Seguro que todos ustedes habrán podido leer hace apenas dos días en nuestra falsaria prensa que Donald Trump había tomado partido en la disputa entre terroristas, es decir, entre Arabia Saudí y Qatar. Siguiendo la estela de los saudíes, que le habían firmado un contrato de armamento por valor de 480.000 millones de dólares, calificó a Qatar de estado terrorista, a pesar de que el país alberga desde hace bastante tiempo una base estadounidense con 11.000 efectivos. Ningún soldado ni mando de inteligencia , al parecer, había visto o intuido nada hasta ese momento. Pero no todo queda ahí. Hoy mismo, vuelvo a la leer en la prensa, que el mandatario yanqui acaba de vender a Qatar 39 aviones de combate F- 15 por valor de 12.000 millones de dólares.
Ya se actúa sin careta, ni medida : business es business. Hoy digo una cosa y mañana hago la contraria, todo según mis intereses. Esto tiene un nombre: relativismo moral. Y si se juega con el terrorismo y se le utiliza en mi propio beneficio, es mejor llamarlo relativismo moral criminal.
Viene a mi memoria lo que ya me contó hace años un buen amigo, que por razones profesionales y en la dirección de una importante empresa española, viajaba muy a menudo a los Estados Unidos para negociar contratos y acuerdos societarios. Según él, nunca se había encontrado con tanto cínico e hipócrita.
Por aquí, se hace algo parecido. El gobierno y nuestro Rey, amparan la venta de armamento a una de estas cloacas, eso sí, más discretamente, sin hacer declaraciones. Y muchas otras personas y entidades ( Corte Inglés y Club de Fútbol Barcelona), miran hacia otro lado, en su "sana" ( legal eso sí, legítima ya es otra cosa) relación comercial con Qatar. La jurisprudencia ha acuñado una figura en la doctrina para tipificar y definir estas conductas delictivas por omisión cuando son antijurídicas : las califica de IGNORANCIA CULPABLE.
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