martes, 26 de septiembre de 2017

La España que ora y embiste cuando se digna a usar la cabeza ( Machado)

Hace ya mucho tiempo- demasiado- que los carnés de españolidad los reparten unos cuantos a su imagen, semejanza y sobre todo intereses. Quien no cumpla con esos requisitos o no es español, o si lo es y no queda más remedio que reconocerlo, se le  denomina- como se decía en la época del general Franco- un español mal nacido.Un accidente genético digno de la eugenesia.

Primero fueron los judíos ( sefarditas) expulsados de España. Daba igual que durante siglos habitarán la península. Le siguieron los moriscos ( que llevaban muchos más años). Después fueron los liberales y masones con Fernando VII, forzados a emigrar porque el que no  lo hizo pasó por el cadalso. Finalmente, los republicanos, socialistas, anarquistas y comunistas después de la Guerra civil. La Antiespaña, los llamaban. Cuando muchos españoles exiliados en Francia, al estallar la II Guerra mundial, se encontraron invadidos por la Alemania nazi y resultaron apresados en las filas del ejercito francés, fueron consultadas las autoridades españolas sobre su destino: se les contestó "que no eran españoles". Y de ahí a Mathausen, el campo de exterminio de infausto recuerdo.

Ahora son una gran parte de los catalanes los mal nacidos, después pueden  ser los vascos y hasta los gallegos, sino pasan por las horcas caudianas  de la "auténtica" España. Las de su España, claro. La del cortijo, el privilegio y la pereza ; la de la orgullosa ignorancia, el rentismo y la aversión al riesgo; la del poderoso y explotador, la de charanga y pandereta, la fanática de la cruzada, y la de la religión única y verdadera en forma de inquisición y lengua única. Nada que ver con la de Viriato, Serrallonga, El Cano, El empecinado, Jovellanos, Malaespina, Bartolomé de las casas, Goya,  Los comuneros, Baltasar Gracián, Machado, Lorca y Ramón y Cajal,  por sólo por citar algunos.

Pues lo siento mucho. Por mucho que hayan matado, expulsado y reprimido, España es lo que es y a pesar de los "tratamientos" hormonales que se le han dado, cada poco aflora de nuevo en su verdadera naturaleza. España se formó de pueblos íberos venidos de Africa, celtas del norte, latinos de  Roma, griegos, fenicios y bizantinos, germanos visigodos  y luego  por los árabes y bereberes del norte de Africa. En cuanto a los vascos se ignora su procedencia, pero sí se sabe que nada tuvieron que ver con las anteriores, aunque algunos los emparenten   con los primitivos íberos. Y de este crisol  en la llamada reconquista a los árabes, y aún antes, se fueron formando las nacionalidades y singularidades de nuestras regiones  y las diferentes lenguas del territorio a lo largo de los siglos:  el catalán, el castellano, el eusquera y el galaico-portugués.

Somos lo que somos y justo hubiera sido respetarnos los unos a los otros en un espacio geográfico común entre el Mediterráneo y el Atlántico en forma de península con Europa. Pero no fue así, los llamados por Dios ( dicen ellos haciendo un mal uso de la religión) , que no por la ciencia y la antropología, a interpretar qué es España y a repartir carnés de buen español, lo han venido impidiendo sucesivamente. Por eso, cuando alguien se manifiesta como es y quiere ser lo que siempre fue, se le tiene por extranjero y traidor. Un cuerpo extraño a la esencia nacional. Y ante su rebeldía, se le enfrenta una masa enardecida que grita " A por ellos". Ya lo dijo Machado la España que  " ora y embiste cuando se digna a a usar la cabeza.

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