,  los musulmanes convivieron con los cristianos españoles ( mozárabes), respetando sus iglesias, jerarquías, autoridades, lengua  y culto con algún que otro conflicto, durante largos siglos.

El califato de Córdoba experimento un florecimiento de la cultura en el terreno de la medicina, la astronomía y la filosofía. Gracias a su labor llegaron a occidente las traducciones del griego al árabe de los filósofos griegos. Se trató sin duda de un Islam culto, tolerante y abierto.

Ya dividido el imperio árabe en varios califatos,  el Famitimí de credo chiita,  por ejemplo, gobernó gran parte del norte de África, Egipto, Palestina, Siria, Jordania. En dicho califato,  los cristianos y judíos llegaron a desempeñar altos cargos  en la administración. Se primó antes la eficacia que la religión.

Con la decadencia del imperio árabe, pérdida del Al andalus y sus interminables divisiones, los pueblos árabes pasan a ser invadidos por pueblos túrquicos llegados de las estepas siberianas, rudos, guerreros, de climas fríos e  inhóspitos que se han convertido al Islam. Son estos mismos pueblos los que acaban con Bizancio, el resto del imperio romano de oriente, fundan Estambúl y saquean Alejandria, ocupando gran parte del norte de África y una parte de Europa. Su interpretación  del Islam resulta rigorista e intolerante, y se suceden las cruzadas desde occidente ( más por intereses económicos, que con el fin de recuperar los santos lugares, siglos X y XI ) y  las guerras contra el Turco en el Mediterráneo a cargo de los Estados Pontificios, España y Venecia ( siglos XV y XVI).

La interpretación rigorista del Islam por parte de los Turcos, poco a poco se atempera y bajo el dominio de estos, conviven durante siglos cristianos y judíos en Egipto, Palestina, Siria e Iraq a medida que la Sublime Puerta va apresurando  su decadencia.  Su golpe final lo experimentará gracias al imperio británico ( de nuevo los pueblos bárbaros del norte) al entrar Turquía en la  I Guerra mundial al lado de Alemania.

Es entonces, cuando un oficial británico ( Lawrence, conocido como Lawrence de Arabia, recomiendo ver la magnífica película de este título) subleva a los pueblos árabes prometiéndoles la independencia, y estos vencen a los turcos ocupando entre otras ciudades  Damasco. Los aliados  resultan vencedores en la I Guerra Mundial ( Francia , Inglaterra, Italia y y EEUU) y Turquía pierde gran parte de su imperio, en especial los territorios árabes que ocupara.

Como viene sucediendo en estos 200 últimos años, el imperio británico nunca cumple su palabra. Deja tirados a los pueblos árabes y  con regla y escuadra ( son los tiempos donde el petróleo se adivina como una gran fuerte de energía, sino ya no lo es, y se sabe que el oriente medio es generoso en este recurso), divide la región con Francia por el Tratado secreto de Sykes- Picot. Para Francia Siria y el Líbano, para Inglaterra, origen de casi todos los problemas actuales del mundo, Palestina, la actual Jordania, Iraq y parte de Arabia. Después del ignominioso tratado, encumbra a títeres a su servicio en futuras naciones que va diseñando a su gusto ( Kuwait, Qatar,  Jordania, Arabia saudí, etc), nombrando y protegiendo al primer jeque o emir que encuentra, cuanto más ignorante mejor, dispuesto a cumplir el papel de capataz tiránico de su pueblo en interés neocolonial del Reino Unido ; eso sí, cuanto más rigorista y fanático sea en su concepción del Islam más posibilidades tendrá de ser el elegido. Se trata ante todo de que estos pueblos no alcancen la modernidad, pueda Gran Bretaña extraerles su petroleo y recursos, y menos se dejen influenciar por la Revolución Rusa de 1917 y el Comunismo que ya ha aparecido en la Historia.


