sábado, 9 de septiembre de 2017

Toros en Barbastro: una reflexión sobre la fiesta y nuestra identidad nacional

Vivo en Monzón y como mi ciudad aledaña es Barbastro, que está en fiestas, quedé con un amigo para tomarme un café en un bar de su bonito paseo llamado el Coso ( Cosos para los que no sean aragoneses como yo lo soy, son los bulevares que los catalanes llamarían Ramblas). Era la hora de los toros y las diferentes peñas amenizaban el ambiente musicalmente con sus fanfarrias antes de ir en "procesión" a la plaza. Enfrente, esta vez, una concentración antitaurina clamando contra la denominada " fiesta nacional". Vamos, que el ambiente estaba de lo más animado.

Cuando la comitiva se dispuso a acudir a la plaza, a mi amigo y a mí algo nos llamó la atención. Encabezaban el "paseillo"  dos vehículos galardonados con la bandera de España y subidos a ellas, varias chicas jóvenes adornadas con un sombrero cordobés.y algún manton andaluz. Y hubimos de reflexionar : ¿ qué tendrán que ver los toros con la bandera de España ? Y si  de verdad es la fiesta nacional , como dicen ¿ qué tendrán que ver los sombreros cordobeses con dicha fiesta en un pueblo aragonés?. Si se supone que la fiesta es nacional,  y es de todas las regiones de España en mayor o menor medida, en ese caso hubiera sido mucho más lógico que las muchachas hubieran adornado su presencia con un traje baturro por ejemplo.

Y este es el caso. Somos muchos los que pensamos que, las fuerzas conservadoras de España- en especial las de la derecha cavernícola-, con el fin de construir una identidad nacional uniforme y excluyente, que evite reconocer la evidente plurinacionalidad de España, sobre todo en lo cultural, desde hace más de cien años vienen intentado construir un discurso de valores nacionales uniformes que nunca existieron en el consenso y hábitos de todos los españoles.

En el  debate que tuvimos, mi amigo me hizo notar también que ya Juan Pablo Fusi denunció esta contradicción en su libro " la Evolución de la identidad nacional", haciendo notar cómo se quiso imponer en  su día  ésta a través de la Zarzuela y los Toros, entre otras manifestaciones, no compartidas por todos. Es lo mismo, añadió mi amigo, que si se  hubiera querido hacer lo mismo con el Frontón, con la particularidad  de que en este caso, aún sería más lógico, pues raro es el pueblo que no cuente con esta instalación deportiva. 

Pero hay más. Hace unos días tuve la ocasión de contemplar en un video una encuesta que a varios jóvenes  se hacia en Madrid a pie de calle. Sólo diré que de Historia ( la de su propio país) no sabían nada de nada, y todos eran bachilleres, cuando no universitarios. Varios de ellos preguntados por el himno de la Internacional, lo identificaron con el " Cara el Sol" falangista. Sin comentarios.

Como ya explique en mi anterior artículo en este blog " España : nación o plurinacionalidad", si con el fin de imponer una España uniforme, que evite el reconocimiento de su  real plurinacionalidad, algunos se pertrechan  de estos valores culturales como argamasa que sostenga el edificio, es que vamos camino del desastre. 

La identidad de cualquier comunidad nacional o supranacional, en forma federal, confederada o lo que sea, pasa en primer lugar por reconocer lo que se es en realidad, y no lo que les gustaría  algunos que fuera.Y eso supone el conocer nuestra historia, con sus luces y sus sombras. Pasa también por la cultura de un pueblo y sobre todo por un orden justo que a todos garantice  el más elemental bienestar.

Lo que se ha venido haciendo en estos últimos tiempos, sustituyendo la cultura por el espectáculo, con charanga y pandereta incluidas, es el mejor método para acabar con la unión de cualquier país.  Sólo con la "Roja", los Toros, y Paquito el chocolatero ( calidad al margen del pasodoble)  y poco más, no se construye la identidad nacional. Gustos aparte, la identidad nacional es algo más serio.

Un ejemplo- otro más- de lo que nos sucede es nuestro cine. Si alguien piensa que con éxitos como " Torrente" y " Ocho apellidos vascos" o " A mi la legión" vamos por el buen camino, es que la patología es mucho más grave de lo que pensábamos. Haciendo memoria,  a excepción de la película   "  La Colmena", que yo recuerde, la aproximación más seria a nuestra historia en el séptimo arte, la han tenido que hacer tres films : "El Cid, " Tierra y Libertad" y La "Misión". Todos ellos  realizados por extranjeros. Para la segunda cinta, bastó a su director Ken Loach, tomar el libreto de George Orwell, escrito durante nuestra Guerra civil : " Homenaje a Cataluña".  Y para la tercera, que narra las reducciones jesuíticas españolas en Paraguay ( todo un experimento cooperativo y de socialismo utópico a modo modo de falanterios)  leer un poco de historia sobre  la colonización de América

Lo triste de todo esto, es que  sobre la biografía de  Hernan Cortés, el Empecinado, Buenaventura Durruti  o   episodios como el Desastre de Annual o los héroes de la Nueve, que fueron los primeros republicanos  en entrar en París, al mando del general Lecrec, durante la II Guerra Mundial  ( son solo ejemplos) las películas las acabarán haciendo otros.

Un país, o un proyecto de país, que no acepta su propia verdad y realidad de lo que es, ha sido y fue en toda su extensión, que carece de autoestima, identificando sus luces y  críticamente sus sombras, y decide mentirse constantemente así mismo, viviendo desde la ignorancia en  una realidad artificial,  está destinado al fracaso y tarde o temprano a desaparecer como tal.









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