Después de lo ocurrido ayer en el Parlament de Catalunya- más lo que está sucediendo mientras se redactan estas líneas- todo son titulares de prensa, pero no pasará nada. Las Leyes entrarán en vigor e inmediatamente serán anuladas y suspendidas por el Tribunal Constitucional. Seguidamente, y previa una manifestación más que multitudinaria el 11 de septiembre, el día 1 de octubre, jugando al gato y al ratón aparecerán las urnas, los presidentes y vocales de mesa, unos acudirán y otros no, la mayoría de los funcionarios obedecerán al gobierno central o se pondrán enfermos ese día, y de una forma u otra, sin el censo de muchos ayuntamientos que no colaborarán, se producirá de nuevo una consulta simbólica en la que participaran numerosas personas.
Es decir, no pasará nada. Sólo que todo quedará todavía más enrarecido de lo que ya está. Y lo triste, es que a partir de ese momento, paulatinamente puede ir a peor, porque el problema catalán sigue ahí y veremos como evoluciona. El famoso estado de derecho, que día sí y el otro también, invoca el sr. Rajoy no arregla nada. Hace una horas he escuchado a esta ignorante jurídico decir que " lo que no es legal no es democrático". Joder que razonamiento. En la Alemania nazi, aunque algunos piensen lo contrario, todo era legal, regían el imperio de la ley, y tipos como Carl Smit realizaban interpretaciones técnicas del derecho de lo mas brillante que hasta emulaban a Kelsen. Igual hacían los jueces. Sólo que las leyes eran ilegítimas, vulneraban los derechos de las minorías y de las personas ; y para colmo no las votaba el pueblo. Pero lo que se dice legales sí eran, aunque injustas e ilegítimas.
He dicho que paulatinamente irá a peor, pero este proceso aún puede acelerarse de una forma súbita e incontrolable. Si el día de las votaciones la policía retira urnas, los fiscales al dictado interponen querellas, parte del Gobern entra en la cárcel o se toman otras medidas represivas, la indignación aumentará, los indecisos o neutrales se decantarán por el independentismo, y con los mártires, la gran mayoría del pueblo catalán dejará de sentirse española y comenzará así una resistencia pasiva, quien sabe si activa, en forma de desobediencia constante.
Todo lo habrá conseguido la caverna madrileña que día a día está reeditando el franquismo con forma de democracia. Ni se enteran ni quieren enterarse de que España siempre fue plurinacional. Hace unos días Marcelino Oreja, aún se quejaba de que, con ocasión de la rueda de prensa a raíz del atentado en Barcelona, el jefe de los mossos contestara a una pregunta que se le había formulado en catalán en el mismo idioma.
No saben anticiparse a los problemas, menos diagnosticarlos y resolverlos mediante el pacto. Esta España de la caverna perdió Cuba y Filipinas, y apenas cinco años antes, bramaban como ahora negando la autonomía de estos territorios ; la separación de Portugal tomó de sorpresa al propio Felipe IV, que se enteró mientras desayunaba. No se enteraron de los vientos de la historia en África y la descolonización, y nos fuimos de Guinea ecuatorial sin dejar arregladas las cosas ; del Sahara nos machamos tarde y mal, dejando una guerra que aún dura, amen de traicionar a su población entregándola a Marruecos, a pesar de que tenia carné de identidad español. Entonces no nos importó eso de la legalidad.
El problema de Cataluña es España y ese es el nombre de la patología. Un estado nada moderno, injusto, burocrático, poco respetuoso con la diversidad de sus nacionales y caciquil y oligárquico, entregado a la deuda y el turismo barato. El cortijo de unos pocos, que no son precisamente los mejores, a costa de unos muchos.
Cuando la próxima crisis llegue, en este escenario de un país dividido y desigual, y los de siempre anclados en sus privilegios, Cataluña puede ser independiente; le seguirá el País Vasco y ya veremos quién más. El Régimen de 1978, repitiendo legalidad, legalidad, se hundirá y desaparecerá. Ojala entonces ( sino llegamos tarde de nuevo) podamos hacer una nueva España, que cuente con todos sus hijos, desde la justicia y el respeto a su diversidad.
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