A pesar de todo ello, durante estos años el Islam estará en paz, salvo en Arabia saudí, donde ya había nacido siglos atrás el wahabismo, corriente intolerante y fanática del islam apadrinada por la dinastía Saud, hasta entonces recogida en los desiertos y pronto apoyada por los ingleses en el siglo XX.  En el resto, la convivencia de credos es la norma, aunque Inglaterra procurará siempre favorecer a las corrientes más integristas. Después del triunfo en la II Guerra mundial de EEUU, Rusia e Inglaterra sobre Alemania, el imperio británico que ya decae, promueve abandonar su protectorado sobre Palestina, creando en su territorio el Estado de Israel permitiendo y favoreciendo la llegada en éxodo de judíos europeos, lo que consigue en el año 1948.  Nace el Estado de Israel, y los palestinos han perdido su patria y siguen siendo oprimidos y masacrados hasta hoy mismo.  Pero ya antes, el Islam estaba evolucionando, en la esfera del socialismo, hacia la laicidad, la modernidad. y la intención de reunificar a todos los pueblos árabes en una sola nación. Se ha creado en el 1947 el partido Baas que en la descolonización de la posguerra pronto tomará el poder en Siria e Iraq. Más tarde formulas semejantes lo harán en Libia, Argelia y Egipto.

Son los tiempos de las guerras entre los países  progresistas árabes de un lado e Israel, portaviones de los intereses anglosajones en el Oriente Medio, del otro. Pronto para garantizarse  los suministros de petróleo, occidente, con EEUU a la cabeza y  como sustituto del imperio británico en la zona, forma el frente de Israel y las monarquías feudales y rigoristas del Islam más oscurantista y retrógrado, para plantear la batalla a la URSS en la Guerra fría y su influencia en aquellos países árabes cercanos al socialismo, que toman como bandera la modernidad y un régimen laico. 

Cercana la caída de la URSS, Inglaterra y EEUU se disponen a dar el último golpe que venza al oso soviético. Para ello, diseñan junto a los saudíes utilizar, como antes hiciera el imperio británico,  el Islam wahabista, retrogrado, fanático e intolerante. Y lo consiguen armando a distintas tribus de Afganistán, cuyo régimen es  cercano ideológicamente a la URRS. Con Osama Ben laden y Arabia saudí, más un ingente armamento que  EEUU proporciona a los talibanes, reclutados  del mismo Afganistan y en cruzada contra los infieles de muchas otras partes del mundo, consiguen ganar la guerra y  el ejército rojo abandona el país. Ha nacido Al Qaeda. Recientemente, Hylary Clinton llegó a confesar mirado hacia atrás :  " nosotros creamos Al Qaeda".

Son los tiempos en que los consejeros del presidente de EEUU Carter, llegan a declarar  "antes talibanes que soviéticos". Son los tiempos en que ya el diseño y la fuerza del dólar pasa como engranaje principal por Arabia saudí. Esta nación compra toda la deuda que Estados Unidos le ofrece, no acepta otra moneda que el dólar para venta de su petróleo y los activos obtenidos se depositan en bancos ingleses y de los Estados Unidos.

La herramienta, el monstruo, el Islam más feudal, menos evolucionado y fanático ha nacido y tomado cuerpo desde los desiertos. En la dinastía Saud, a pesar de las tecnologías y el mundo moderno, anida todavía el beduino conquistador, guerrero y fanático que siempre fue. La herramienta del integrismo ha funcionado contra los enemigos del Imperio de EEUU. La URRS ha caído. Se ha vencido en la guerra fría.

Pero los cuervos criados a conciencia son incontrolables. Su fanatismo no tiene límites contra todo lo suene a infiel, o son utilizados ( difícil será saberlo) por el imperio para una nueva guerra. Caen las torres gemelas en Nueva York.

Creído EEUU ya dueño del mundo, aún invade Iraq, que piensa una amenaza contra Israel y sus monarquías títeres en oriente medio. Tiene la excusa perfecta. Lo que queda del partido Baas, laico y social desaparecerá. Libia vendrá después y luego Siria. EEUU está  además resentido pues uno  de sus tíreres en la zona ha caído, el Sha de Irán, y esta nación chiita y antiimperialista, disputa el liderazgo religioso a la familia Saud en los países árabes de la región. Eso y la necesidad de dar salida al complejo militar- industrial de EEUU, más la presión de Israel para acabar con sus enemigos, entre los que se encuentra Iraq, desencadena la guerra.

