sábado, 23 de septiembre de 2017

Un estado en descomposición



Les copio el relato de la intrahistoria  que el diario La Vanguardia, de hoy mismo, hace de los hechos ocurridos en el registro que la Guardia Civil llevó a cabo en la Consejería de Economía de la Generalitat . Lo copio literalmente. Las conclusiones que saco, vienen a continuación del suelto periodístico.                                 



                                         RELATO DE LA VANGUARDIA

"Estos días están siendo especialmente complicados para todas las fuerzas de seguridad que trabajan en Catalunya. Las cerca de 24 horas que una veintena de guardias civiles pasaron el miércoles en el interior de laConselleria d’Economia sirven para plasmar lo complejas que son ahora las relaciones entre los diferentes cuerpos policiales y cómo cada cuerpo defiende un relato de unos mismos hechos: el episodio de rambla Catalunya.
Al final, cada uno lo vivió a su manera. Los guardias civiles desde dentro, con más 40.000 personas frente al edificio. Y los mossos d’esquadra desde fuera improvisando un dispositivo de seguridad para sacarlos con todas las garantías. Los guardias civiles definen su estancia como un “secuestro” y en las últimas horas algunos de sus oficiales han elevado el tono de sus críticas contra los mandos de los Mossos, a los que acusan de “haberse puesto de lado” y haberles abandonado a su suerte aquella madrugada. Los Mossos aseguran sin embargo que si los agentes no salieron antes del edificio es “porque no quisieron” porque hasta en tres ocasiones se les ofreció alternativas de evacuación y un pasillo seguro para poder salir del edificio.
Los guardias civiles definen su estancia como un “secuestro”. Algunos de sus oficiales han elevado el tono de sus críticas contra los mandos de los Mossos, a los que acusan de haberles abandonado a su suerte aquella madrugada
Pero vayamos por partes. El relato de los hechos que sostienen los que lo vivieron desde dentro se detalla en la denuncia que la fiscalía de la Audiencia Nacional presentó ayer y en la que se define a los concentrados como “una muchedumbre” que tenía cómo finalidad “impedir por la fuerza” el trabajo de los guardias.
La policía catalana lo cuenta de otra manera. Se preguntan por qué nadie les alertó de que se iban a producir 41 entradas y registros. “De haberlo sabido, habríamos ­diseñado los dispositivos de seguridad que hacemos cuando nuestra policia realiza un registro o una detención y se prevén concentraciones de protesta en el exterior”, explica un mando de la policía.
La policía catalana lo cuenta de otra manera. Se preguntan por qué nadie les alertó de que se iban a producir 41 entradas y registros
Este asegura que esa noche “hasta en tres ocasiones” se preguntó al interlocutor de la Guardia Civil cuánto tiempo les faltaba para finalizar los registros, la incautación y copia de documentos para preparar el dispositivo que facilitaría la salida. Y que en varias ocasiones los guardias civiles explicaron que sólo saldrían si se podían llevar consigo los vehículos.
Para entonces unas cuantas personas habían dejado ya inservibles los todoterrenos que la Guardia ­Civil había aparcado en la puerta y habían acabado rompiendo las lunas y saqueando todo lo que había dentro. Bueno, todo no. Porque ­nadie tocó las tres armas largas que los agentes dejaron en los coches.
En cuanto la policía supo que en el interior de los coches había armas, rodearon los vehículos para controlar que nadie las tocaba. Los todoterrenos ya habían sido inutilizados y se había robado una mochila con munición que apareció el día después junto al cementerio de Montjuïc. Incluso los portavoces de Òmnium y la Asamblea Nacional los habían utilizado para hablar a la multitud de pie sobre su techo.
En cuanto la policía supo que en el interior de los coches había armas, rodearon los vehículos para controlar que nadie las tocaba.
El titular del juzgado de instrucción número 13 de Barcelona, Juan Antonio Ramírez Sunyer, instructor y de guardia, telefoneó al major de los Mossos, Josep Lluís Trapero esa noche. Lo hizo a su móvil, y el major pidió devolverle él la llamada para garantizar la autenticidad del interlocutor. El magistrado exigió “a gritos”, según testigos porque el juez utilizó el altavoz de su teléfono, un “cordón de segu­ridad” para evacuar a los guardias civiles y a la secretaria judicial. Los tres responsables de la conselleria detenidos nunca llegaron a estar en el interior del edificio.
Cuando Trapero devolvió la llamada, el magistrado volvió a gritarle y el major le interrumpió “si me deja hablar, le explico lo que ­está pasando”. Y contó al juez que durante toda la jornada un comisario estaba en permanente contacto con uno de los oficiales de la Guardia Civil y que él personalmente estaba poniendo al día de lo que sucedía fuera de la conselleria al fiscal general de Catalunya y al presidente del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, Jesús Barrientos. Y que los Mossos sólo estaban esperando a que la Guardia Civil les dijera cuándo estaban listos para salir, porque Mossos reforzaría con antidisturbios el pasillo que con voluntarios ya habían hecho la ANC y Òmnium. Y le explicó que si la secretaria judicial había decidido finalmente salir, porque en dos ocasiones anteriores había pedido quedarse con los guardias dentro, un inspector entraría a buscarla.
Los trabajadores de la consellería explicaron al mosso que el segundo piso de Economia comunica con un patio que tiene una puerta que conduce al teatro Coliseum. Por allí aceptó salir la funcionaria. A las 3 de la madrugada abandonaron el edificio cinco guardias civiles de paisano, y cuatro horas después lo hicieron los uniformados, que esperaron que apenas hubiera gente para que la grúa sacara sus vehículos. Estaban, cómo no, preocupados por recuperar sus armas.".

