viernes, 1 de septiembre de 2017

Tres clases de independentistas catalanes : las razones y motivos de cada clase

Hay tres clases de independentistas en Cataluña, según lo veo yo.

El primer tipo de independentista es el puro, el autentico, el que bebe en las fuentes de romanticismo. Es aquél que siente pertenecer a una colectividad, con psicología distinta en la forma de entender la vida en sus relaciones personales, familiares y comerciales frente al resto de los pueblos de España. Y esa diferencia, se ha formado a través de siglos mediante la lengua, la Historia y una cultura propia en un determinado territorio con proyección al Mediterráneo.

A este sujeto tampoco le importaría la reedición confederal de la Corona de Aragón y se siente ajeno en todos los órdenes a los destinos políticos del resto de los pueblos peninsulares.

El segundo, es el más prosaico. Podríamos denominarlo el materialista. Sabe a la perfección que en el actual estado español, el concierto fiscal le va a ser negado a Cataluña ahora y en lo sucesivo. Las regiones más atrasadas de España ( Castilla la Mancha, Andalucía y Extremadura) y el centralismo madrileño, más Castilla- León, lo van a impedir. Y de esta forma, al ser Cataluña el más destacado contribuyente neto a las arcas públicas, es sabedor que los ingentes caudales que sostienen de forma crónica lo déficits de esas regiones atrasadas, revertirían sin duda en una mejora de sus servicios públicos y asistencias sociales. Busca exclusivamente un mejor bienestar.

Y, el tercero, es el más político. No le importaría formar parte de España con un diseño federal del Estado. Pero ha llegado a la conclusión que España es, desde hace siglos, un cortijo oligárquico irreformable de rentistas, funcionarios y empresas que viven de los corruptos favores públicos. Siente que todas las tentativas de hacer de España un estado más moderno, tolerante y justo están y estarán llamadas al fracaso, como la Historia ha demostrado. No le importaría contribuir de forma neta, con un determinado umbral, a la solidaridad regional en otra estructura del poder, que nada tiene que ver con la actual( herencia de hace 200 años al menos).

Contempla a España como algo cañí y atrasado, camino de la ruina. Ve a los pueblos que la componen atrapados en una estructura que, para el beneficio de unos pocos, los acabará empobreciendo del todo. Es un separatista que ha decidido bajarse del tren que no conduce a ninguna parte y ha decidido tomar un nuevo rumbo, con un nuevo vehículo. Ha tirado la toalla en la reforma del Estado español.


En síntesis, este independentista a la hora de la verdad, nada tiene contra España, y sí todo contra el Estado español.

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