Muerte, caos, desestabilización en la zona y ante tanta barbarie,  el monstruo creado paulatinamente engrosa sus filas, el resentimiento en el mundo musulmán aumenta. Al Qaeda, ya les queda pequeño a muchos fanáticos. Los chiitas, contrariamente a lo que se esperaba, se han hecho con el poder en Iraq.  Se teme por la conexión chiita Irán- Iraq- Siria- Líbano. Rusia renace de sus cenizas ( nadie lo esperaba) como actor global, y estos países son o pueden ser sus aliados en   la zona, la zona de los mejores recursos petrolíferos del planeta. No está controlado todavía todo el oriente medio.

Hace falta un último esfuerzo. Qué mejor infantería contra Libia y Siria que el fanatismo religioso, ya usado una vez con éxito. Ambos países son laicos, enemigos del imperio, socialmente avanzados, y  su islam bebe todavía de la influencia socialista y moderna. Y además son enemigos declarados de  Israel. De la ruinas de Iraq, del resentimiento, nace el Estado islámico, en versión mejorada de Al Qaeda. 

Los amigos de siempre ( Qatar y los saudies, entre otros) estarán encantados de financiarlo. Hay que acabar con los infieles y traidores sirios y libios. Libia cae, Gadaffi es asesinado, el país entra en el caos y hoy las bandas de fanáticos de Al Qaeda y el Estado Islámico campan por el territorio.  Emigraciones masivas, pobreza y hasta hacen aparición de nuevo en Libia los " mercados de esclavos". Siria es el siguiente objetivo : el ejército se pone de nuevo en marcha.

Toda una chusma fanática, armada desde EEUU e  Inglaterra y financiada por Arabia saudí y Qatar, penetra en el país. Los hay de todas partes, chechenos, uigures chinos, europeos, libios, tunecinos, marroquíes y hasta gentes de Ceuta y Melilla, etc. Toda una brigada fanática de musulmanes rigoristas e intolerantes, inspirada en el wahabismo. Forman en dos grupos : los de Al Qaeda, en el frente Al Nusra, que nuestra prensa al servicio del imperio ( prácticamente toda) denomina en un ejercicio de manipulación increíble  " rebeldes moderados ; los otros en el Estado Islámico o Daesh.

Es la guerra de Siria que todavía no ha acabado. Deja un país destrozado, provoca un éxodo de refugiados a Europa, matanzas de cristianos, chiitas, drusos,  chiitas, alauitas y todo lo que no pase por el Islam rigorista en su versión wahabista. 

Afortunadamente, con el apoyo de Rusia al Ejercito Árabe Sirio, Al Al Qaeda y el Daesh van perdiendo la guerra. La desesperanza cunde en sus filas. Igual sucede a estos grupos en Iraq donde retroceden frente a las milicias chiitas.

Siempre estuvo en los planes de los fanáticos, pero ahora los asesinos tan bien fabricados, extienden su desesperanza a Europa en forma de execrables atentados. Los estamos sufriendo. Los cuervos cultivados y formados, comienzan a sacarnos los ojos.

La derecha en Europa combate el terrorismo, pero calla sobre sus orígenes. Todavía le quedan suculentos contratos que recibir de Arabia Saudí y Qatar. La izquierda anda desnortada y en fase terminal. Condena el terrorismo, llama a la unidad, pero al igual que la derecha, calla y no se atreve a hablar claro.

Quien  sí lo hace es la extrema derecha. Tacha al Islam mismo, que ya está en toda Europa gracias a la inmigración, de perverso y promueve toda una persecución religiosa. Encuentra eco, cada vez mas fuerte en una sociedad desinformada a la que se miente y  no se le dice la verdad. El conflicto religioso  y de civilizaciones está servido. Los cuervos  fanáticos con esta discriminación religiosa y ataques a la doctrina islámica, que ya ha comenzado, contemplan todo este escenario con satisfacción : muchos discriminados y apaleados en Europa y fuera ella, se añadirán a  sus filas. El monstruo crecerá.

Es un momento muy peligroso y la izquierda sigue callada. Otros que contemplan el escenario con satisfacción son los fabricantes de armas occidentales. Suculentos beneficios en nuevas guerras les esperan. 
























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