                                        FIN DEL RELATO


CONCLUSIONES 


1.- Resulta increíble que los agentes de la Guardia Civil dejaran sus vehículos aparcados enfrente de la Consejería, sin vigilancia, con varias armas largas en su interior, sin que un número o dos de la dotación, quedara encargado de su custodia.

Uno que ha hecho el servicio militar, sabe perfectamente, que armado y de centinela, si llega abandonar su arma le espera el consejo de guerra. Cuando estuve ( y estuve mucas veces) en esas tareas nunca abandoné el arma, ni me paso por la cabeza el hacerlo.

2.-  La secretaria judicial que acompañó y dirigió el registro, con la Guardia Civil a sus órdenes, según detalla el suelto de la vanguardia, al parecer  en un momento determinado mostró su disposición a abandonar la Consejería (  si bien momentos antes había querido quedarse con los guardias),  pero finalmente aceptó dejar el edificio mucho antes que los guardias civiles por otra salida, que los mossos le facilitaron.

El mínimo concepto de servicio, aconseja en estos casos seguir la suerte de la policía judicial a tus órdenes  ( uniformados o  no) y puestos a salir, salir la última y junto a todos ellos. Qué respeto pueden ofrecer este tipo de funcionarios a los hombres a sus órdenes, por mucho que hubiera seguido el " protocolo", palabra maldita que sólo esconde- muchas veces- la falta de vocación en el puesto a desempeñar y la elusión de responsabilidades personales.

3.- El juez  de instrucción que había ordenado el registro, nervioso con todo lo que estaba sucediendo, se dirigió a gritos ( y me figuro que con no muy buenos modos) por teléfono al major de los mossos, el señor Trapero, no dejándole apenas hablar, exigiéndole protección para salida de los guardias y la secretaria. 

Si como se expone el relato, el major de los mossos estaba en coordinación con los mandos de la Guardia Civil y El Tribunal Superior de Justicia de Cataluñ para sacar a los guardia civiles, no parece el mejor método dirigirse a un subordinado en estos términos. Si tanta eficacia y coordinación se requería, lo más adecuado hubiera sido personarse en la Consejería para desde el mismo lugar del conflicto, dar las órdenes correspondientes.

COROLARIO

Un régimen y estado en descomposición, el nacido en 1978. Un estado que ha permitido que un porcentaje " servidores públicos" que hace tiempo que dejaron de servir y de saber a quién debían servir, pasaran a ocupar y  ocupar plazas " en propiedad" por mucho  que estudiaran y aprobaran en buena lid unas oposiciones.Y lo digo desde el respeto a muchísimos funcionarios, LA MAYORÍA seguro, que me consta  que sirven y bien, y que por cierto no son los mejor recompensados. Y pienso en este instante, con emoción y sólo es un ejemplo, en varios enfermeros y médicos de la Seguridad Social que en una ocasión me salvaron la vida, y a los cuales estaré eternamente agradecido. 

Lo mismo digo más rotundamente de nuestros políticos, todos o casi todos pensado en el " puestete" y no en sus votantes.

O se reforma el edificio y en serio o los catalanes se van.  ¿ A quién puede ilusionar continuar con esta estructura?















No hay comentarios:

Publicar un comentario