sábado, 30 de septiembre de 2017

Mañana en Barcelona



Manuel Castells, profesor en  la prestigiosa universidad de Berkely en EEUU,  sociológo, es una de las mejores cabezas pensantes de nuestro país. No abundan, la verdad. Tuve ocasión de darme cuenta- en el prolongado encuentro que tuvimos- de que estaba hablando con un sabio, cuando lo conocí en un seminario sobre nuevas tecnologías, organizado en Monzón, por su ayuntamiento, allá por los años 1984-1985. Me lo presentó Manuel Campo Vidal, coordinador de dicho seminario.

Desde entonces he seguido sus publicaciones y en particular sus artículos en el diario La Vanguardia.

En su artículo de hoy, "titulado el 2 de octubre" acaba  su suelto en el periódico de Barcelona, con una reflexión ( no la dejen de lado, pocas veces se equivoca el profesor Castells), que les copio a continuación completa :

                             FINAL DEL ARTICULO

" el 2 de octubre no empieza la negociación, sino la resistencia pacífica de quienes quieren votar. Y no sólo de esa CUP magnificada y demonizada por los medios de Madrid. Sino de centenares de miles de ciudadanos que no se van a rendir tan fácilmente, aunque su esfuerzo parezca fútil. Preveo que en dos tercios de los mu­nicipios catalanes se arriará la bandera española. Y habrá universidades ocupadas, acampadas sembrando el espacio público, edificios oficiales bloqueados, calabozos asediados, carreteras cortadas, comunicaciones perturbadas, intentos de huelga general, aquí y allá, según los humores, la represión y la indignación. Y con una opinión pública internacional que empieza a movilizarse, sobre todo entre miles de jóvenes enamorados de Barcelona. Mis estudiantes en EE.UU. me preguntan cómo ir a defender Catalunya, como si fueran las Brigadas Internacionales. Claro que yo los calmo y les digo que simplemente envíen mensajes. Pero la tormenta se hace global: una nueva causa alienta a los jóvenes amantes de la libertad. Sobre todo si el amigo de Rajoy se llama Trump. Y todo eso contando con que no haya un desmadre de la policía, hasta ahora disciplinada, que ocasione muertos y heridos. Porque ahí todo puede pasar.
Pero tal vez no llegue ese 2 de octubre. Si el 1 de octubre apareciese un destello de clarividencia en Madrid y se negociaran condiciones de una votación de gentes que sólo quieren decir lo que quieren ser, podríamos volver a mirar al futuro sin temer al pasado.".

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PD.- Junto a varios amigos ( todos aragoneses como yo) viajamos a mi querida Barcelona, mañana 1 de octubre. 
Tendré ocasión de darles mis impresiones. A mis años, como en la magnífica novela de Antonio Tabucchi " Sostiene Pereira", llegan a mi los mismas sensaciones del protagonista de la narración al final del relato. Han vuelto a memoria mis años jóvenes en la Facultad de Derecho de Barcelona, acudiendo a las clases de Jordi Solé Tura- profesor de derecho político que se nos fue- y participando en las numerosas protestas de los años 1968-1972 contra el franquismo. Me siento igual que cuando a viajé a Portugal pocos meses después del 25 de abril de 1974 y con numerosos españoles, desde la bellísima plaza del Rocío en Lisboa, pudimos apoyar y dar calor a  la " Revolución de los claveles". Entonces, como ahora, se trata de la defensa de las libertades.



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